Alianza peligrosa: la creciente cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte que desafía al mundo

Más allá de las sanciones de la ONU, Pyongyang y Moscú forjan una asociación estratégica que amenaza la estabilidad global

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Un nuevo eje militar desafía al mundo

Mientras las cámaras del Consejo de Seguridad de la ONU debaten en semicírculo las sanciones sobre Corea del Norte desde hace décadas, una nueva y peligrosa realidad geopolítica se manifiesta lejos de Nueva York. Rusia y Corea del Norte, dos naciones recurrentemente señaladas por violaciones al derecho internacional, han intensificado una cooperación militar que no solo violenta abiertamente resoluciones de la ONU, sino que también alimenta la maquinaria bélica del Kremlin en Ucrania.

En este artículo de análisis geopolítico, exploraremos las implicaciones de una alianza que va más allá de simples intercambios armamentistas: es un pacto estratégico que desafía el orden global establecido.

Del aislamiento a la sinergia bélica

Desde su primera prueba nuclear en 2006, Corea del Norte ha sido objeto de sanciones cada vez más estrictas diseñadas para aislarla del comercio de armas y limitar sus capacidades nuclear y balística. Sin embargo, tras la invasión rusa a Ucrania en 2022, el péndulo geopolítico ha cambiado. A medida que Rusia enfrentaba bloqueos económicos, presiones diplomáticas y la necesidad urgente de reponer su arsenal, encontró un socio dispuesto en Pyongyang.

En marzo de 2024, Rusia vetó una resolución en el Consejo de Seguridad que buscaba renovar el panel de expertos encargado de monitorear las sanciones impuestas sobre Corea del Norte. Esta jugada eliminó una pieza clave del sistema de control, dejando espacio para movimientos más osados entre Moscú y Pyongyang.

Las revelaciones del equipo multilateral

Ante este vacío, once países —incluidos Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea del Sur— conformaron un equipo independiente de monitoreo que recientemente reveló un informe de 29 páginas que detalla con crudeza la relación militar entre Rusia y Corea del Norte.

  • Corea del Norte ha transferido al menos 100 misiles balísticos a Rusia.
  • Se han enviado cerca de 9 millones de rondas de munición de artillería y lanzacohetes.
  • Más de 11,000 soldados norcoreanos han sido desplegados en Rusia desde octubre de 2024.
  • Rusia ha provisto a Corea del Norte con sistemas de defensa aérea y productos derivados del petróleo que exceden los límites de las sanciones.

Las imágenes publicadas en el informe muestran transportes de armamento, lanzamisiles norcoreanos en Ucrania y vehículos blindados de fabricación norcoreana moviéndose a través del territorio ruso. No se trata de simples envíos logísticos: es una cadena de suministro completa y activa.

Ucrania: campo de pruebas para Pyongyang

Uno de los aspectos más alarmantes es que la guerra en Ucrania se ha convertido en un “laboratorio bélico” para Corea del Norte. Con miles de tropas desplegadas y armas utilizadas en el frente, Kim Jong-un está obteniendo datos en tiempo real sobre el desempeño de su arsenal en combate. Esto representa una enorme ventaja para el régimen norcoreano, que ha estado aislado del escenario bélico internacional desde la Guerra de Corea (1950-1953).

El potencial de aprendizaje que esto ofrece a Pyongyang sobre logística, balística y capacidades antitanque / antiaéreas es inmenso. Una vez finalizado el conflicto en Ucrania, Corea del Norte emergerá como una potencia militar de facto probada en batalla.

¿Qué busca Rusia en esta alianza?

Según expertos, el interés de Rusia no se limita al plano armamentístico. El Kremlin también busca consolidar un bloque geopolítico alternativo a la hegemonía occidental. El eje Moscú-Pyongyang se inscribe en una estrategia de multipolaridad defensiva, desarrollando alianzas con países tradicionalmente antagónicos a Estados Unidos y sus aliados. China, Irán y Venezuela también han entrado en esta red informal.

Además, depender de Corea del Norte le permite a Moscú preservar sus propias fábricas y depósitos militares, redirigiendo las armas norcoreanas a las líneas del frente ucraniano mientras protege sus sistemas más avanzados para eventuales enfrentamientos más amplios.

El rol de las sanciones: ¿instrumento inútil?

Más de 10 resoluciones del Consejo de Seguridad buscan detener el avance del programa nuclear y balístico norcoreano. Sin embargo, la alianza con Rusia les ha permitido no solo sortearlas, sino expandirse. La presión internacional se ha vuelto ineficaz sin mecanismos de verificación robustos.

Tal como advirtió el equipo de vigilancia multilateral, el sistema actual ha quedado “inoperante frente al doble veto de Rusia y China”, lo cual favorece las operaciones encubiertas. “Están utilizando vías marítimas, aéreas y ferroviarias para transferir lo que saben que viola las resoluciones”, indica el informe.

Implicaciones globales y riesgo de contagio

El impacto de esta cooperación trasciende a Ucrania. Con cada misil norcoreano que cae en territorio ucraniano, se deslegitima un poco más el sistema multilateral. Todos los países que dependen de las sanciones como herramienta política ven ahora que éstas pueden ser socavadas con el apoyo de un miembro con poder de veto.

En palabras de John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., “Rusia y Corea del Norte están escribiendo un nuevo manual de evasión de sanciones”. Si esta práctica se normaliza, otros países sancionados (como Irán o Siria) podrían seguir el ejemplo.

¿Un nuevo pacto militar en gestación?

Los vínculos actuales podrían ser la antesala de un pacto militar formal. Tras el reciente aumento del intercambio armamentístico, han circulado versiones sobre un posible tratado de defensa mutua entre Corea del Norte y Rusia, lo cual daría cobertura legal a futuras ayudas militares.

En una visita en mayo de 2025, el vicepresidente del Interior ruso se reunió en Corea del Norte con el ministro de Seguridad Pública. La imagen del encuentro acaparó titulares: dos altos funcionarios sonriendo frente a las banderas de sus países. Días después, los satélites detectaron nuevos convoyes transportando misiles desde la ciudad portuaria de Najin a Vladivostok.

La respuesta internacional y el dilema de Occidente

De momento, excepto sanciones unilaterales, no ha habido una respuesta concreta. Estados Unidos y sus aliados pueden reforzar sus propios arsenales o aumentar la ayuda a Ucrania, pero no han logrado detener el flujo armamentístico ruso-norcoreano.

Incluso Corea del Sur, país especialmente afectado por las maniobras de esta alianza, ha manifestado abiertamente su preocupación. En una declaración reciente, el Ministerio de Defensa surcoreano afirmó: “El entrenamiento de tropas norcoreanas en el uso de armas modernas rusas cambia el equilibrio de poder en la península”.

La opción de intervención directa o creación de nuevos mecanismos de control está sobre la mesa, pero enfrenta resistencias diplomáticas, legales y militares.

¿Qué nos dice la historia?

Durante la Guerra Fría, Corea del Norte y la Unión Soviética mantuvieron relaciones cercanas pero con matices. La autonomía de Pyongyang fue siempre una prioridad. Sin embargo, el contexto actual redefine este vínculo: mientras Kim Jong-un busca tecnología y legitimidad, Vladimir Putin explora cómo estirar su esfuerzo bélico sin depender de Occidente.

En términos históricos, pocas veces se ha visto una violación sostenida de sanciones con esta magnitud.

El futuro inmediato: más misiles, más tensión

Tanto Rusia como Corea del Norte han manifestado intenciones de profundizar su cooperación militar. El informe multilateral asegura que el flujo de armamento continuará al menos durante el resto de 2025, si no más allá.

De no haber un cambio en la política internacional, podríamos ver en los próximos meses:

  • Misiles norcoreanos más sofisticados en Ucrania.
  • Despliegue de tropas especiales norcoreanas en zonas estratégicas.
  • Intercambio de datos de inteligencia entre Moscú y Pyongyang.
  • Participación de Corea del Norte en ejercicios militares conjuntos con Rusia.

¿Quién detendrá esta alianza? ¿O estamos siendo testigos del nacimiento del nuevo “eje del este”?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press