Elon Musk y el experimento de Gobierno Eficiente con Trump: ¿una era de caos o de disrupción real?
El magnate sudafricano anuncia su retiro de la esfera gubernamental tras una etapa al frente del polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental. ¿Qué dejó y qué lecciones quedan?
Un consejero presidencial poco convencional
Desde que Donald Trump volvió a la presidencia en 2025, no ha faltado controversia en Washington. Pero la decisión más sorprendente de su nuevo mandato fue designar a Elon Musk, el hombre más rico del mundo, como cabeza del flamante Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés). Un organismo diseñado para reducir el gasto público y reformar la administración federal estadounidense, con Musk como símbolo de innovación, eficiencia y ruptura del “establishment”.
Ahora, Musk ha anunciado que deja su cargo político para concentrarse en sus empresas, como Tesla y SpaceX. Pero ¿qué implicaciones tuvo este experimento de gestor empresarial en el corazón del aparato estatal?
El espíritu del DOGE: eficiencia con motosierra
“El gobierno es una empresa mal administrada”, afirmó Musk en febrero de 2025 al presentar las directrices del DOGE junto a Trump. Su enfoque fue tan radical como previsible: reducción de gasto, cancelación de contratos federales y eliminación de oficinas consideradas redundantes.
Uno de los casos más polémicos fue la propuesta de cierre de 34 oficinas de la Administración de Seguridad y Salud en las Minas (MSHA), que se proyectaba supondría un ahorro de $18 millones. Estos recortes generaron duros cuestionamientos de expertos en seguridad laboral y sindicatos.
Jack Spadaro, exinspector federal de minas, comentó: “No entendieron la naturaleza y urgencia de las inspecciones. Es vital que los inspectores estén cerca de las operaciones mineras”.
Al final, frente a la presión pública y gremial, el Departamento de Trabajo detuvo la cancelación de estos contratos de arrendamiento. Aunque varias oficinas aún aparecen como posibles cierres en el sitio del DOGE, se está revaluando su futuro.
MSHA: una historia de protección laboral empañada por recortes
La MSHA fue creada en 1978 por el Congreso para garantizar inspecciones rigurosas de minas, luego de que los entes estatales fueran considerados demasiado permisivos con las empresas mineras. Desde entonces, se requiere la inspección trimestral de cada mina subterránea y semestral de cada mina a cielo abierto.
Gracias a esta normativa, las muertes en minas se redujeron drásticamente en las últimas cuatro décadas. Pero los recortes propuestos habrían obligado a que los inspectores recorriesen mayores distancias, reduciendo la eficacia del sistema.
La Appalachian Citizens’ Law Center reveló que más de 17.000 inspecciones de seguridad y salud fueron realizadas entre 2024 y febrero de 2025 por los empleados ahora amenazados con el recorte. El dato más inquietante: MSHA ya enfrentaba una escasez crítica de personal, con una reducción del 27% de su plantilla desde 2014, incluyendo una merma del 50% de los inspectores dedicados a la minería de carbón.
Un enfoque de eficiencia que fue más allá del MSHA
No solo se apuntó a las minas. El DOGE también impulsó cambios en otras agencias y fue protagonista en otros frentes del gobierno. Desde reuniones en el Capitolio hasta conferencias con aliados internacionales como Javier Milei, presidente de Argentina —quien simbólicamente le regaló una motosierra a Musk—, su presencia imprimió un carácter disruptivo que abrazaba una ideología libertaria y ultracapitalista.
Su rol como asesor presidencial se volvió tan dominante que en múltiples fotografías se le vio junto al mandatario en momentos clave: desde la inauguración presidencial hasta reuniones bilaterales con líderes de Arabia Saudita.
Entre filtraciones de poder y camisetas DOGE
El estilo Musk impregnó la política con teatralidad. Fue visto con camisetas que decían “DOGE”, en alusión tanto a su departamento como a la criptomoneda Dogecoin, cuya fluctuación en los mercados a menudo respondía a sus mensajes en redes sociales.
En uno de los episodios más comentados, Musk apareció con su hijo X Æ A-Xii bajando del Air Force One junto a Trump —una imagen que simbolizaba el cruce entre lo empresarial, lo familiar y lo estatal—. En otro, se le vio maniobrando una cadena de motosierras en una convención política conservadora, como un ícono de su cruzada anti-funcionarial.
La resistencia judicial: el caso de NIOSH y las enfermedades pulmonares
Otro frente crítico fue la orden del DOGE para deshacer programas dentro del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), que incluía la eliminación de 850 empleos clave en la división respiratoria. Pero un juez federal revertió esta medida en mayo, restaurando el monitoreo de salud de mineros afectados por la enfermedad del pulmón negro, una afección común en zonas mineras de Virginia Occidental.
Ese mismo día, el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., anunció la reintegración de 330 trabajadores, ganándose el respaldo de varios sectores gremiales y políticos.
¿Qué queda del paso Musk por Washington?
El espacio político que ocupó Musk marca una etapa inédita en la historia política de EE.UU: la fusión total entre poder privado, espectáculo mediático y política pública. Donde un magnate tecnológico no solo influye en políticas, sino que las ejecuta bajo su filosofía empresarial.
Esta experiencia deja preguntas abiertas: ¿Puede un CEO trasladar la lógica privada al sector público sin consecuencias graves para los derechos laborales y sociales? ¿Cuál es el límite entre la innovación y la desregulación peligrosa?
Con Musk “regresando” a Tesla, Neuralink y SpaceX, la era DOGE en el gobierno podría haber terminado. Pero sus huellas —y sus controversias— perdurarán por mucho tiempo. Como dijo Spadaro, “nunca imaginamos que tendríamos que volver a explicar por qué es necesario vigilar las minas como si estuviéramos en 1975”.
Sin lugar a dudas, el experimento Musk fue un episodio donde el gobierno se convirtió en un laboratorio de ensayos ideológicos —con herramientas de ingeniería, pero también con consecuencias humanas.