Vacunas, deportaciones y acero: Las controversiales apuestas de la administración Trump

Una mirada crítica a las decisiones recientes sobre deportaciones caóticas, cambios en políticas de vacunación y la compra de U.S. Steel con implicaciones geopolíticas en juego

Una administración bajo escrutinio judicial

La administración de Donald Trump ha vuelto al centro del debate político y legal debido a una serie de decisiones polémicas en distintos frentes: inmigración, salud pública y política económica. Tres temas han encendido alertas tanto en los tribunales como en el ámbito internacional: las deportaciones a terceros países, la modificación abrupta de las recomendaciones de vacunación, y la compra estratégica de U.S. Steel por parte de Nippon Steel. Este artículo ofrece un análisis detallado (y necesario) del contexto político y social que rodea estas decisiones, sus implicaciones y las reacciones que han generado.

Deportaciones cuestionadas a Sudán del Sur: caos y evasión legal

En un fallo revelador, el juez federal Brian Murphy declaró que la administración Trump está “fabricando el caos” en su gestión de ciertas deportaciones. En este caso, sus críticas se centran en la expulsión de ocho personas con posibles vínculos a países tan diversos como Cuba, Laos, México, Myanmar, Vietnam, y Sudán del Sur.

Murphy expresó que a los deportados se les negó la oportunidad de argumentar su caso y que incluso se les llevó engañados: primero se les comunicó que serían enviados a Sudáfrica, y luego, en menos de 16 horas, se cambiaron los planes hacia Sudán del Sur, país del cual no son originarios y donde corren un alto riesgo de ser víctimas de violencia.

El juez enfatizó que habían pasado “declaraciones contradictorias” a los inmigrantes y se utilizaba una “falta de claridad como método de evasión legal”. Incluso el Departamento de Estado ha emitido advertencias contundentes sobre viajar a Sudán del Sur, que actualmente figura entre los países más peligrosos del mundo.

¿Una solución fuera de EE.UU.? La estrategia de terceros países

El gobierno ha optado por tratar con terceros países para deportar a personas a las que sus países de origen se niegan a recibir. El Salvador, Costa Rica y Panamá han sido parte de estos acuerdos bajo condiciones opacas. En particular, El Salvador actúa como destino de inmigrantes deportados en una cárcel tristemente célebre. ¿Estamos ante una externalización de la deportación?

Esta tendencia ha sido ampliamente criticada por defensores de derechos humanos por el escaso seguimiento legal y la falta de transparencia hacia el público estadounidense.

Robert F. Kennedy Jr. y el nuevo paradigma antivacunas

Las decisiones no se limitan a la inmigración. El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., conocido por su perfil crítico hacia las vacunas desde antes de ocupar el cargo, ha desatado controversia al eliminar oficialmente las recomendaciones de vacunación contra el COVID-19 para niños sanos y mujeres embarazadas.

En un video de menos de un minuto publicado en X (antes Twitter), Kennedy aseguró que las recomendaciones previas de vacunas se basaban en “datos clínicos inexistentes”, contradiciendo la opinión de instituciones médicas como el CDC y la FDA, las cuales han promovido refuerzos anuales.

Esta decisión fue tomada incluso antes de que el panel asesor del CDC se reuniera para discutir las recomendaciones de otoño. Los expertos advirtieron que, si bien el riesgo de COVID-19 ha disminuido considerablemente desde 2020, las vacunas han demostrado de forma continua una reducción en hospitalizaciones y fallecimientos, especialmente entre grupos vulnerables.

El Dr. Marty Makary y el Dr. Jay Battacharya, ambos críticos vocales contra estrategias pandémicas pasadas, acompañaron a Kennedy en su declaración. Esto contribuye a una percepción de debilitamiento institucional en áreas de decisión científica.

U.S. Steel y la geopolítica del acero

Pocas adquisiciones corporativas han generado tanto interés geoestratégico en EE.UU. como la compra de U.S. Steel por parte de Nippon Steel por $14 mil millones. El acuerdo ha sido presentado como una “asociación controlada” que garantizará un CEO estadounidense, una mayoría de directivos nacionales y la aprobación gubernamental de ciertas funciones clave.

Dado el simbolismo de U.S. Steel en la historia industrial americana —fundada en 1901 como la primera corporación con más de mil millones de dólares en capital—, esta compra genera inquietudes:

  • La United Steelworkers Union se ha opuesto firmemente al acuerdo.
  • La administración Biden lo frenó inicialmente por motivos de seguridad nacional.
  • Trump lo sometió a un nuevo escrutinio por el Comité de Inversión Extranjera en EE.UU. (CFIUS).

Para aliviar temores, Nippon prometió mantener abierta la producción en EE.UU. y no importar acero en competencia directa. También ha prometido invertir $2.7 mil millones en mejorar hornos existentes y construir infraestructura con nuevas tecnologías.

El senador McCormick aseguró que esta es una jugada estratégica en la cual “ambas partes ganan”, pero las preocupaciones por pérdida de soberanía y manipulación geopolítica del sector base continúan latentes.

Nacionalismo, soberanía y ciencia en disputa

Los tres frentes —política migratoria, política sanitaria y política industrial— demuestran una constante de la administración Trump: nacionalismo como eje rector. Sin embargo, esa inclinación ha derivado, en varias ocasiones, en decisiones que general caos o son legalmente cuestionables.

El intento de deportar a inmigrantes a países inadecuados, sin garantías para defensa legal, apunta a una estrategia de disuasión basada en el miedo y la opacidad, más que en soluciones sostenibles. Por otro lado, debilitar las recomendaciones de vacunación contradice principios científicos ampliamente aceptados y puede afectar la salud colectiva. Finalmente, estructurar una “soberanía empresarial” negociada posiblemente sea efectivo, pero erosiona normas previas sobre lo público y lo privado.

El reto para EE.UU. será encontrar un equilibrio entre proteger los intereses nacionales y preservar valores universales como la ciencia, los derechos humanos y la coherencia institucional. Hoy, ese equilibrio parece más frágil que nunca.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press