Somalia al borde del colapso humanitario: ¿Quién responde por la niñez que muere de hambre?

Con miles de niños desnutridos y un sistema de salud fragmentado, la reducción de la ayuda internacional amenaza con desencadenar una tragedia aún mayor en uno de los países más vulnerables del mundo

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Una tragedia silenciosa en Somalia

En una sala del Hospital Banadir en Mogadiscio, Somalia, se escuchan los llantos de niños al borde de la muerte por desnutrición. Uno de ellos, Maka’il Mohamed, de apenas un año, murió a pesar de los intentos desesperados del personal médico por salvarlo. Su padre, Mohamed Ma’ow, llegó demasiado tarde, víctima de un sistema colapsado por falta de recursos y de una política internacional que ha dado la espalda a uno de los países más necesitados del planeta.

Una reducción de fondos con efectos devastadores

La situación humanitaria en Somalia se agudiza con velocidad alarmante tras los recortes de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), antes responsable del 65% de la ayuda internacional destinada al país.

“La reducción de fondos ha significado el cierre de 121 centros de nutrición infantil en todo el país, lo que podría poner en riesgo la vida de al menos 55,000 niños antes del mes de junio”, advirtió Save the Children, la ONG más importante en el terreno. Esta cifra representa un aumento del 11% en el número de niños en estado de desnutrición severa respecto al año anterior.

Un país donde la desnutrición mata más que la guerra

Somalia ha enfrentado ciclos de hambruna, guerra civil y catástrofes climáticas durante décadas. Sin embargo, en la actualidad la problemática ha escalado por la falta de respuesta internacional. De hecho, solo en abril y mayo de este año, más de 500 niños fueron admitidos por desnutrición severa en el centro de salud nutricional del Hospital Banadir, según el Dr. Mohamed Jama, director del área. “Estos volúmenes solo los hemos visto en contextos de hambruna o graves sequías. Hoy lo inédito es que estamos viviendo esta realidad sin que haya una sequía registrada oficialmente”, afirma el médico.

El silencio de la comunidad internacional

Pese a las alarmas, la respuesta por parte del gobierno estadounidense ha sido tibia. Un portavoz del Departamento de Estado afirmó que “varios programas vitales de asistencia humanitaria de USAID siguen activos en Somalia”, pero estos serán transferidos a ese mismo departamento a partir del 1 de julio. Este cambio ha dejado a las ONGs como Alight Africa y múltiples socios de Naciones Unidas en la incertidumbre, pues el gobierno de EE. UU. no ha precisado qué programas considera “vitales” y cuáles no continuarán financiándose.

El resultado: más niños están muriendo por causas completamente prevenibles.

El rol de USAID: de salvavidas a desaparición en la sombra

Según el exministro de Exteriores somalí Ahmed Moalin, USAID aportó 1,000 millones de dólares a Somalia solo en 2023, y se esperaba una cantidad similar para 2024. Sin embargo, gran parte de esos fondos ya no están disponibles, afectando directamente la distribución de alimentos terapéuticos, los hidroeléctricos orales y otros productos esenciales para salvar la vida de miles de menores.

Las historias se repiten una y otra vez. Madres como Fadumo Ali Adawe, con cinco hijos, buscan ayuda desesperadamente. “Mi hija de tres años lleva nueve meses desnutrida, pero el centro al que íbamos está cerrado. No sé qué hacer ahora”, relata con angustia.

La otra cara: personal médico sin sueldo y clínicas desertadas

No solo las familias sufren. Los propios profesionales de la salud han visto reducidos sus salarios o han sido despedidos por falta de fondos. “El impacto no solo es sobre los pacientes, también es sobre los trabajadores que ya no pueden sostener económicamente a sus propias familias”, explica el Dr. Jama. En Mogadiscio solo, múltiples distritos se han quedado sin centros de nutrición operativos tras el cierre de los de Alight Africa, uno de los principales ejecutores locales del plan de UNICEF.

Más allá de las estadísticas: la infancia como víctima política

Detrás de cada número hay un rostro: un niño como Maka’il, una madre como Fadumo, un padre desesperado como Mohamed Ma’ow. Sin embargo, estos nombres rara vez figuran en las reuniones de diplomáticos y asesores. Somalia es tratado aún como una carga geopolítica, y no como un país que merece vivir.

Abdullahi Hassan, trabajador humanitario local, aseguró que la retirada de apoyo ha provocado “muertes evitables, muertes que ocurren en nuestros brazos cada día”.

El futuro inmediato: hambre garantizada

La previsión por parte de CARE, otra organización humanitaria en el terreno, augura un panorama aún más devastador: 4.6 millones de personas sufrirán de hambre severa en Somalia para junio. El número podría aumentar si no se toman decisiones urgentes y estructuradas antes del segundo semestre del año.

Estas cifras no son meramente estadísticas, sino predicciones de miles de muertes. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) y UNICEF han advertido reiteradamente que el 15% de los niños somalíes están en estado de desnutrición aguda. Esta cifra está muy por encima del umbral de emergencia según los estándares internacionales.

¿Qué puede y debe hacerse?

  • Restauración urgente del financiamiento internacional: USAID y otras entidades deben revisar con carácter urgente sus decisiones y priorizar los fondos a programas de asistencia nutricional.
  • Apoyo a nivel multilateral: La Unión Europea, la ONU y países del Golfo deben intervenir con apoyo estructural sostenido.
  • Presión de la sociedad civil global: La opinión pública internacional debe presionar a los gobiernos para que Somalia no caiga en el olvido.

Una catástrofe que aún puede evitarse

Cuando se recorten las cintas ceremoniales y los líderes mundiales saluden desde sus podios en las cumbres internacionales, sería necesario que recuerden a Maka’il y a miles como él. No elegir actuar, es también una forma de violencia.

Como afirmó Simon Karanja, representante regional de UNICEF: “La brecha en el financiamiento ha dejado sin herramientas a muchas organizaciones para salvar vidas. Nos acercamos peligrosamente a una nueva hambruna en Somalia”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press