Monjas brasileñas revolucionan las redes con beatbox y baile: ¿una nueva cara de la vida religiosa?
Sor Marizele y Sor Marisa reaparecen con un mensaje positivo, demostrando cómo la fe y el entretenimiento pueden ir de la mano para conectar con los jóvenes
Un fenómeno viral inesperado
En un mundo donde los virales suelen venir de celebridades, bailes de moda y retos peculiares, pocos esperaban que el último fenómeno en redes sociales en Brasil proviniera de dos monjas católicas. Sor Marizele Cassiano y Sor Marisa de Paula, integrantes de la congregación Copiosa Redenção, dejaron al público sin palabras con una actuación que combinó beatbox, canto y baile durante su participación en el canal católico brasileño Pai Eterno.
Aquella aparición en televisión no solo fue una muestra de talento y alegría espontánea, sino un claro reflejo de cómo la Iglesia puede renovarse y adaptarse al lenguaje de las nuevas generaciones. Lo que comenzó como una charla sobre un retiro vocacional, terminó siendo vista por millones de personas dentro y fuera de Brasil, dejando claro que las redes tienen espacio incluso para estos imprevistos llenos de espiritualidad y ritmo.
¿Quiénes son estas monjas danzantes?
Ambas pertenecen a la congregación Copiosa Redenção, dedicada a labores misioneras, en especial al acompañamiento de jóvenes con problemas relacionados con la drogadicción, una de las tareas sociales más complejas en Brasil. La música ha sido parte fundamental de su enfoque de evangelización.
“Ese momento fue muy espontáneo, porque si le pones un ritmo a Sor Marisa, ella baila. Yo estoy acostumbrada a cantar y hacer beatbox, así que para nosotras fue algo simple y espontáneo, aunque nos sorprendió mucho que se hiciera viral incluso fuera de Brasil”, afirmó Sor Marizele en entrevistas tras el revuelo mediático.
Más que entretenimiento: música como herramienta de fe
Lo que estas religiosas han demostrado va mucho más allá de un talento escénico o una forma creativa de mostrarse. Su iniciativa tiene una intención pastoral de fondo. Para ellas, la música y el arte pueden ser instrumentos poderosos para evangelizar, especialmente con jóvenes en situación de vulnerabilidad.
“El beatbox, el baile, y las canciones son herramientas que Dios usa para tocar el corazón de aquellos con quienes trabajamos. ¡Y funciona! Es hermoso de ver”, compartió también Sor Marizele.
Lo cierto es que recurrir a la música para llegar al alma no es nuevo en la historia religiosa. San Francisco de Asís usaba el canto y la alegría como medio de alabanza; los monjes benedictinos popularizaron el canto gregoriano, y hoy estas hermanas agregan al repertorio beatbox y coreografías modernas.
El impacto del carisma en redes sociales
Sor Marizele, quien ahora tiene más de 100.000 seguidores en Instagram, ha creado una plataforma donde comparte reflexiones, momentos cotidianos y también música. Aunque Sor Marisa no tiene redes sociales personales, su energía escénica se ha ganado los corazones de muchos, generando memes, videos de reacción y remixes en TikTok.
Este fenómeno demuestra no sólo el poder de las redes sociales para viralizar un mensaje positivo, sino también la posibilidad de redefinir la imagen tradicional que muchas personas tienen de la vida religiosa.
En el siglo XXI, no basta con esperar en la parroquia a que los jóvenes se acerquen. Hay que salir al encuentro, y ¿qué mejor camino que el que ya recorren con frecuencia? TikTok, YouTube, Instagram y más.
Una Iglesia más joven, más cercana
No es casual que cuando el Papa Francisco habló en la Jornada Mundial de la Juventud 2023 en Lisboa, animó a los jóvenes a “hacer ruido”. Eso han hecho estas monjas: han hecho ruido espiritual en medio del barullo caótico habitual de Internet.
El Papa en múltiples ocasiones ha invitado a los religiosos y religiosas a salir de sus zonas de confort y acercarse a los márgenes. Estas monjas lo han hecho en cuerpo y alma, con sonidos y danza.
Además, su congregación tiene como una de sus misiones centrales promover las vocaciones religiosas. En un mundo occidental donde las vocaciones han disminuido notablemente —según datos del Anuario Pontificio, las nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas en América Latina han experimentado una caída paulatina durante las últimas dos décadas—, este tipo de mensajes vibrantes pueden generar curiosidad y esperanza.
¿Por qué tanta reacción positiva?
- Autenticidad: Todo ocurrió de forma natural y sin pretensiones. Esa espontaneidad emociona más que una actuación ensayada.
- Contraste: Monjas bailando y haciendo beatbox rompe el estereotipo frío y retraído asociado comúnmente a la vida conventual.
- Alegría contagiosa: En tiempos de guerras, crisis políticas y catástrofes naturales, ver imágenes de gozo es como respirar aire fresco.
Según informes de medios brasileños, el video ha sido compartido más de 10 millones de veces en distintos formatos, y varios influencers católicos y seculares elogiaron la creatividad del momento.
El poder evangelizador de la cultura pop
El uso de expresiones artísticas modernas como el rap, el beatbox o el baile no es nuevo en ámbitos religiosos. En Estados Unidos, el sacerdote Joseph “JP” Teelander es conocido por sus raps en YouTube; en Francia, el grupo Les Prêtres llenó estadios con sus conciertos al estilo pop-litúrgico. Sin embargo, cada vez que alguien lo hace desde el corazón y con autenticidad, genera una oleada de esperanza.
Para las hermanas Marizele y Marisa, se trata de algo más que arte: es permitir que el mensaje de Dios entre en los oídos de quienes, quizá, nunca habrían escuchado un sermón tradicional. Su visión pastoral conecta con la de San Juan Bosco, quien afirmaba: “La santidad consiste en estar siempre alegres”.
Una vocación con ritmo
Además del fenómeno en redes, las hermanas siguen su misión cotidiana organizando retiros vocacionales para jóvenes mujeres interesadas en la vida consagrada. Lo hacen entre canciones, oración, acompañamiento pastoral y ahora también con algo de beatbox.
Como dijo Sor Marizele: “No lo hacemos para ser famosas, lo hacemos porque es hermoso ver a los jóvenes reír, cantar y sentir que Dios está cerca y es alegría”.
¿Quién dijo que seguir a Dios no puede ir acompañado de una buena base de beatbox?