Ataques cibernéticos, tensiones nucleares y brotes sanitarios: un reflejo de los desafíos globales actuales

De los hackers chinos que vulneraron a la República Checa al incierto futuro nuclear con Irán y la amenaza del H5N1 en Camboya, el mundo enfrenta crisis sincronizadas que ponen a prueba los pilares de la diplomacia, la seguridad y la salud pública

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La sombra china sobre Praga

En mayo de 2024, el gobierno checo lanzó un comunicado contundente: identificó a China como responsable directa de ataques cibernéticos contra su infraestructura crítica, particularmente el sistema de comunicaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores. Estos ataques, iniciados en 2022, fueron atribuidos al grupo Advanced Persistent Threat 31 (APT31), presuntamente vinculado al Ministerio de Seguridad del Estado chino.

Según el canciller checo Jan Lipavský, se convocó al embajador chino en Praga para demandar explicaciones formales y expresar una condena firme. “Tales actividades tienen impactos serios en las relaciones bilaterales”, declaró Lipavský.

La respuesta no se hizo esperar. Naciones como Estados Unidos y miembros de la Unión Europea reaccionaron tajantemente, acusando a Pekín de violar las normas internacionales. "Observamos con creciente preocupación el patrón de actividades cibernéticas maliciosas que emanan de la República Popular China", indicó la OTAN en un comunicado.

Las guerras cibernéticas: la diplomacia en la era digital

Este caso no es aislado. Según estadísticas del CSIS, desde 2006 se han registrado más de 500 ciberataques significativos a nivel estatal. China, Rusia, Irán y Corea del Norte figuran entre los países más activos en este ámbito.

El ataque a Chequia pone nuevamente en evidencia cuán vulnerables son los estados pequeños frente a las potencias que combinan capacidades tecnológicas con estrategia geopolítica agresiva. Se suma al incidente reportado por Microsoft en 2021, donde revelaron que APT31 había empezado a explotar vulnerabilidades en dispositivos IoT y enrutadores para facilitar el acceso a redes gubernamentales.

Negociaciones nucleares: el punto muerto entre Irán y EE.UU.

Paralelamente en Viena, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, aseguró que “el jurado aún está deliberando” en cuanto al curso de las negociaciones nucleares con Irán.

En palabras de Grossi: “El hecho de que sigan reuniéndose indica una voluntad de llegar a un acuerdo”. Sin embargo, esta moderada esperanza contrasta con los temores de la comunidad internacional. El enriquecimiento de uranio por parte de Irán ronda ya niveles cercanos al grado armamentístico, desafiando los límites del Tratado de No Proliferación.

Como contexto, las hostilidades entre EE.UU. e Irán se intensificaron tras la salida unilateral de Washington del acuerdo nuclear en 2018 bajo la administración de Donald Trump. Las sanciones impuestas llevaron al país persa a reactivar su programa, haciendo sonar las alarmas en Medio Oriente y Europa.

El general Hosein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, lanzó recientemente una amenaza directa: “Tenemos el dedo en el gatillo. Si cometen un error, recibirán una respuesta inmediata que los hará olvidar su pasado”.

Un fantasma biológico desde Camboya: el H5N1

Y como si los ciberataques estatales y la amenaza nuclear no fueran suficientes, la salud pública volvió a colocarse en el centro de la alarma global. El Ministerio de Salud de Camboya confirmó la muerte de un niño de 11 años por gripe aviar (H5N1), el cuarto caso fatal en lo que va de 2024 en ese país.

El informe oficial menciona que el menor vivía cerca de aves de corral que mostraban signos de enfermedad. El virus fue confirmado por el Instituto Pasteur de Camboya. Todos los afectados tenían un historial de exposición a aves enfermas o muertas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advirtió sobre la posibilidad de que el virus mute y adquiera capacidad de transmisión entre humanos. Hasta ahora, son raros estos contagios humanos, pero la preocupación va en aumento conforme nuevos casos aparecen en distintas especies de mamíferos, incluido visones en España y osos en Estados Unidos.

¿Es Camboya el nuevo epicentro de un brote global?

Camboya ya había reportado brotes importantes en 2004 y 2006. Más recientemente, la OMS contabilizó 10 casos humanos de H5N1 en todo el planeta en 2024, con una letalidad del 50%. En Camboya, la cifra es aún más alarmante: 100% de letalidad entre los cuatro casos confirmados hasta la fecha.

El Ministerio camboyano ha comenzado a distribuir Tamiflu, uno de los pocos antivirales efectivos contra la cepa, como medida preventiva entre quienes hayan estado en contacto con las víctimas.

Interconexión de las amenazas globales

Lo interesante —y preocupante— de estos eventos es que demuestran una cada vez más clara interdependencia entre seguridad, diplomacia y salud global. El debilitamiento de un pilar puede amplificar los efectos de otro. Un ataque cibernético, por ejemplo, podría alterar sistemas hospitalarios. Un virus fuera de control puede cambiar políticas diplomáticas si se sospechara de origen artificial o mala gestión fronteriza.

Además, este tipo de crisis nos recuerda el fin de la unilateralidad en los conflictos del siglo XXI. Las amenazas no se circunscriben a ejércitos ni fronteras físicas. El peligro puede venir de una línea mal escrita en un código fuente, de un laboratorio descuidado, o de decisiones diplomáticas sin consenso multilateral.

El papel pendiente de la cooperación internacional

  • La OTAN reafirma su rol más allá del campo militar, ingresando de lleno en cuestiones cibernéticas.
  • La UE intensifica su retórica frente a países como China, que cada vez actúan más al margen de los valores del bloque.
  • El OIEA trabaja contra reloj para prevenir una carrera nuclear acelerada en Medio Oriente.
  • La OMS refuerza mecanismos de alerta temprana y respuesta inmediata frente a riesgos zoonóticos.

En palabras del informe de Seguridad Nacional de EE.UU. (2023): “Nos enfrentamos a una era posthegemonía, donde las amenazas multidimensionales requieren respuestas incluyentes, ágiles y multilaterales”.

Mientras las superpotencias se acusan mutuamente, los ciudadanos enfrentan inseguridades reales: infraestructura vulnerable, riesgos nucleares y pandemias invisibles. El desafío es que las instituciones multilaterales actúen como garante de un equilibrio que hoy parece tambalear.

Más allá de las ideologías o fronteras, el siglo XXI exige una nueva arquitectura global más transparente, preventiva y resiliente. Porque si algo nos enseñan estos eventos es que la próxima gran amenaza puede no provenir de la guerra tradicional, sino de un correo malicioso, un virus sin cura o una centrifugadora que no se detuvo a tiempo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press