¿Muerte digna en Francia? Debate profundo sobre la legalización de la asistencia médica para morir
La Asamblea Nacional francesa vota un proyecto histórico para permitir la ayuda médica al suicidio: ¿avance progresista o ruptura ética?
El debate sobre el derecho a morir con dignidad ha vuelto al centro de atención en Francia. Este martes, la Asamblea Nacional votó una propuesta legislativa que permitiría a adultos con enfermedades incurables optar por una asistencia médica al momento de su muerte. La medida se presenta en medio de un creciente clamor popular y en una Europa que lentamente camina hacia modelos similares.
Francia frente a un cambio histórico en su legislación
El proyecto de ley votado en la Cámara Baja del Parlamento francés estipula que personas mayores de 18 años, residentes en Francia o ciudadanos franceses, diagnosticadas con enfermedades graves e incurables en etapa avanzada o terminal, y que sufran dolores intolerables sin posibilidad de alivio, puedan acceder a una sustancia letal. Este acceso se realizaría bajo un protocolo médico muy estricto.
La ley descrita contempla también un periodo de reflexión y la intervención de una comisión médica multidisciplinaria que certifique el estado del paciente y su voluntad libremente expresada.
“No se trata de una puerta abierta a la eutanasia indiscriminada, sino del respeto a quien sufre”, señalaron diputados socialistas defensores de la medida.
Una demanda ciudadana respaldada por encuestas
Desde 2023, la mayoría de los franceses se han mostrado favorables a legislar opciones de fin de vida. Según un informe de ese año, casi el 80% de los ciudadanos apoya algún tipo de opción legal para morir con dignidad. Este respaldo no es nuevo: ya en 2001, un estudio del Instituto CSA indicaba que el 60% de los franceses respaldaban la eutanasia bajo ciertas condiciones.
A pesar de ello, Francia ha estado rezagada respecto a otros países europeos como Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, España e incluso Portugal, donde la eutanasia o el suicidio asistido son legales bajo ciertas circunstancias.
Los requisitos estrictos del proyecto francés
Para acceder a la asistencia médica a morir, el paciente deberá cumplir con los siguientes requisitos:
- Tener más de 18 años.
- Ser ciudadano francés o residir legalmente en Francia.
- Padecer una enfermedad grave, incurable y en estado terminal o avanzado.
- Sufrir dolores intolerables e intratables médicamente.
- Formular la solicitud de manera libre e informada, y confirmarla después de un periodo de reflexión.
Además, quienes no puedan administrarse ellos mismos la sustancia podrán ser asistidos por profesionales médicos.
¿Y qué pasa con enfermedades mentales o neurodegenerativas?
Aquí surge uno de los puntos más debatidos. El proyecto excluye expresamente a personas con enfermedades psiquiátricas severas y trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. Esta exclusión ha sido criticada por algunos colectivos de pacientes, quienes argumentan que se estaría discriminando arbitrariamente a personas con sufrimiento real.
No obstante, los defensores del proyecto argumentan que este tipo de patologías comprometen el juicio y la capacidad de tomar decisiones informadas, lo cual atenta contra uno de los pilares del proyecto: la autonomía.
Un proceso legislativo aún largo
Aunque la Asamblea Nacional haya aprobado la medida, el proceso legislativo está lejos de concluir. Ahora, el proyecto deberá pasar al Senado, donde puede ser enmendado, rechazado o incluso bloqueado. El presidente Emmanuel Macron ha afirmado que, si el proceso parlamentario se empantana, podría considerar un referéndum nacional.
En palabras de Macron: “Este es un debate crucial para el alma de la nación. Debemos escuchar a nuestros ciudadanos, pero también mantener un marco ético riguroso.”
Religiones y asociaciones médicas: voces a favor y en contra
El Consejo de Líderes Religiosos en Francia, que incluye representantes de comunidades católicas, protestantes, judías, musulmanas, ortodoxas y budistas, publicó una declaración en conjunto criticando la medida. En ella advierten que abrir la puerta a la muerte voluntaria puede convertirse en una presión soterrada sobre ancianos y personas discapacitadas.
Por el contrario, la Asociación para el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD) denunció la lentitud del proceso y celebró que al fin el debate esté en la agenda parlamentaria. Su portavoz manifestó: “Nuestros vecinos europeos ya han dado este paso. Es hora de que Francia deje de forzar a sus ciudadanos a morir en Bélgica o Suiza.”
Europa y el mundo: ¿cómo están reguladas la eutanasia y el suicidio asistido?
En Europa, la legislación sobre asistencia para morir varía enormemente:
- Bélgica y Países Bajos: legalizan tanto la eutanasia como el suicidio asistido desde comienzos de los 2000. Han sido pioneros con marcos legales sólidos.
- LUXEMBURGO: permite la eutanasia desde 2009.
- SUIZA: permite el suicidio asistido, pero no la eutanasia. Cualquier persona que actúe por altruismo puede asistir sin ser penalizada.
- ESPAÑA: legalizó la eutanasia en 2021, tras una fuerte campaña ciudadana.
- PORTUGAL: aprobó una ley en 2023 después de varios intentos fallidos a lo largo de una década.
Fuera de Europa, la legislación también varía:
- CANADÁ: legalizó el “Medical Assistance in Dying” (MAID) en 2016.
- AUSTRALIA: algunos estados han aprobado leyes similares desde 2019.
- ESTADOS UNIDOS: el suicidio médicamente asistido se permite solo en 10 estados y bajo estrictas condiciones.
- COLOMBIA: fue el primer país latinoamericano en despenalizar la eutanasia en 1997 y la Corte Constitucional amplió el marco en 2022.
Más allá de la muerte asistida: cuidados paliativos en el centro
En paralelo al debate sobre el fin de la vida, se vota también una nueva legislación sobre cuidados paliativos. Esta apunta a reforzar los recursos para aliviar el sufrimiento, garantizar la dignidad de los pacientes y brindar alternativas reales a quienes, en su mayoría, optan por morir de forma asistida por falta de opcionalidad.
Según informes del Ministerio de Salud francés, solamente el 30% de los pacientes terminales acceden a cuidados paliativos de calidad. Una deficiencia que, según expertos, impulsa a muchos a considerar la muerte voluntaria.
Una historia que aún se escribe
Todo indica que Francia se encuentra en un momento de inflexión similar al que vivieron España, Canadá o Bélgica en su momento. El equilibrio entre la compasión, la ética médica y las ansiedades sociales será determinante en el tránsito legislativo que aún queda por recorrer.
Lo cierto es que, sea cual sea el desenlace, la conversación ha comenzado. Y ha llegado para quedarse.