Orgullo en la Intersección: Sobrevivir, Celebrar y Resistir siendo Inmigrante, Negro y LGBTQ+ en EE. UU.

La lucha y celebración de comunidades múltiples en el World Pride de Washington DC destaca cómo las identidades se cruzan en tiempos difíciles

Por: Opinión editorial, Washington DC

Celebrar en medio de la tormenta

En los días que rodean el World Pride en la capital de Estados Unidos, miles de personas de comunidades LGBTQ+, especialmente de procedencia negra y latina, han llegado para celebrar, resistir y reclamar su lugar en una sociedad que, en muchos niveles, aún los margina. Entre las festividades, los discursos y los desfiles coloridos, hay una clara manifestación de lucha: estas comunidades viven y celebran en la intersección de múltiples identidades que las exponen a múltiples niveles de discriminación.

Para personas como Kenya Hutton —un hombre negro, gay e hijo de inmigrantes—, cada día es un acto de resistencia. Su triple identidad lo convierte en lo que él llama un “threefer”, alguien que pertenece a tres grupos constantemente bajo ataque.

Las múltiples caras de la exclusión

La situación de personas como Hutton no es aislada. En palabras de Frankie Miranda, presidente de la Hispanic Federation, “hemos estado en modo de urgencia durante meses”. La política antiinmigrante del gobierno anterior, unida al racismo estructural y el aumento de discursos anti-LGBTQ+, ha creado un entorno en el que estas personas se sienten atacadas desde todos los frentes.

Miranda subrayó que las festividades de este año no pueden ser solo celebraciones superficiales. “Hay que incluir llamados directos a la acción política”, dijo. En su visión, el Orgullo debe ser interseccional y activista, especialmente ante las elecciones de 2026, que podrían determinar el rumbo de políticas que afectan directamente a estas comunidades.

Washington DC: epicentro de todas las 'Prides'

DC no fue elegida al azar para albergar el World Pride. Según Hutton, “tenemos tantos orgullos aquí”. Black Pride, Trans Pride, API Pride (asiático-pacífico), Latinx Pride, Military Pride, Women’s Pride, Silver Pride… la lista continúa. Esto convierte a la ciudad en un microcosmos donde la diversidad y las diferencias identitarias conviven y se potencian.

De hecho, el DC Black Pride es uno de los eventos más emblemáticos, con raíces que se remontan a 1975. Su fuerza radica en ofrecer espacios seguros para quienes, a menudo, no los tienen ni en sus propios hogares o comunidades.

Visibilidad como resistencia

La presencia de cientos de personas LGBTQ negras, latinas, trans e inmigrantes en la capital no es solo simbólica: es un grito comunitario por derechos y reconocimiento. Lo ejemplifica el proyecto “Freedom to Be”, una exhibición conmovedora compuesta por colchas hechas por personas trans de todo el país. Algunos de los mensajes bordados son desgarradores: “Espero que haya días en los que te enamores de estar vivo” y “HAY UNA TIERRA QUE VEO DONDE LOS NIÑOS DEBERÍAN SER LIBRES”.

Para Abdool Corlette de la ACLU, co-creador del proyecto, la muestra busca ocupar espacio de forma literal y simbólica. “Nos quieren borrar, y esto demuestra que estamos aquí y que nuestras historias cuentan”.

Balls, moda y resistencia: cultura con historia

Mientras tanto, a tres millas del National Mall, el ambiente en la Howard University era totalmente distinto: alegría, música, moda y baile marcaron el Cirque du Slay Ball, competencia inspirada en el Cirque du Soleil pero centrada en la expresión LGBTQ negra.

John Smith III (alias “IconFatty Prodigy”) describió los “houses” como espacios seguros creados por y para miembros LGBTQ que sufrieron el rechazo de sus familias. Las raíces de este concepto nacen del movimiento de ball culture en Harlem durante los años 80, un fenómeno que brindó refugio ante los estragos del SIDA y la marginación racial.

Alianzas estratégicas e inclusión real

Para Dee Tum-Monge, miembro de Latinx History Project, esta edición del World Pride implica un cambio estratégico. Se pasa de organizarse solo en torno a las elecciones presidenciales o al Congreso, a generar acción política local: desde municipios hasta consejos escolares y departamentos de policía. “La amenaza es demasiado grande en todos los niveles como para ignorar la política a pequeña escala”, afirman.

Y es que las trabas no solo provienen del entorno legal. Como comenta Hutton, han perdido patrocinadores importantes y muchos visitantes internacionales han cancelado su participación por temor a problemas migratorios o violencia policial. Todo esto evidencia lo arriesgado que puede ser, incluso hoy, celebrar el orgullo.

Una historia de resistencia que se proyecta al mundo

El movimiento Black Pride, fundado formalmente en Washington en 1991, ahora tiene 54 capítulos en Estados Unidos y 12 en otros países. Esta proyección internacional demuestra que, aunque las políticas sean locales, las luchas identitarias trascienden fronteras.

“Cuando América estornuda, el mundo se resfría”, dice Hutton, para explicar por qué es crucial mantener la presión sobre el gobierno estadounidense. Lo que ocurra en su política de inmigración, en sus leyes anti-LGBTQ o contra personas negras no se queda solo en sus fronteras: genera ecos y olas globales.

Política, comunidad y celebración

Los eventos que conforman el World Pride —cultura, arte, foros, marchas— son una mezcla de celebración e indignación organizada. El dolor y la ansiedad se entretejen con la música y los desfiles coloridos. Pero el foco está claro: mostrar que estas comunidades no solo existen, sino que también luchan activamente por cambiar el sistema que las oprime.

“Queremos que una cosa quede clara después de todo esto”, concluye Hutton. “No nos vamos a ningún lado. Seguiremos luchando por nuestros derechos, no solo por nosotros aquí, sino por todes alrededor del mundo que enfrentan lo mismo”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press