Drones en el punto de mira: la carrera por dominar las tecnologías antidrones
De amenazas aéreas a soluciones tecnológicas: cómo el mundo se adapta al desafío creciente del uso irresponsable de drones
Una amenaza creciente en cielos cada vez más ocupados
Los drones se han convertido en una herramienta omnipresente. Desde su uso recreativo hasta aplicaciones comerciales o militares, estos dispositivos voladores sin tripulación están transformando nuestra realidad. Sin embargo, con su expansión también ha llegado una oleada de preocupaciones legítimas sobre seguridad nacional, privacidad y control del espacio aéreo.
En los últimos años, se han registrado incidentes de drones sobrevolando plantas nucleares, cárceles, aeropuertos y eventos masivos. Incluso se ha documentado su uso con fines criminales y terroristas, como reconocimiento, ataques o contrabando. La necesidad urgente de una respuesta eficaz ha propiciado el surgimiento de avanzados sistemas antidrones.
¿Qué tan fácil es causar daño con un dron?
Extremadamente fácil. Según el consultor en seguridad nacional Zachary Kallenborn, los dispositivos comerciales —que pueden adquirirse por menos de $500 USD— son modificados por actores estatales y no estatales para ofrecer ventajas tácticas. "China, Rusia, Irán: si no están haciéndolo, son estúpidos", afirma en tono contundente.
En 2022, un incidente con un dron en Arabia Saudita dejó 12 personas heridas al caer escombros después de que las autoridades derribaran un dispositivo rebelde. Estos eventos demuestran que derribar un dron no siempre es la opción más segura.
Tipos de tecnologías antidrones: ventajas e inconvenientes
Existen múltiples enfoques para neutralizar drones, cada uno con beneficios e implicaciones propias. A continuación, una clasificación:
- Medidas cinéticas: incluyen disparos, redes o misiles para destruir físicamente el dron. El problema principal: escombros en zonas urbanas o fallos de puntería.
- Inhibidores de señales (jamming): bloquean las frecuencias de radio del dron, impidiendo su control. La desventaja es que pueden interferir con otros servicios como emergencias o telecomunicaciones.
- Intervención cibernética: hackear el dron y tomar el control. Permite aterrizarlo sin daños y analizarlo posteriormente. Esto es ideal en investigaciones criminales o casos de error de usuarios civiles.
- Captura aérea: el uso de otros drones para lanzar redes y atrapar drones hostiles en vuelo. Se considera una técnica precisa pero limitada en escenarios masivos.
Una de las empresas destacadas en este campo es la israelí D-Fend Solutions, creadora de EnforceAir, un sistema portátil que detecta, toma el control y aterriza drones que ingresan a zonas restringidas. Su ventaja clave: la posibilidad de distinguir entre drones permitidos y aquellos considerados amenazas.
Aplicaciones civiles: más allá del campo de batalla
Si bien los drones militares han tenido gran visibilidad durante las últimas dos décadas, las infraestructuras civiles críticas también enfrentan amenazas serias. Aeropuertos como el de Gatwick (Reino Unido) han tenido que cerrar operaciones durante horas debido a la presencia ilegal de drones, provocando pérdidas millonarias.
Los expertos visualizan un futuro cercano donde escuelas, estadios, plantas de agua potable, refinerías o penitenciarías utilicen sistemas antidrones como parte de su protocolo estándar de seguridad.
La legislación: un obstáculo a superar
Uno de los retos más importantes es el legal. En Estados Unidos, por ejemplo, las autoridades locales o estatales tienen limitada capacidad legal para operar sistemas antidrones. "La mayoría de las leyes que usamos hoy fueron redactadas para aeronaves tripuladas, no para drones", advierte DJ Smith, del Departamento de Policía Estatal de Virginia.
El congresista republicano Cory Mills ha propuesto una legislación que permitiría a agencias locales usar tecnologías autorizadas por el Departamento de Seguridad Nacional y la FAA para enfrentar amenazas en eventos públicos. El objetivo es proteger a los ciudadanos sin violar derechos civiles.
Casos concretos: de amenazas terroristas a errores de aficionados
Los incidentes no siempre implican malos actores. En muchos casos, los drones son operados por entusiastas sin intención maliciosa pero que desconocen regulaciones. Por ejemplo:
- En 2015, un dron cayó en los jardines de la Casa Blanca. El operador resultó ser un empleado estatal borracho que lo voló desde su apartamento.
- En Japón, un dron con señales radioactivas aterrizó en la azotea del despacho del primer ministro.
- En varias cárceles de Estados Unidos, se han encontrado drones que transportaban celulares, drogas o armas hacia los reclusos.
Aunque algunos casos resultan anecdóticos, otros representan amenazas criminales reales, requiriendo respuestas sofisticadas y rápidas.
Desafíos técnicos: no todo es tan sencillo como parece
Hackear drones militares, por ejemplo, es más complejo. Estos cuentan con defensas cibernéticas robustas, encriptación y evasión de interferencias. También pueden operar en “modo autónomo”, sin señal directa con el operador.
Además, las tecnologías antidrones deben adaptarse constantemente. Los drones evolucionan rápidamente, tanto en diseño como en software. Los modelos controlados por inteligencia artificial ya representan el siguiente nivel de complejidad.
Un negocio en expansión: la industria detrás del escudo
Se estima que el mercado global de sistemas antidrones superará los $6,000 millones de dólares para 2028, con un crecimiento anual promedio del 28%, según Emergen Research. Principales actores:
- Lockheed Martin
- Raytheon Technologies
- D-Fend Solutions
- Dedrone
- DroneShield
Estos gigantes colaboran también con agencias gubernamentales en EE.UU., Europa e Israel para implementar soluciones en espacios estratégicos.
Una tecnología en la frontera de lo legal y lo ético
Mientras crece la necesidad de controlar el espacio aéreo, no se puede ignorar el balance entre seguridad, privacidad y derechos civiles. Implementar inhibidores de señal, por ejemplo, puede interferir con dispositivos inocentes cercanos. ¿Qué ocurre si un hospital pierde red 5G por un bloquedor antidron en las proximidades?
Expertos como el Dr. Jack Goldsmith, exasesor jurídico del Pentágono, insisten en la necesidad de crear marcos legales específicos que consideren cada contexto y herramienta tecnológica, evitando un uso desmedido de estas herramientas por entes sin fiscalización.
Una batalla aérea que apenas comienza
En la medida que los drones se hacen más comunes, baratos y sofisticados, también lo hará la necesidad de mantenerlos bajo control. Ciudades, empresas y gobiernos requieren trabajar en conjunto para no solo crear sistemas antidrones eficaces, sino también integrarlos en una estructura legal y social equilibrada.
Lo que alguna vez fue el dominio exclusivo de las fuerzas armadas ahora se convierte en una prioridad para la seguridad civil. Bienvenidos al futuro de las guerras invisibles en los cielos urbanos.