Petro y el pulso obrero: ¿una renovación laboral o una confrontación con el Congreso?

El paro de 48 horas en Colombia visibiliza la pugna entre el gobierno de Gustavo Petro y el Congreso por una reforma laboral que busca devolver derechos a los trabajadores.

Por primera vez en muchos años, Colombia vive un paro nacional impulsado directamente por el Ejecutivo, con el respaldo masivo de los sindicatos y en el contexto de una reforma laboral bloqueada por el Congreso. El escenario es tenso pero revelador: ¿es este el inicio de una democracia más participativa mediante referendos o un signo de polarización social peligrosa?

Una reforma frustrada... dos veces

Desde su llegada al poder en agosto de 2022, Gustavo Petro ha intentado impulsar una serie de reformas sociales, siendo la laboral una de las más ambiciosas. Tras dos intentos fallidos de aprobación legislativa —la última en marzo de 2024 con una votación de 49-47 en contra—, el presidente decidió recurrir directamente al pueblo colombiano mediante un referendo.

El referendo propuesto por Petro incluiría 12 preguntas que buscan transformar el panorama laboral colombiano. Entre las más relevantes:

  • Reducción de la jornada laboral a 8 horas efectivas diarias
  • Prohibición de contratos por prestación de servicios en funciones misionales
  • Reinstalación del pago recargado para el trabajo dominical
  • Facilidades para la afiliación sindical y la negociación colectiva

Estas medidas, según el Gobierno, devolverían los derechos laborales perdidos en décadas de neoliberalismo. Para detractores, especialmente desde sectores empresariales y políticos de oposición, suponen una amenaza a la competitividad y estabilidad económica del país.

Los sindicatos toman las calles

El pasado miércoles 28 de mayo comenzó un paro nacional de 48 horas, convocado por las principales centrales obreras como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), en apoyo al referendo y en rechazo al accionar del Congreso.

Organizaciones sindicales estimaron la participación de al menos 3 millones de trabajadores en todo el país. En ciudades como Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla se registraron marchas multitudinarias y bloqueos temporales en el sistema de transporte público.

"Le estamos diciendo al Senado que no puede seguir legislando contra la clase trabajadora", declaró Fabio Arias, presidente de la CUT.

En Bogotá, Yeimy Cante Toro, trabajadora de una ONG, expresó su indignación: “Me movilizo porque siento que mis derechos han sido vulnerados. El Congreso no escucha la voz del pueblo trabajador.”

¿Petro está tomando el camino de la democracia directa?

El presidente Petro ha insistido en que, ante el estancamiento en el Congreso, la solución está en permitir que sea el pueblo quien decida mediante mecanismos de participación, como lo establece la Constitución de 1991. Desde su visión, el referendo no es una ruptura institucional, sino una forma legítima de presión democrática.

“Si el Congreso no vota nuevamente esta reforma, la someteré al pueblo por decreto”, dijo Petro el 27 de mayo, adelantando que podría firmar dicho decreto el próximo 1 de junio.

Aunque la figura del referendo está contemplada en el artículo 378 de la Constitución colombiana, su convocatoria directa por decreto presidencial ha generado controversia jurídica y política.

Congreso vs. Petro: conflicto antiguo, tensión creciente

La tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo no es nueva. Petro ha gobernado con una coalición fluctuante que, en más de una ocasión, le ha dado la espalda a sus reformas. Además, su estilo confrontacional ha incomodado incluso a aliados ocasionales.

Según Mauricio Velásquez, politólogo de la Universidad de los Andes, “el rechazo del Congreso le dio a Petro un salvavidas político al convertir la derrota legislativa en una bandera popular. Es una estrategia conocida: derrotas institucionales que se transforman en victorias en las calles".

¿Cuánto respaldo real tiene Petro?

A pesar de perder apoyo entre sectores medios preocupados por la polarización, Gustavo Petro mantiene un respaldo sólido en sectores obreros y populares. Las encuestas recientes (Invamer, abril 2024) muestran un 44% de aprobación a su gobierno, con cifras especialmente altas en regiones como el Pacífico (58%) y el Caribe (51%).

Además, el aumento de afiliaciones sindicales y la reactivación del movimiento obrero sugieren que el descontento social con el modelo actual del mercado laboral es real y profundo.

Un país con cicatrices laborales

Colombia tiene una larga historia de precariedad laboral. Según el DANE, para marzo de 2024:

  • La tasa de informalidad laboral era del 56%
  • El desempleo llegaba al 10,8%
  • Solo el 5% de los trabajadores estaba sindicalizado

Estas cifras reflejan un mercado laboral profundamente desigual, donde millones de personas trabajan sin derechos básicos ni acceso a salud, pensión o estabilidad contractual.

Contexto internacional: ¿está Colombia girando a la izquierda como el resto de América Latina?

La llegada de líderes progresistas en países como Chile (Gabriel Boric), Brasil (Lula Da Silva) y México (AMLO) ha coincidido con un giro regional que pretende recuperar lo público y lo social. Colombia, tradicionalmente conservadora, es un caso particular donde ese giro aún causa profundas fracturas.

El modelo laboral colombiano también ha sido criticado por organismos internacionales como la OIT, que ha llamado la atención sobre las dificultades para el ejercicio de la libertad sindical.
En ese sentido, la reforma de Petro podría alinear al país con estándares internacionales que favorecen empleos dignos y sostenibles.

¿Qué sigue?

Todo apunta a que el Gobierno insistirá en el camino del referendo si el Congreso continúa obstruyendo sus propuestas. Sin embargo, este mecanismo enfrenta retos:

  • Recolección de al menos 4,5 millones de firmas válidas
  • Aprobación por parte de la Registraduría Nacional
  • Revisión de legalidad por la Corte Constitucional

Mientras tanto, los sindicatos prometen seguir en las calles. Colombia vive un momento crucial donde las tensiones hablarán tan fuerte como las soluciones. ¿Será una revolución de derechos o la antesala de un conflicto mayor?

En medio del ruido político, la voz de millones de trabajadores se convierte en protagonista de una historia que apenas comienza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press