Texas y el rebrote del sarampión: cuando la libertad individual choca con la salud pública
Con más de 700 casos y dos niños fallecidos, Texas se enfrenta a la peor crisis de sarampión en más de 20 años... y podría empeorar con una nueva ley que facilita esquivar las vacunas.
Una alerta que revive temores del pasado
En pleno 2024, hablar del sarampión parece ir contra toda lógica moderna. Esta enfermedad, que había sido considerada eliminada en Estados Unidos desde el año 2000, ha resurgido de forma preocupante, especialmente en Texas, que vive la mayor oleada del virus en más de dos décadas. Más de 700 personas han enfermado este año, decenas han requerido hospitalización y, trágicamente, dos niños que no estaban vacunados fallecieron.
¿Qué ha desatado el brote?
Todo comenzó a finales de enero en comunidades menonitas del oeste de Texas, conocidas por su resistencia a las vacunas y desconfianza hacia intervenciones gubernamentales. El sarampión, al ser extremadamente contagioso (cada infectado puede transmitirlo a más de 15 personas si no están protegidas), pronto se extendió a otras zonas con bajas tasas de vacunación.
Una legislación polémica
En medio del brote, el Congreso estatal aprobó un proyecto de ley que podría facilitar aún más que los padres eximan a sus hijos de las vacunas obligatorias para ingresar a la escuela. El nuevo texto, respaldado por legisladores republicanos, permite que los formularios de exención se descarguen directamente de internet, en lugar de ser solicitados por correo físico a las autoridades de salud, como hasta ahora.
Rekha Lakshmanan, directora de estrategia de Immunization Project, fue clara: “Si este proyecto se convierte en ley, Texas verá más enfermedades, más muertes y mayores costos en salud para familias y empresas”.
Texas y sus cifras de vacunación: ¿un declive predecible?
Según el Departamento de Servicios de Salud de Texas, el estado ya mostraba una preocupante tendencia en los últimos años:
- 77,000 solicitudes de exención en 2019
- 136,000 en 2022
- 153,000 en el ciclo 2023-2024
El porcentaje de estudiantes vacunados en Texas, si bien aún supera el 90%, ha descendido notablemente desde la pandemia. Por ejemplo, para la varicela la tasa es del 93.78%, y para la hepatitis B es del 95.78%. Sin embargo, la herd immunity o “inmunidad de rebaño” para el sarampión requiere que al menos el 95% de la población esté inmunizada.
“No es antivacuna, es eficiencia”, dicen sus defensores
Los defensores del proyecto de ley, como Jackie Schlegel de “Texans for Medical Freedom”, argumentan que la medida busca simplemente agilizar el proceso burocrático y facilitar el acceso a las escuelas. “Este proyecto no trata sobre si las vacunas son buenas o malas, se trata de eficiencia gubernamental”, expresó.
No obstante, los críticos insisten en que bajar la guardia en los mecanismos de control administrativos permite que más familias esquiven vacunas no por razones de conciencia o salud, sino por comodidad.
Una tendencia nacional alimentada por la polarización
Texas no está sola. De hecho, el problema tiene ramificaciones nacionales. Brent Ewig, jefe de políticas de la Asociación Nacional de Administradores de Inmunizaciones, aseguró que hay más de 600 proyectos de ley relacionados con vacunas tramitándose en legislaturas estatales en 2025, la mayoría con espíritu anti-vacunación o pro-exención.
“Vimos un alza de legislación de este tipo durante la pandemia, luego decayó, pero este año la tendencia ha resurgido”, afirmó Ewig. Parte de este renovado impulso viene del respaldo de figuras como Robert F. Kennedy Jr. —conocido activista antivacunas—, quien fue nombrado secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. bajo la actual administración federal.
¿Qué otras enfermedades podrían volver?
El sarampión no es la única amenaza. La ley de Texas también facilitaría exenciones a vacunación contra:
- Tos ferina (pertussis)
- Hepatitis A y B
- Poliomielitis
- Paperas y rubéola
Algunas de estas afecciones, como la poliomielitis, habían sido ampliamente erradicadas en EE.UU., pero con niveles de vacunación decrecientes, podrían volver a aparecer.
Lo que está en juego
Más allá de Texas, este debate escenifica un dilema recurrente en muchas democracias: ¿hasta qué punto se debe permitir la objeción individual cuando entra en tensión con la salud colectiva?
La situación no es nueva. En 1905**, la Corte Suprema de EE.UU. falló en Jacobson v. Massachusetts que los gobiernos podían imponer vacunas obligatorias en situaciones sanitarias críticas. Sin embargo, más de un siglo después, las presiones políticas y culturales hacen que esta decisión tambalee.
Cifras alarmantes post-pandemia
Según los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), la tasa nacional de vacunación del jardín de infancia en EE.UU. cayó al 92.7% en el período 2023-24, cuando antes de la pandemia alcanzaba el 95%. Y, más preocupante aún, el porcentaje de niños con exenciones alcanzó su récord histórico.
¿Se avecinan más brotes?
Muchos expertos lo temen. El sarampión, con su facilidad de propagación y su carga viral alta, suele ser el primer síntoma de un ecosistema inmunológico debilitado. Es, como dijo Lakshmanan, “el canario en la mina de carbón gritando a todo pulmón”. Si cae el blindaje contra el sarampión, otras enfermedades podrían seguirle.
Riesgos económicos y sociales
Más allá de la discusión médica, los brotes conllevan costos económicos inmensos. Hospitalizaciones, pérdida de jornadas laborales de padres que deben cuidar niños enfermos, y tensión en los sistemas de salud ya de por sí congestionados. Además, escuelas y guarderías podrían enfrentar cierres temporales o cuarentenas preventivas.
La paradoja texana
Irónicamente, Texas es uno de los estados con mejor infraestructura médica del país. Houston es sede del Texas Medical Center, el complejo hospitalario más grande del mundo. Sin embargo, la resistencia sociocultural a las vacunas parece estar en aumento, mostrando que la ciencia no basta: es necesario ganar confianza ciudadana.
¿A dónde vamos desde aquí?
El proyecto de ley que facilita las exenciones de vacunación espera sólo la firma del gobernador Greg Abbott. Mientras tanto, organizaciones médicas, grupos de padres, epidemiólogos y legisladores continúan el debate sobre el equilibrio entre eficiencia administrativa y responsabilidad comunitaria.
En un mundo globalizado y aún agotado por el impacto del COVID-19, permitir nuevos brotes por decisiones legislativas populistas puede ser un riesgo demasiado caro para pagar. La historia reciente ha demostrado que los virus no respetan ideologías, fronteras ni calendarios.
La vacunación no es solo una elección individual. Es un pacto social.