Gaza al borde del colapso humanitario: ¿ayuda o nuevo mecanismo de control?

El caos desatado en los centros de distribución de ayuda revela las tensiones entre la desesperación palestina y los intereses estratégicos israelíes

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DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza — La escena era desoladora: cientos de palestinos hambrientos, desesperados por conseguir alimentos, irrumpieron en un centro de distribución recientemente establecido por una fundación respaldada por Estados Unidos e Israel. El resultado fue un baño de sangre, con al menos 47 heridos, en su mayoría por fuego abierto del ejército israelí, según denunció la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. ¿Humanitarismo o estrategia militar encubierta?

Un sistema de ayuda que genera más preguntas que respuestas

La Franja de Gaza lleva casi tres meses bajo un férreo cierre fronterizo impuesto por Israel, situación que ha empujado a sus 2.3 millones de habitantes al borde de una catástrofe humanitaria. El nuevo sistema de distribución humanitaria, liderado por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), ha sido criticado duramente por organizaciones como la ONU y Médicos Sin Fronteras, que lo describen como un «mecanismo de control que puede violar el derecho internacional».

«Este sistema puede usarse para forzar el desplazamiento poblacional al condicionar la ayuda alimentaria a la cercanía de los hubs», advirtió Ajith Sunghay, jefe de la oficina de la ONU para los Derechos Humanos en los territorios palestinos.

¿Por qué es tan polémico el nuevo sistema?

Los cuatro centros de distribución operados por la GHF, custodiados por contratistas de seguridad privados, están diseñados como instalaciones militares: rodeados por cercas, con caminos controlados y bermas de arena que dificultan el acceso. Este diseño ha desatado duras críticas por parte de organizaciones humanitarias, que se han negado a participar en el sistema argumentando que está lejos de garantizar una distribución justa y segura de la ayuda.

«Es una estrategia de hambre forzada», denunció un portavoz de Save the Children, «y establece un precedente peligroso: usar los alimentos como herramienta de guerra».

La respuesta israelí: control, no cooperación

Israel ha justificado la creación del nuevo sistema asegurando que busca impedir que Hamas desvíe suministros de ayuda, aunque hasta el momento no ha presentado pruebas concretas de dicho desvío. Las agencias de la ONU, por su parte, sostienen que sus propios mecanismos de control son suficientemente rigurosos para evitar cualquier abuso.

«Es una narrativa conveniente», sostiene Raji Sourani, abogado de derechos humanos en Gaza y ganador del Right Livelihood Award. «Si de verdad quieren evitar el hambre, deberían permitir la operación completa de la red humanitaria internacional».

Caos en el terreno: el colapso de una solución impuesta

La distribución de alimentos del martes pasado en Rafah se convirtió en un campo de batalla cuando cientos de personas, desesperadas ante la escasez, derribaron cercas y trataron de ingresar al centro. Un periodista presente en el lugar escuchó disparos de tanques y armas automáticas, y vio un helicóptero militar lanzar bengalas para controlar la oleada humana.

Según declaró GHF, sus contratistas de seguridad “no dispararon al público”, pero se vieron obligados a retirarse temporalmente. Sin embargo, Sunghay afirmó que “la mayoría de las lesiones fueron causadas por fuego israelí”.

El contexto: Gaza hambrienta mientras la política internacional choca

Con más del 80% de los habitantes de Gaza dependiendo de la asistencia alimentaria diaria, las políticas de distribución humanitaria se han convertido en un campo de batalla paralelo. Según cifras del Programa Mundial de Alimentos (PMA), actualmente menos del 15% de las necesidades alimentarias mínimas están siendo cubiertas.

La situación ha generado una nueva crisis diplomática. Estados Unidos, el mayor aliado de Israel, ha manifestado su respaldo al sistema de GHF, mientras que países europeos y naciones del sur global han levantado su voz contra lo que califican como una violación al derecho internacional humanitario.

Además, la propuesta del primer ministro Benjamin Netanyahu de desplazar a toda la población de Gaza hacia una “zona estéril” en el sur del enclave, mientras continúan las operaciones militares en otras regiones, ha sido condenada por la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.

¿Un modelo futuro de operaciones humanitarias militarizadas?

La implementación de estos “hubs” militarizados no solo tensiona aún más la situación en Gaza, sino que plantea dudas sobre el futuro de las operaciones humanitarias en zonas de conflicto. ¿Estamos frente a un nuevo modelo en el que los ejércitos de ocupación determinan dónde, cómo y a quién se ayuda?

Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Democracy for the Arab World Now (DAWN), advirtió que “esto podría establecer un precedente global peligroso: convertir la asistencia humanitaria en una herramienta de guerra y control político”.

Alternativas asesinadas: el rol desplazado de la ONU

Organismos como UNRWA, el PMA y Cruz Roja han sido progresivamente marginados de la operación en Gaza, aun cuando poseen décadas de experiencia y protocolos verificados de distribución. «Sacar a la ONU del terreno es excluir a la única entidad con legitimidad humanitaria real para operar en una crisis de esta magnitud», apuntó un analista de ACNUR bajo anonimato.

Además, se teme que esto contribuya a una política de hechos consumados, donde la población hambrienta no tenga otra opción que aceptar moverse hacia zonas controladas militar y logísticamente, convirtiendo el “derecho de recibir ayuda” en “privilegio condicionado”.

Una sociedad al borde: historias de desesperación

A medida que Gaza se sumerge en el hambre, historias desgarradoras se multiplican: familias enteras alimentándose de basura, madres vendiendo píldoras para dormir como sustituto alimenticio infantil, y niños colapsando en las calles por debilidad extrema.

«Vi a una madre dándole agua con sal a su bebé mientras me pedía un puñado de arroz», relató Ahmed, voluntario de una ONG rechazado por los nuevos centros. «Esto no es una crisis. Es un crimen».

Voces del exterior: una llamada a la acción inmediata

Ante la emergencia, más de 75 organizaciones internacionales han firmado una carta abierta exigiendo lo siguiente:

  • El restablecimiento inmediato de las funciones plenas de UNRWA y agencias humanitarias internacionales en Gaza.
  • La desmilitarización absoluta de todos los centros de ayuda.
  • El fin de la manipulación de la ayuda como estrategia geopolítica.
  • Permiso sin restricciones para la prensa independiente en zonas de distribución.

Mientras tanto, en Gaza, la gente sigue hambrienta. Y el mundo observa con horror cómo, una vez más, la humanidad queda atrapada entre los intereses de poder y la supervivencia.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press