Temporada de Huracanes 2024: ¿Estamos Realmente Preparados?
Con pronósticos alarmantes y un historial reciente devastador, Florida y otras zonas del sureste de EE. UU. deben reforzar sus estrategias frente a fenómenos extremos
Una nueva temporada, viejas amenazas
El primero de junio marca el inicio oficial de la temporada de huracanes del Atlántico, y para 2024, los pronósticos no son nada alentadores. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), hay un 60% de probabilidad de que la temporada sea superior a lo normal, sólo un 30% de que sea cercana a lo habitual y apenas un 10% de que sea más tranquila. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, durante una rueda de prensa en Jupiter, expresó una mezcla de resignación y advertencia: “Tienen que asumir que vamos a tener impactos. Si se prepara y no ocurre nada, nunca se va a arrepentir. Pero si no se prepara y ocurre, inmediatamente dirá: ¿por qué no me preparé?”El factor histórico: lecciones que no debemos olvidar
La temporada de 2023 fue la tercera más costosa registrada, con tormentas memorables como Debby, Helene y Milton golpeando directamente a Florida. Estos eventos extremos causaron cientos de millones en daños, interrupciones masivas de servicios y desplazamientos humanos importantes. En 2005, el huracán Katrina costó más de 161 mil millones de dólares y dejó en evidencia las carencias estructurales del país en cuanto a preparación ante desastres naturales. Desde entonces, se han hecho esfuerzos, aunque todavía queda mucho por recorrer.Proyecciones para 2024
La NOAA ha dado cifras concretas que deberían encender las alarmas:- Se esperan de 13 a 19 tormentas con nombre.
- De esas, entre 6 y 10 podrían convertirse en huracanes.
- Y de 3 a 5 podrían alcanzar la categoría de huracanes mayores, es decir, con vientos sostenidos de más de 177 km/h (110 mph).
¿Cómo están reaccionando las autoridades?
Tanto el estado como los gobiernos locales están intentando prepararse con la mayor rapidez. DeSantis, acompañado de Kevin Guthrie, director ejecutivo de la División de Gestión de Emergencias de Florida, enfatizó la importancia de tener suministros esenciales para al menos siete días: alimentos no perecederos, agua, medicinas, artículos para mascotas, generadores portátiles y linternas. También se recordó a los ciudadanos que no es necesario recorrer cientos de kilómetros para evacuar. Muchas veces, trasladarse unos pocos kilómetros tierra adentro puede ser suficiente para evitar el impacto directo de una tormenta.La ausencia del feriado fiscal: un problema inesperado
En años anteriores, el gobierno de Florida ofrecía un “feriado fiscal” que eximía de impuestos estatales la compra de suministros de emergencia. Sin embargo, en 2024 esto no será posible de momento, ya que la legislatura estatal no logró aprobar a tiempo el presupuesto. Este retraso ha sido interpretado por muchos ciudadanos como una señal de descoordinación política en un momento crítico, lo que podría complicar la capacidad de respuesta gubernamental.Inicio turbulento en Kentucky: una tragedia reciente
El mismo día que se discutía la gravedad de la temporada de huracanes, una serie de tormentas severas golpeó el centro de Kentucky, dejando una persona muerta y al menos siete heridos. Aunque aún no se ha confirmado oficialmente, los expertos creen que un tornado podría haber sido responsable. Timothy Graves, juez ejecutivo de Washington County, comentó: “Tuvimos suerte de que esto ocurrió en una zona remota del condado”. No obstante, dos o tres casas fueron destruidas y hubo árboles caídos que bloquearon carreteras temporalmente. Una vez más, esto reafirma que la naturaleza no respeta calendarios ni límites geográficos, y que la preparación debe ser constante.Texas: entre huracanes e inversión educativa
Aunque en distinto frente, Texas también ha tenido semanas intensas. Recientemente aprobó una inversión de $8.500 millones de dólares en educación pública con la aprobación de la HB 2, una medida largamente discutida que busca modernizar el sistema educativo, aumentar los sueldos docentes y cubrir necesidades básicas. Sin embargo, la coincidencia temporal de estos acontecimientos genera un dilema presupuestario y de prioridades: ¿pueden los estados enfrentar simultáneamente la amenaza climática y las reformas sociales?Lo que todos deben hacer: una lista de verificación urgente
A continuación, una serie de acciones recomendadas que pueden marcar la diferencia entre una respuesta efectiva y un desastre personal:- Identificar la zona de evacuación: Muchos condados publican mapas interactivos. Conocerla puede salvar vidas.
- Abastecerse con anticipación: No espere a que se declare una alerta. Las tiendas se vacían rápidamente.
- Tener combustible y un cargador solar o portátil para dispositivos móviles.
- Mantener copias digitales y físicas de documentos vitales.
- Establecer un plan de comunicación familiar en caso de corte de energía o evacuaciones.
- Llevar una lista de medicamentos y necesidades médicas específicas, especialmente para adultos mayores y niños.
El impacto económico y ambiental
Para tener una dimensión del problema, basta recordar que los eventos meteorológicos extremos costaron a Estados Unidos más de $165 mil millones solo en 2022, según información de la NOAA. El cambio climático, con oceános más cálidos, incrementa tanto la frecuencia como la intensidad de estas tormentas. Además, sectores como la agricultura, el turismo y la infraestructura hídrica se ven gravemente afectados. Un solo huracán puede retrasar años de inversión en una zona turística costera o disminuir la producción agrícola estacional de forma crítica.Una cultura de prevención, no de reacción
Si algo ha demostrado el tiempo, es que el enfoque debe cambiar. No se trata de cómo reaccionamos durante la emergencia, sino de qué tanto nos preparamos el resto del año. Como lo expresó el ejecutivo de Kentucky, “no se esperaba este nivel de clima severo”. La improvisación puede ser mortal. Y la mejor manera de combatir la incertidumbre del clima es con preparación, planificación comunitaria, inversión en infraestructura resiliente y educación ciudadana. Mientras la temporada avanza, solo hay una certeza: la próxima tormenta no pregunta si estamos listos. Simplemente llega. Este artículo fue redactado con información de Associated Press