Criptoviolencia: El lado oscuro del auge de las criptomonedas

Desde agresiones físicas hasta secuestros, el aumento del valor y adopción del bitcoin ha dado lugar a ataques violentos por parte de criminales atraídos por esta fortuna digital invisible

Un tipo de crimen con nombre propio: ataques con llave inglesa

En el siempre cambiante mundo de las criptomonedas, un fenómeno preocupante ha empezado a ganar notoriedad: los "ataques con llave inglesa". Este concepto, que parece sacado de una novela negra del ciberespacio, representa un tipo de crimen brutal y directo: la violencia física como método para robar activos virtuales.

El término proviene de una tira cómica famosa en círculos tech, donde se ridiculiza la obsesión por la ciberseguridad mostrando cómo un ladrón simplemente golpea al dueño de criptomonedas con una llave inglesa hasta que revela sus contraseñas. Tristemente, lo que empezó como una sátira se ha transformado en realidad.

El caso de Manhattan: bitcoin bajo tortura

En mayo de 2025, la policía de Nueva York arrestó a un sospechoso acusado de secuestrar, golpear y retener a un hombre contra su voluntad durante semanas. El motivo: obtener sus claves privadas de bitcoin. Aunque aún no se conoce la cantidad exacta de criptoactivos involucrados, el caso ilustra la peligrosa intersección entre riqueza virtual y amenaza física real.

Este incidente no es aislado. En Francia, un ejecutivo del criptosector fue atacado por ladrones que le cortaron un dedo para desbloquear una billetera de criptomonedas. Y en otros países, se han documentado secuestros exprés, ataques armados y tortura psicológica orientados a obtener contraseñas de billeteras frías (cold wallets).

¿Por qué los ricos en cripto se han vuelto blanco?

A diferencia de cuentas bancarias tradicionales, las criptomonedas operan bajo un principio de autonomía: “not your keys, not your coins” (si no tienes tus claves, no son tus monedas). Esto significa que quien obtiene las claves privadas puede transferir los fondos de forma irreversible. Y eso es precisamente lo que buscan los criminales: acceso sin vigilancia, sin regulación, sin fronteras.

Según TRM Labs, empresa especializada en trazabilidad blockchain, uno de los factores que impulsa estos crímenes es la naturaleza volátil y clandestina de los activos digitales. Phil Ariss, experto en seguridad y crimen digital, señala que “los grupos delictivos acostumbrados a usar violencia han migrado naturalmente al universo cripto”.

Estadísticas preocupantes

  • Más de USD 3.8 mil millones en criptomonedas fueron robadas en 2022, según Chainalysis.
  • Un tercio de los robos se realizó mediante técnicas de phishing, ingeniería social o acceso físico (fuente: Elliptic).
  • El 15% de casos de extorsión reportados en Europa en 2024 incluyeron demandas en crypto, muchas veces asociadas a violencia física.

¿Qué es una billetera fría y por qué es tan codiciada?

Las billeteras frías (cold wallets) son dispositivos físicos que almacenan criptomonedas sin conexión a internet. Son inmunes a la mayoría de los hackers, pero no a una llave inglesa en manos de alguien con malas intenciones. Un delincuente no necesita robar el dispositivo: solo necesita la contraseña para vaciarlo. Así, estos dispositivos se han convertido en el objetivo número uno de criminales con información privilegiada sobre inversores acaudalados.

Algunas empresas han implementado dispositivos multisig (multifirma), donde se requiere la verificación de varias personas para completar una transacción. Sin embargo, aún así los criminales pueden coaccionar a una familia completa o secuestrar a múltiples responsables.

Crimen organizado y migración al mundo digital

Las criptomonedas, en particular bitcoin, empezaron como una utopía financiero-digital. Su objetivo era descentralizar el dinero, otorgar independencia a los individuos y eliminar intermediarios. Sin embargo, en la práctica, el vacío legal y el anonimato también atrajeron al crimen organizado.

Según el informe anual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), existen redes internacionales de tráfico de drogas y armas que han empezado a utilizar criptomonedas para lavar dinero, pagar servicios logísticos e incluso financiar ataques.

Cambios tecnológicos que han potenciado este tipo de ataques

  • Crecimiento de la privacidad: muchas nuevas criptomonedas incluyen algoritmos de ocultación de transacciones que dificultan la rastreabilidad.
  • Mejor anonimato digital: se usan seudónimos, avatares y VPNs que esconden la identidad real de los usuarios.
  • Interpolación con mercados oscuros: criptos como Monero o Zcash se han vuelto populares en la darknet.

¿Cómo prevenir estos crímenes?

Expertos de ciberseguridad sugieren estrategias para quienes manejan activos importantes en cripto:

  1. División del patrimonio: mantener los activos distribuidos entre varias billeteras físicas y lógicas para evitar ser un blanco jugoso.
  2. No presumir: en redes sociales, evitar mostrar estilo de vida de riqueza basado en inversiones cripto. La vanidad puede ser peligrosa.
  3. Reducir la trazabilidad oficial: evitar colocar datos reales en exchanges que compartan información con gobiernos o puedan ser vulnerados por delincuentes.
  4. Implementar seguridad multinivel: desde 2FA hasta aprobaciones múltiples, pasando por contraseñas únicas e incluso seguridad física del domicilio.

El futuro del miedo cifrado

A medida que las criptomonedas continúan consolidándose como una nueva clase de activos global (con un valor de mercado que superó los 2.8 billones de dólares a inicios de 2024), la amenaza de violencia física por riesgos digitales no hará más que aumentar.

Ya no se trata solo de tener una contraseña segura o un firewall actualizado. En este nuevo escenario, cuidar tu cripto significa también cuidar tu integridad física, tu anonimato e incluso tus relaciones personales. Vivimos en una era donde la riqueza invisible requiere protección tangible.

Como dice el viejo refrán en la comunidad cripto: "Don’t trust. Verify. Y mejor aún, no reveles.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press