La Indy 500 rompe récords tras cambiar de canal: ¿el renacer de la IndyCar por televisión?
La victoria de Alex Palou llevó a la histórica carrera a su mayor audiencia en casi dos décadas, marcando un posible punto de inflexión para la categoría
Una audiencia que rompió expectativas
La edición 2025 de la legendaria Indianápolis 500 no solo entregó una vibrante competencia ganada por el español Alex Palou, sino que también registró la mayor audiencia televisiva desde 2008. Según datos de Nielsen, la transmisión en FOX promedió 7.05 millones de espectadores, alcanzando un pico de 8.44 millones entre las 4:15 y 4:30 p.m. ET, cuando se definía la carrera.
Este resurgir en términos de atención mediática se da en un momento clave en la historia de las IndyCar Series. Después de décadas de relación con ABC y cinco años bajo NBC, la categoría migró en 2025 a FOX, lo que podría estar detrás de este renovado interés del público.
El poder de la televisión abierta
El traspaso de los derechos de transmisión a FOX después de más de una década con sus competidores tiene múltiples implicaciones. FOX, que históricamente ha sabido atraer audiencias masivas con eventos como el Super Bowl o torneos de la MLB, parece haber encontrado en la IndyCar una joya resurgente.
En comparación, la edición 2024 de la Indy 500 promediaba apenas 5.02 millones de televidentes. Esto significa un aumento del 40% en tan solo un año. Además, se trata de la segunda vez desde 2001 que la Indy 500 obtiene más audiencia que la Daytona 500, tradicionalmente la carrera preferida de los estadounidenses. La Daytona 500 de este año —afectada por múltiples pausas por lluvia— apenas logró 6.76 millones en su mejor momento.
Palou, el nuevo rostro de IndyCar
El triunfo de Alex Palou no solo es extraordinario por su manejo estratégico y precisión en pista, sino también por lo que representa fuera de ella: una internacionalización de la categoría. El piloto catalán es uno de los más destacados talentos jóvenes del automovilismo y su victoria coloca nuevamente a IndyCar en el radar mundial.
Palou se ha transformado en embajador del potencial moderno de la serie. Fue campeón en 2021, 2023 y ahora ganador de la icónica carrera de 500 millas. Su carisma frente a cámaras y su aparente conexión con una nueva generación de fanáticos podrían ser el catalizador para una audiencia más diversa y global.
¿Renacimiento de una categoría golpeada?
Desde su escisión en 1996 —cuando nació la IRL enfrentada a CART— IndyCar ha tenido dificultades para recuperar la atención masiva que disfrutaba en décadas anteriores. En el pasado, nombres como Mario Andretti, A. J. Foyt y Emerson Fittipaldi llenaban titulares. Luego de la reunificación en 2008, la serie pasó años tratando de redefinir su identidad frente a la abrumadora presencia de la NASCAR.
Pero 2025 podría haberse convertido en un punto de inflexión. Las nuevas estrategias de mercadeo, una parrilla internacional llena de talento (con pilotos de España, Países Bajos, Nueva Zelanda, Brasil y México) y un calendario atractivo ayudaron a construir anticipación. Esta renovación parece estar siendo abrazada por el público.
Nostalgia combinada con modernidad
La Indy 500 es una de las pocas competiciones en el mundo que combina un legado de más de 100 años con innovaciones tecnológicas. Su primera edición fue en 1911, y desde entonces se ha realizado cada año —exceptuando interrupciones por guerra— en el majestuoso Indianapolis Motor Speedway, el circuito ovalado más icónico del planeta.
A pesar de su tradición, la carrera de este año mostró mejoras en la cobertura televisiva, gráficos dinámicos, transmisión multidispositivo y narración multiplataforma, un enfoque necesario en una era donde el espectador quiere inmediatez y profundidad.
¿Qué sigue para IndyCar?
Varios analistas creen que la clave está en aprovechar este momento. FOX ha asegurado los derechos hasta al menos 2030, lo cual brinda estabilidad televisiva. Según datos publicados por Forbes, el presupuesto operativo anual de IndyCar ronda los $120 millones de dólares, mucho menos que Fórmula 1 o NASCAR, pero con un mejor retorno sobre inversión por su modelo más austero y adaptable.
El enfoque ahora estará en mantener a la audiencia entre carreras. Eventos como el GP de Long Beach, el de Toronto o el nuevo circuito callejero en Buenos Aires buscarán replicar este entusiasmo televisivo. Además, la presencia de estrellas como Colton Herta, Pato O’Ward y Marcus Ericsson ayuda a atraer audiencias de distintas regiones del mundo.
Comparación con otras ligas
Resulta inevitable comparar estos números con lo que ocurre con otros deportes de motor:
- Fórmula 1: Ha tenido un crecimiento sostenido en EE. UU. desde el estreno de Drive to Survive, su docuserie en Netflix. El GP de Miami 2024 atrajo 3.1 millones de espectadores en su peak.
- NASCAR: Sigue siendo líder en audiencias en EE. UU., pero ha fluctuado. La Daytona 500 ha ido perdiendo atractivo entre las nuevas generaciones y la competencia de otras ligas.
En cambio, IndyCar parece ir en contra de la tendencia: sus cifras están creciendo y lo están haciendo basándose en su tradición sin dejar de modernizarse.
La monarquía del óvalo
Volver a ver cifras millonarias como las del pasado habla de un retorno al lugar que alguna vez tuvo la Indy 500: un verdadero Super Bowl del automovilismo. La categoría ha puesto los cimientos para una transición sostenida: mejor producción, acceso más simple, pilotos carismáticos y alianzas más inteligentes.
Como lo expresó el analista de NBCSports, Leigh Diffey:
“La Indy 500 de 2025 fue todo lo que amamos del deporte: competitiva, emocionante, con una narrativa clara y héroes definidos.”
¿Puede mantenerse esta tendencia?
Esto dependerá de múltiples factores:
- Constancia en la calidad de carreras.
- Fidelización del público casual.
- Expansión de contenido en redes sociales y plataformas de streaming.
- Rostros visibles que representen a nuevas generaciones y culturas.
Lo cierto es que el número no miente: más de 8 millones de personas decidieron ver cómo Palou se consagraba. El dato es frío, pero su implicación es profunda. IndyCar, más viva que nunca, promete seguir acelerando.