Vacuna contra la gripe aviar: el freno inesperado al proyecto mRNA-1018 de Moderna
Pese a resultados prometedores, EE. UU. cancela fondos por $766 millones a una vacuna clave basada en tecnología mRNA
Un revés inesperado para la ciencia
La farmacéutica Moderna Inc., conocida mundialmente por su vacuna contra el COVID-19, ha recibido un golpe inesperado del gobierno federal estadounidense. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) ha cancelado $766 millones en fondos previamente otorgados a la empresa para el desarrollo de una vacuna basada en ARN mensajero contra futuras pandemias, incluyendo la influenza aviar H5N1.
Esta decisión llega justo cuando Moderna anunciaba resultados positivos preliminares de su vacuna mRNA-1018 contra el virus H5N1, obtenidos a partir de una prueba en fase temprana realizada en 300 adultos sanos. A pesar de estos avances, el retiro de fondos pone en tela de juicio el compromiso gubernamental con el desarrollo preventivo y científico ante posibles pandemias futuras.
¿Qué es mRNA-1018?
mRNA-1018 es una vacuna experimental que utiliza la misma tecnología de ARN mensajero que permitió el desarrollo acelerado de las vacunas contra el COVID-19. Esta tecnología ha demostrado una capacidad sin precedentes para inducir respuestas inmunológicas potentes y específicas, características altamente valoradas cuando se trata de virus con potencial pandémico.
En particular, la mRNA-1018 está dirigida a la cepa H5 de la influenza aviar, una variante que ha ocasionado preocupación global por su capacidad zoonótica y sus mutaciones frecuentes.
La amenaza real del H5N1
Desde que el H5N1 saltó de aves a ganado vacuno en EE. UU. en 2023, el número de animales infectados ha aumentado considerablemente. Aunque la transmisión a humanos ha sido limitada, al menos 70 personas en EE. UU. han contraído el virus, principalmente con síntomas leves. No obstante, se ha registrado una muerte relacionada con esta variante.
La comunidad científica no baja la guardia: la preocupación principal es que el virus continúe mutando hasta desarrollar una capacidad eficiente de transmisión de persona a persona, lo que podría originar una nueva pandemia con consecuencias devastadoras.
El H5N1 tiene una tasa de mortalidad humana estimada de alrededor del 52% entre los casos confirmados por la OMS, sobre todo en infecciones en Asia y África. Aunque esa cifra puede estar sobreestimada debido al subregistro de casos leves, no deja de alarmar a epidemiólogos y autoridades sanitarias.
El apoyo de BARDA: una apuesta estratégica
El dinero cancelado provinía de la Autoridad para el Desarrollo e Investigación Biomédica Avanzada (BARDA), una entidad dependiente del HHS que incentiva el desarrollo de contramedidas médicas ante amenazas biológicas.
Los fondos se distribuyeron en dos entregas: $176 millones en julio de 2024 y $590 millones en enero de 2025. Estos recursos estaban destinados a apoyar ensayos clínicos avanzados y la compra anticipada del producto si demostraba eficacia y seguridad. Moderna planeaba comenzar pruebas de fase 3 en los próximos meses.
Una decisión politizada
¿Por qué cancelar una inversión en salud pública justo cuando se revelan avances alentadores? Para muchos observadores, la respuesta tiene corte político. Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud desde 2024, ha expresado en múltiples ocasiones su escepticismo sobre las vacunas de ARN mensajero. Aunque estas vacunas han salvado millones de vidas durante la pandemia del COVID-19, Kennedy Jr. ha insinuado repetidamente que pueden haber causado efectos adversos sistemáticos, afirmaciones que carecen de respaldo en la literatura científica.
"Nos preocupa que se estén tomando decisiones con base más en ideología que en evidencia científica. Suspender esta vacuna es un error de salud pública" — Dr. Peter Hotez, experto en vacunas de Baylor College of Medicine.
La dualidad de la administración de salud
La cancelación no ocurre en el vacío. Este mismo mes, el HHS también anunció que las vacunas contra COVID-19 ya no se recomiendan para niños sanos ni para mujeres embarazadas, una medida que fue criticada ampliamente por comunidades médicas y académicas.
Al tiempo que las variantes de la COVID-19 como NB.1.8.1 aumentan su presencia en diversas regiones del mundo, incluyendo California, Nueva York y Virginia, resulta desconcertante que EE. UU. reduzca sus estrategias de vacunación y, además, retire su apoyo a nuevos desarrollos tecnológicos cruciales.
Impacto científico y global
La vacuna mRNA-1018 no solo tenía un valor potencial para EE. UU., sino que podría haber representado una medida profiláctica ante futuras pandemias en regiones donde el H5N1 causa brotes periódicos en aves y mamíferos.
La cancelación del proyecto genera múltiples consecuencias:
- Desincentiva la investigación científica de vanguardia en biotecnología y salud pública.
- Debilita la colaboración público-privada que fue clave en la lucha contra el COVID-19.
- Envía una señal de inestabilidad institucional que podría afectar futuras decisiones de inversión en EE. UU.
Lo que dice la comunidad científica
Numerosas voces reconocidas dentro de la ciencia han respondido con preocupación ante la situación:
"Interrumpir ensayos clínicos que ya muestran eficacia y seguridad preliminar es irresponsable y puede poner vidas en riesgo" — Dr. Anthony Fauci, exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
"Las vacunas basadas en ARNm podrían ser clave para una respuesta rápida ante pandemias emergentes. Retirarse de este terreno es como desarmarse antes de una guerra que sabemos que puede venir" — Dr. Kizzmekia Corbett, coinventora de la vacuna Moderna contra COVID-19.
Balance de tecnologías mRNA
Desde 2020, las vacunas mRNA han sido una revolución científica. Algunos datos clave:
- Se distribuyeron más de 13 mil millones de dosis de vacunas COVID-19 en el mundo, muchas de ellas basadas en ARNm (Moderna y Pfizer).
- Estudios de la Universidad de Yale y otros centros han demostrado una alta eficacia (>90%) en prevención de enfermedad grave.
- Eventos adversos graves son extremadamente raros, según datos de CDC (menos de 0.001%).
Países como Canadá, Japón, Alemania y Australia han seguido invirtiendo fuertemente en plataformas mRNA, no solo para infecciones respiratorias sino también en cáncer personalizado o enfermedades raras.
¿Quién pierde?
La ciudadanía global. Frenar un desarrollo prometedor cuando todos los indicadores son positivos es un golpe para la preparación pandémica. La historia reciente nos enseñó que la velocidad y preparación son cruciales para salvar millones de vidas. En 2020, el mundo no estaba preparado. ¿Lo estará en 2025?
Moderna ha declarado que continuará evaluando la vacuna con fondos propios en la medida de lo posible, pero reconoce que sin el apoyo inicial del gobierno, avanzar hacia fases clínicas más avanzadas será extremadamente difícil.
¿Es este el futuro de la ciencia en EE. UU.?
La ciencia necesita un entorno estable, racional y basado en evidencia para crecer. Politizar las vacunas es un camino peligroso, cuyas consecuencias van más allá del ámbito biomédico: implica perder credibilidad internacional, talento científico y liderazgo en la próxima batalla sanitaria global.
Las pandemias no entienden de política. Si el mundo vuelve a enfrentar otra emergencia sanitaria, se escribirá en los libros de historia si estábamos preparados gracias a la ciencia... o si fallamos por decisiones erróneas.