El nuevo experimento del atletismo escolar en California: ¿inclusión real o excepción polémica?
La participación de una atleta trans en el campeonato estatal desata un debate nacional entre igualdad, legalidad y equidad deportiva
Una atleta, una política, un debate nacional
El Campeonato Estatal de Atletismo de Secundarias (High School) en California, celebrado este fin de semana cerca de Fresno, se ha convertido en el epicentro de uno de los debates más encendidos del deporte escolar: la participación de atletas trans. AB Hernandez, una estudiante transgénero que compite en salto triple, salto de longitud y salto de altura, protagoniza una controversia que ha obligado a la Federación Interescolar de California (CIF, por sus siglas en inglés) a implementar una política pionera.
La CIF decidió permitir la participación de un atleta adicional en las tres disciplinas en las que compite Hernandez, además de ofrecer medallas extras en caso de que ella suba al podio. Este cambio busca, según la organización, equilibrar el campo de juego y garantizar que ninguna "mujer biológica" pierda su oportunidad de recibir una medalla.
La reacción ha sido inmediata y polarizada. Mientras defensores de los derechos de personas trans aplauden la medida como un esfuerzo progresista, detractores la tildan de injusta, invasiva e incluso discriminatoria por establecer excepciones específicas para una atleta.
¿Qué dice la ley en California?
Desde 2014, California permite que los estudiantes trans participen en equipos deportivos acordes con su identidad de género, amparados por la Ley de Estudiantes del Estado. A diferencia de otros estados que han optado por prohibiciones o restricciones (Texas, Florida y Tennessee, por ejemplo), California promueve activamente la inclusión, aunque no sin generar fricción.
En este caso, AB Hernandez ha sido el centro de atención tanto dentro como fuera del área deportiva. Como segunda sembrada en salto triple, sus marcas la posicionan como contendiente seria en una competencia donde cada centímetro cuenta y el nivel de exigencia está entre los más altos del país. La polémica no se ha hecho esperar, y ha atraído incluso la atención de políticos nacionales.
Política, identidad y competencia
El expresidente Donald Trump amenazó recientemente con retirar fondos federales a California si permite que atletas trans compitan en categorías femeninas. A esto se suma una investigación anunciada por el Departamento de Justicia para evaluar si la participación de Hernandez viola leyes federales de discriminación por sexo.
En paralelo, líderes conservadores de California han iniciado movilizaciones contra la decisión de CIF, incluyendo conferencias de prensa y protestas en el evento. "Si tienen que crear reglas especiales y atajos administrativos para justificarlo, eso no es igualdad, es una confesión", dijo Sophia Lorey del California Family Council.
¿Una política innovadora o una medida segregadora?
El cambio de política de la CIF establece que si una atleta trans gana una medalla, se otorgará una adicional para garantizar que todas las "mujeres biológicas" que habrían subido al podio también lo hagan. Sin embargo, expertos en género y ética deportiva critican que esto crea una categoría de "excepción controlada" y siembra una diferencia de facto dentro de la competencia, lo que podría percibirse como una forma de segregación disfrazada de inclusión.
Además, la federación no ha definido qué criterios utiliza para determinar quién es una "mujer biológica" ni ha establecido sistemas de verificación. La comunidad científica ha enfatizado que el sexo y el género existen en un espectro y que las definiciones binarias carecen de fundamento riguroso.
AB Hernandez: más allá del marcador
AB Hernandez ha manejado la presión mediática y social con madurez. “Sigo siendo una niña; tú eres un adulto, y si actúas como un niño, eso dice mucho de ti”, declaró a Capital & Main tras una serie de críticas públicas. A sus 16 años, ya ha demostrado que puede competir de forma justa: ha sido superada en algunas pruebas, invalidando el argumento de que su ventaja es insalvable para otras atletas.
Su mejor marca en salto triple supera los 12.5 metros, lo cual la posiciona con buenas probabilidades de llegar al podio, aunque aún está lejos del récord nacional (13.86 m) establecido en 2019 por Jasmine Moore, también californiana. En salto de longitud, es la quinta sembrada; en salto de altura, sus probabilidades son menores.
El atletismo escolar californiano, un gigante competitivo
California es una potencia en atletismo escolar. Según la National Federation of State High School Associations, durante el ciclo 2023-2024 participaron más de 57,000 estudiantes en competiciones de atletismo al aire libre, colocándola sólo detrás de Texas en volumen de atletas. Ocho de las doce marcas nacionales desde 1984 en salto triple femenino pertenecen a atletas californianas.
En este contexto, clasificar y destacar no es solo una cuestión de esfuerzo individual, sino prueba de excelencia en uno de los entornos más competitivos del deporte escolar estadounidense.
Un deporte convertido en trinchera sociocultural
Una encuesta reciente de AP-NORC refleja que cerca del 70% de los adultos estadounidenses se oponen a que mujeres trans compitan en categorías femeninas en el deporte escolar, universitario o profesional. Entre republicanos, esta cifra sube al 90%, mientras que entre demócratas cae al 50%.
Esto evidencia que el caso de Hernandez no es un incidente aislado, sino parte de un conflicto cultural y político mayor que confronta derechos individuales con percepciones sociales de justicia competitiva.
¿Qué está en juego?
- El derecho a la identidad: ¿Es justo que una atleta trans compita según su identidad de género en un entorno competitivo?
- La equidad deportiva: ¿Cómo equilibrar diferencias fisiológicas mientras se protege la esencia del deporte femenino escolar?
- La integridad de las reglas: ¿Está bien modificar el número de participantes y medallistas en una competencia específica?
California a la vanguardia (¿o al borde?)
La medida de la CIF representa un modelo que podría replicarse en otros estados progresistas, aunque probablemente también genere un efecto rebote en lugares donde el conservadurismo domina las instituciones deportivas. ¿Será ésta la solución conciliadora que el país necesita o es solo una pausa antes de un nuevo choque legislativo en las cortes?
En lo inmediato, todo depende del desempeño de Hernandez y el comportamiento del público. Si la competencia transcurre sin incidentes y con respeto, se abrirá un nuevo capítulo en la inclusión deportiva. Si no, podríamos asistir a una judicialización del deporte escolar como nunca antes.
Como dijo Ron Nocetti, director de la CIF: “Pedimos respeto para todos los atletas que compitan este fin de semana”. Un pedido simple, pero en estos tiempos, profundamente complejo.