Starship de SpaceX: El ambicioso cohete que quiere conquistar la Luna y Marte
Tras dos explosiones previas, la gigante nave de Elon Musk completa un nuevo vuelo con objetivos más allá de la atmósfera terrestre
Un nuevo intento desde Texas
El 27 de mayo de 2025, SpaceX volvió a la carga con su mega cohete Starship, lanzándolo con éxito desde Starbase, su centro espacial en el extremo sur de Texas. Esta misión, la novena dentro del programa de vuelos de prueba, representa mucho más que un simple intento de llevar carga al espacio: es el campo de pruebas de la compañía de Elon Musk para sus más ambiciosos planes de colonización lunar y marciana.
El Starship, con 123 metros de altura (403 pies), es actualmente el cohete más alto y potente jamás construido en la historia de la humanidad, superando inclusive al legendario Saturn V que llevó a los astronautas del Apolo a la Luna en la década de 1960. Pero su grandeza también viene acompañada de enormes desafíos técnicos.
¿Qué ocurrió en los intentos anteriores?
Los dos lanzamientos anteriores en 2025 terminaron en explosiones a los pocos minutos del despegue, bañando de escombros el Mar Caribe. Aunque no hubo heridos ni daños materiales significativos, estos eventos provocaron que la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) retrasara futuros lanzamientos hasta que se implementaran cambios significativos.
En respuesta, SpaceX ajustó varios elementos estructurales y de diseño del vehículo, incluyendo nuevas baldosas térmicas, sistemas de vuelo, y añadidos para realizar posibles capturas futuras desde el mismo lugar de lanzamiento. También se cambió el horario del despegue para evitar interrupciones en el tráfico aéreo comercial, una situación que afectó vuelos durante las pruebas anteriores.
Un vuelo largo y con objetivos específicos
Durante esta misión, Starship tenía como objetivo liberar ocho unidades simuladas de los satélites Starlink en la órbita terrestre, para luego caer al océano Índico. Es la primera vez que uno de estos vuelos incluye la simulación del despliegue de carga útil en el espacio.
Además, esta fue la primera vez que la nave utilizó un refuerzo reciclado (booster), aunque no se intentó su recuperación con los famosos “palillos gigantes” robóticos que SpaceX ha ensayado anteriormente. En cambio, el booster tenía previsto caer en el Golfo de México.
Una ciudad espacial en camino
Una curiosidad adicional de esta historia es que los residentes del área de Starbase votaron a favor de convertirse en una ciudad oficial. Esto podría convertir a la región en la primera comunidad formalmente creada en torno a una base espacial de lanzamiento privada en los Estados Unidos. Elon Musk ha manifestado en múltiples ocasiones su deseo de formar un ecosistema independiente alrededor de sus lanzamientos, y este paso parece ser un guiño real hacia esa visión.
Moonbase Alpha: el futuro según SpaceX
El objetivo inmediato de SpaceX no se queda simplemente en la órbita terrestre. La compañía tiene un contrato con la NASA por más de $4,000 millones de dólares para desarrollar una versión del Starship que pueda llevar a humanos a la superficie lunar como parte del programa Artemis. En el calendario actual, el primer vuelo tripulado alrededor de la Luna usando un Starship está previsto para 2026, y el primer descenso controlado con astronautas no llegaría antes de 2027.
Bill Nelson, administrador de la NASA, mencionó: “Necesitamos que SpaceX acelere sus ensayos con Starship si queremos realizar nuestros aterrizajes en la Luna conforme al programa Artemis”.
Un cohete más allá de lo convencional
El Starship no es un cohete tradicional. Parte de su ambiciosa propuesta técnica radica en su reutilización completa, tanto del primer como del segundo módulo (llamado también la nave en sí). El cohete despega, alcanza el espacio, libera su carga y vuelve, “aterrizando” de forma vertical para ser usado nuevamente. Este modelo, si se hace funcional y seguro, podría reducir drásticamente los costos de envío al espacio.
- Altura: 123 metros
- Empuje: más de 7.500 toneladas
- Capacidad de carga: hasta 150 toneladas en órbita baja
- 100% reutilizable
Otro dato impresionante es que el Starship se basa en una configuración de múltiples motores Raptor de nueva generación, capaces de funcionar tanto con oxígeno líquido como con metano líquido, un combustible que podría extraerse en la Luna o en Marte.
SpaceX compite contra el tiempo… y contra sí misma
El enfoque iterativo y agresivo de SpaceX, a menudo criticado por sus fallas visibles, contrasta con los enfoques más conservadores de entes estatales como la NASA. Sin embargo, es precisamente esta capacidad de fallar, rediseñar y volver a volar lo que ha hecho de SpaceX una empresa que redefine el paradigma aeroespacial.
A pesar de los altos riesgos y costos, cada vuelo —exitoso o no— brinda datos esenciales para ajustar el diseño, la ingeniería y los protocolos de lanzamiento y recuperación. Así lo explicó Gwynne Shotwell, presidenta de SpaceX, durante una conferencia en Houston: “Ningún avance importante en la exploración espacial ha llegado sin dificultades. Cada vuelo nos enseña algo que no sabíamos antes”.
El futuro espacial, más cerca de lo que pensamos
La ciencia ficción nos acostumbró a pensar en colonias humanas en Marte o en estaciones lunares como algo lejano o improbable. Sin embargo, compañías como SpaceX están acelerando ese cronograma de forma vertiginosa. El sistema Starship no solo está diseñado para enviar misiones espaciales gubernamentales, sino para abrir paso al turismo espacial, misiones comerciales e incluso la minería de asteroides.
Como dijo Elon Musk en su ya clásica entrevista de 2022: “No quiero morir en la Tierra. Quiero morir en Marte… pero no al aterrizar”.
Si Starship logra cumplir con su promesa tecnológica, podríamos estar a una o dos décadas de ver asentamientos humanos estables más allá del planeta Tierra.
¿Qué viene después del vuelo #9?
Los ingenieros de SpaceX ya están analizando los datos recolectados durante el vuelo más reciente. Se evaluará la integridad de los sistemas de separación, navegación, recuperación y despliegue de satélites. También será importante entender el comportamiento del vehículo al resistir la reentrada atmósferica, una parte crítica del diseño para vuelos tripulados.
Para los amantes del espacio, este es un momento fascinante. No solo somos testigos de una nueva era de exploración, sino de cómo el sector privado lidera misiones que definirán el rol de la humanidad fuera de nuestro planeta.