La Caza del “Diablo de los Ozarks”: ¿Cómo un expolicía escapó y se esfumó en el corazón salvaje de Arkansas?

Grant Hardin, asesino convicto y exjefe de policía, elude a las autoridades en cuevas y bosques mientras revive temores de infames prófugos como Eric Rudolph

Un escape digno de película

El domingo pasado, Grant Hardin, un convicto por asesinato y violación, escapó de la prisión de seguridad media North Central Unit, conocida también como la prisión de Calico Rock, en Arkansas. Este hecho ha desatado una intensa cacería humana en una de las regiones más salvajes del sur de Estados Unidos: los Montes Ozarks.

Hardin, exjefe de policía del pequeño pueblo de Gateway, se disfrazó de oficial de correccionales “en vestimenta y conducta”, según documentos judiciales, para burlar la seguridad y abandonar la prisión sin levantar sospechas. El escapista, que fue calificado como un “diablo” por su historial delictivo, ahora se ha convertido en una sombra que se desliza entre cuevas desconocidas y espesas arboledas.

Los Ozarks: un escondite natural ideal para prófugos

Los Montes Ozarks ofrecen más que vistas paradisíacas. Según expertos locales, la zona está plagada de miles de cuevas, muchas de ellas con entradas apenas perceptibles. Michael Ray Taylor, espeleólogo y autor de varios libros sobre cuevas sureñas, explica que “la entrada puede parecer un agujero de conejo, pero una vez dentro, se abren enormes pasadizos”.

El portavoz del Departamento de Correcciones de Arkansas, Rand Champion, señaló: “Este territorio representa un verdadero reto. Hay infinidad de lugares donde esconderse: cabañas abandonadas, cobertizos olvidados y, por supuesto, cuevas”.

Con más de 2.000 cuevas documentadas en el norte de Arkansas –y sin contar las que aún no han sido descubiertas–, la posibilidad de que Hardin esté refugiado bajo tierra no es descabellada. Según Michael Taylor, “una persona preparada podría sobrevivir, pero tarde o temprano necesitará salir por comida, y ahí es donde se vuelve vulnerable”.

El perfil del fugitivo: inteligencia, violencia y supervivencia

Grant Hardin no es un criminal común. Antiguo jefe de policía y familiar para muchos en Gateway, era descrito por los residentes como reservado e inteligente. Darla Nix, propietaria de un café local cuyos hijos crecieron cerca de Hardin, lo recuerda como “muy listo, un verdadero superviviente”.

En 2017, se declaró culpable del asesinato de James Appleton, un trabajador del departamento de agua de Gateway de 59 años. Appleton fue hallado muerto dentro de un vehículo, con un disparo en la cabeza. Hardin recibió una sentencia de 30 años por este crimen.

Además, cumplía una condena de 50 años por la violación de una maestra de primaria en 1997. La mezcla de entrenamiento, conocimiento del territorio y conducta manipuladora lo torna en un fugitivo aún más peligroso.

Un eco del pasado: el caso de Eric Rudolph

La historia de Hardin guarda inquietantes semejanzas con la de otro notorio prófugo estadounidense: Eric Rudolph, autor de los atentados en Atlanta durante los Juegos Olímpicos de 1996. Rudolph fue capturado en 2003 tras pasar cinco años escondido en los Montes Apalaches.

Chris Swecker, exejecutivo del FBI, afirmó que Rudolph conocía las cabañas propiedad de turistas y los accesos a cuevas. “Lineó campamentos y escondites subterráneos con antelación previendo un conflicto”, señaló.

En palabras de Swecker: “Es probable que usara un sistema mixto de refugios móviles: cabañas, cuevas profundas y retiros inesperados para evitar la detección.” Esta estrategia también podría estar aplicando Hardin.

La cacería actual: drones, perros y sin respiro

En la actualidad, decenas de efectivos de las fuerzas del orden, incluyendo sheriffs de varios condados de Arkansas, han intensificado la búsqueda utilizando drones, helicópteros, perros rastreadores y unidades terrestres. Se ha pedido a los ciudadanos que mantengan sus casas y autos cerrados, y que alerten sobre cualquier actividad sospechosa.

Champion subraya que los agentes están priorizando la exploración de puntos de interés como cuevas mapeadas, refugios improvisados y zonas boscosas de difícil acceso. “La búsqueda es compleja por el terreno, pero no vamos a descansar hasta encontrarlo”, añadió.

Repercusiones y falla del sistema penitenciario

La fuga de Hardin también ha puesto bajo el escrutinio público al sistema penitenciario de Arkansas. ¿Cómo pudo un hombre con un historial tan grave engañar a los oficiales de seguridad e irrumpir en libertad con semejante facilidad?

La fuga plantea preguntas fundamentales sobre los protocolos internos de las prisiones estadounidenses. Actualmente, se investigan las cámaras, el personal que estuvo de turno y se analizan las deficiencias de seguridad que permitieron esta huida. Una investigación interna podría derivar en despidos o incluso en acusaciones penales.

Una comunidad en alerta

Las comunidades de Pea Ridge, Garfield y otras localidades cercanas están sumidas en la tensión. Padres mantienen a sus hijos dentro de casa, y los residentes comparten información por redes sociales sobre posibles movimientos de Hardin.

Según un periodista local entrevistado por KATV, “la comunidad se siente invadida por el miedo. Hardin no es un ladrón cualquiera; es un violador, un asesino. Y lo peor: conoce estos bosques como la palma de su mano”.

¿Qué sigue?

Hardin ha logrado estar evadiendo la captura ya durante varios días, y aunque el tiempo no juega a su favor –las patrullas se intensifican día a día–, su conocimiento del terreno, junto con su disposición a sobrevivir en condiciones extremas, hacen de esta una de las cacerías humanas más complejas del año en Estados Unidos.

Mientras tanto, los funcionarios piden calma, vigilancia y colaboración ciudadana. Y la pregunta persiste: ¿cuánto tiempo más podrá el “Diablo de los Ozarks” escabullirse en las sombras del bosque?

Actualizaremos esta historia a medida que surjan nuevas informaciones.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press