Nacionalismo versus Europa: Polonia y su Elección Presidencial Decisiva
Trzaskowski y Nawrocki se disputan la presidencia en un país dividido entre el conservadurismo radical y la integración europea
Una batalla por el alma de Polonia
Este domingo, Polonia elegirá a su próximo presidente en una reñida segunda vuelta que enfrenta a dos visiones diametralmente opuestas del futuro del país. Por un lado está Rafał Trzaskowski, alcalde liberal de Varsovia y férreo defensor de la Unión Europea. Por el otro, Karol Nawrocki, un historiador conservador impulsado por el nacionalismo y los valores tradicionales.
Las elecciones no solo determinarán quién será el próximo jefe de Estado, sino también si Polonia sigue por el camino de la integración europea o adopta una mayor distancia frente a Bruselas, un tema crucial en plena crisis de seguridad regional provocada por la guerra de Rusia en Ucrania.
¿Quiénes son los candidatos?
Rafał Trzaskowski, de 53 años, es conocido por modernizar Varsovia, impulsar políticas inclusivas y por su cercanía con el primer ministro pro-europeo Donald Tusk. Esta es su segunda intentona presidencial, tras perder por poco ante Andrzej Duda en 2020. Trzaskowski representa una Polonia orientada hacia Europa, la defensa de la democracia y los derechos civiles, incluyendo la visibilidad LGBTQ+ y el acceso al aborto.
En contraste, Karol Nawrocki, de 42 años, carece de experiencia política, aunque está respaldado por el partido nacionalista Ley y Justicia (PiS), que gobernó el país entre 2015 y 2023. Actualmente lidera el Instituto de la Memoria Nacional, donde ha promovido narrativas históricas conservadoras, incluyendo la eliminación de monumentos soviéticos. Nawrocki ejerce un magnetismo entre sectores conservadores que lo ven como el defensor de los valores polacos “tradicionales”.
Resultados de la primera vuelta
En la primera ronda, celebrada el 18 de mayo, Trzaskowski obtuvo el 31,36% de los votos, mientras que Nawrocki sorprendió con un 29,54%, superando pronósticos que lo daban como un contendiente de segundo plano. Ninguno alcanzó la mayoría absoluta, por lo que el próximo 26 de mayo viviremos una segunda vuelta definitiva.
Una elección marcada por escándalos y populismo
Aunque Nawrocki es una figura emergente, su campaña no ha estado exenta de controversias:
- Vínculos con figuras del hampa: Nawrocki ha sido relacionado con individuos del submundo criminal, conocidos de su pasado como boxeador y guarda de seguridad.
- Escándalo inmobiliario: Fue criticado por adquirir un departamento bajo la promesa de cuidar al propietario anciano, promesa que, según reportes, no cumplió. La presión pública lo llevó a donar la propiedad a una organización caritativa.
- Violencia en el pasado: Se sabe que participó en una pelea callejera en 2009 entre 140 hooligans del fútbol en Gdansk. Nawrocki defendió el incidente como una “forma noble de combate”.
- Comportamiento errático: Durante un reciente debate presidencial, se tapó la boca y puso lo que inicialmente describió como chicle —aunque luego dijo era una bolsita de nicotina— provocando burlas y dudas sobre su profesionalismo.
A pesar de estas polémicas, sus seguidores insisten en que todo se trata de una campaña de desprestigio de la élite liberal. Nawrocki, según encuestas, ha logrado captar la atención y voto emocional de un sector que desea un retorno a lo que llaman “normalidad”, en un eco del lema “Make America Great Again” de Donald Trump, quien incluso se reunió con el candidato.
Trzaskowski: modernidad versus tradición
Trzaskowski, liberal y cosmopolita, ha sido objeto de críticas por parte del sector conservador, que lo tacha de elitista. Habla varios idiomas, incluyendo inglés y francés, lo cual es motivo de burla entre derechistas, que lo apodan despectivamente “Bonjour”.
Ha defendido los derechos LGBTQ+ y participado en marchas del orgullo gay, algo inédito para políticos de alto perfil en el país. También ha prometido luchar por una política energética más verde, aunque sus opositores lo acusan de amenazar la industria del carbón y los empleos que esta genera.
Otro flanco crítico para él es el desencanto con el gobierno de Tusk, que prometió liberalizar el acceso al aborto tras las marchas masivas de mujeres, pero aún no ha cumplido del todo. Trzaskowski ha reactivado esa promesa como línea clave de campaña.
Contexto geopolítico delicado
Polonia, frontera con Ucrania, ha sido clave en la respuesta occidental a la invasión rusa. Es un pilar de la OTAN y un puente logístico vital para los esfuerzos militares y humanitarios. En juego, entonces, está también el tipo de postura que el país adoptará frente a Moscú, Bruselas y Washington.
Mientras Trzaskowski promueve una estrecha cooperación con la Unión Europea y embodies un perfil internacionalista, Nawrocki, con un discurso soberanista, busca reforzar los lazos con líderes como Trump y oponerse a lo que considera una “injerencia” de Bruselas en la política nacional.
El poder real del presidente polaco
En Polonia, el presidente puede vetar leyes y tiene influencia en política exterior, aunque el poder ejecutivo reside principalmente en el gobierno parlamentario. Sin embargo, en momentos de tensión política o coaliciones frágiles, su papel puede convertirse en clave para bloquear o facilitar la gobernabilidad.
Esto convierte esta elección en una apuesta estratégica sobre el rumbo que tomará el país, tanto internamente como ante los ojos del mundo.
Europa observa con atención
La Unión Europea ha chocado frecuentemente con gobiernos nacionalistas polacos en temas como la independencia judicial, la libertad de prensa y los derechos sociales. Nawrocki mantendría probablemente ese curso de conflicto, mientras que Trzaskowski representa la posibilidad de reconstrucción y alineamiento con los valores fundacionales de la UE.
Varios medios internacionales coinciden en que este es uno de los comicios más importantes del presente año europeo, porque puede significar un espejo del giro ideológico que muchos países están viviendo: desde la edición francesa de Le Monde, que tituló “Polonia entre nacionalismo y modernidad”, hasta el New York Times, que resaltó la pugna entre “conservadurismo tribal y democracia liberal”.
¿Qué dicen las encuestas?
Los últimos sondeos marcan un empate técnico, con ligeras variaciones según la empresa encuestadora. Esto sugiere que la clave estará en la movilización de los indecisos y en la participación rural versus urbana.
Trzaskowski concentra su fuerza en las grandes ciudades y entre jóvenes, profesionales y sectores progresistas. Nawrocki encuentra resonancia en zonas rurales, votantes mayores y creyentes conservadores.
Según Ipsos, un 12% del electorado aún duda por quién votar. Otro aspecto crítico será la participación: en la primera vuelta, apenas el 62% de los votantes acudieron, dato que ambos candidatos buscan mejorar.
Polonia decide su rumbo
La elección presidencial en Polonia no es una más. Es una decisión profunda sobre el tipo de República y de ciudadanía que los polacos desean construir: una orientada al pasado o al futuro, cerrada en su tradición o abierta al mundo. El veredicto se conocerá este domingo, pero su alcance resonará por años en todo el continente.