Una ola de calor sin precedentes: el calentamiento global y su amenaza invisible
Cerca de 4 mil millones de personas sufrieron al menos un mes adicional de calor extremo por el cambio climático, revelando una crisis silenciosa que cobra miles de vidas cada año
Una amenaza en aumento, pero invisibilizada
Mientras huracanes, inundaciones y terremotos suelen captar los reflectores mediáticos cuando ocurren desastres naturales, el calor extremo avanza como una amenaza insidiosa y letal. De acuerdo con un informe reciente de World Weather Attribution, Climate Central y la Cruz Roja, cerca de 4 mil millones de personas en el mundo tuvieron que soportar por lo menos un mes adicional de calor extremo entre mayo de 2024 y mayo de 2025, debido al cambio climático provocado por la actividad humana.
Estas condiciones extremas no sólo son incómodas; son potencialmente mortales. Las consecuencias del calor intenso van desde enfermedades cardiovasculares hasta muertes prematuras que muchas veces no son correctamente atribuidas. En palabras de Friederike Otto, profesora de ciencias del clima en el Imperial College de Londres: “Las personas no mueren en la calle durante una ola de calor, mueren en casas mal aisladas o en hospitales sin ventilación. Por eso no se ven”.
¿Qué significa calor extremo?
El “calor extremo” no es simplemente un día cálido. Se define generalmente como temperaturas persistentemente por encima de la media de una región durante varios días, con consecuencias que van desde golpes de calor, deshidratación y exacerbación de enfermedades crónicas, hasta la pérdida de productividad y daños agrícolas.
En países del Caribe, por ejemplo, el informe destaca que muchos experimentaron un número sorprendente de días de calor extremo. En Puerto Rico, hubo 161 días de temperaturas muy elevadas en el período analizado, en contraste con los 48 días que hubieran ocurrido sin el impulso del cambio climático.
Charlotte Gossett Navarro, directora regional de la Hispanic Federation en Puerto Rico, lo expresó claramente: "Sientes que es imposible estar afuera. Las actividades familiares, simples como compartir un día al aire libre, se vuelven inviables. Mareos, desmayos, insomnio y estrés térmico son parte del día a día". Además, la mala infraestructura energética en la isla —una herencia del huracán María en 2017— agrava la situación.
Muertes invisibles y estadísticas ausentes
Una de las mayores problemáticas del calor extremo es cómo sus efectos son subestimados o mal etiquetados. Muchas muertes derivadas del calor son clasificadas bajo otras causas como infartos, insuficiencia renal o derrames cerebrales. Esta falta de diagnóstico certero mantiene al calor fuera del foco de las políticas públicas, a pesar de ser el fenómeno climático más letal en muchas partes del mundo.
Un ejemplo dramático ocurrió en Marruecos en julio de 2024, donde al menos 21 personas murieron cuando las temperaturas alcanzaron los 48°C. De no ser por el cambio climático, sostienen los científicos, tal evento simplemente no hubiese sido posible.
Quiénes son los más afectados
Las comunidades vulnerables y de bajos recursos son, de manera desproporcionada, las más expuestas. En palabras de Roop Singh, jefe de atribución climática del Centro Climatológico de la Cruz Roja y la Media Luna Roja: "La gente siente que las temperaturas están aumentando, pero no siempre saben que es causado por el cambio climático".
Los más afectados incluyen:
- Adultos mayores
- Trabajadores al aire libre
- Personas con enfermedades crónicas
- Niños pequeños
- Comunidades sin acceso a aire acondicionado o refugios climáticos
Impacto económico y social
El calor extremo no sólo tiene un costo humano, también conlleva pérdidas económicas considerables. Entre los efectos secundarios más notorios están:
- Pérdidas agrícolas: La disminución en la productividad de cultivos clave como maíz, arroz y trigo en países del sur global.
- Mayor demanda energética: Lo que pone en jaque sistemas eléctricos anticuados, especialmente en países en desarrollo.
- Reducción de la productividad laboral: Estudios han demostrado que las altas temperaturas afectan la capacidad de concentración y trabajo físico.
- Mayor presión sobre los sistemas de salud: Las emergencias por golpes de calor, deshidratación y enfermedades asociadas al calor incluyen hospitalizaciones que saturan los sistemas médicos locales.
Iniciativas para combatir el calor
Pese a la gravedad de esta amenaza, algunas ciudades han comenzado a implementar medidas concretas:
- Francia, particularmente la ciudad portuaria de Marsella, ha lanzado programas de reforestación urbana para crear zonas de sombra en barrios céntricos expuestos a la "isla de calor" urbana.
- En India, ciudades como Ahmedabad han implementado “heat action plans” que incluyen zonas de refrigeración comunitaria, distribución de agua potable y alertas tempranas por SMS.
- Miami nombró en 2021 la primera “Chief Heat Officer”, una figura dedicada exclusivamente a coordinar políticas públicas para mitigar el impacto del calor.
¿Cómo se mide el impacto humano?
El análisis de World Weather Attribution se basó en una metodología revisada por pares para determinar cuánto más probable fue que cada evento extremo ocurriera debido al cambio climático. Concluyeron que en casi todos los países del mundo, el número de días con calor extremo se ha al menos duplicado en comparación con un mundo sin cambio climático inducido por el ser humano.
Datos clave del informe:
- Hasta 50 países experimentaron un aumento significativo de días de calor intenso.
- Sudán del Sur y Asia Central registraron eventos de calor que serían prácticamente imposibles sin el cambio climático.
- En la península del Magreb, temperaturas cercanas a 50°C se convirtieron en norma durante parte del verano de 2024.
¿Qué podemos hacer?
Las estrategias para enfrentar el calor extremo no son exclusivamente tecnológicas; muchas también son de sentido común y planificación urbana:
- Refugios climáticos en espacios públicos, especialmente en escuelas, hospitales y centros comunitarios
- Sistemas de monitoreo en tiempo real de temperatura para alertar a comunidades vulnerables
- Códigos de construcción mejorados que favorezcan la ventilación y el aislamiento térmico
- Educación ciudadana para reconocer síntomas de golpes de calor y actuar con rapidez
Además, los expertos subrayan que todas estas medidas serán insuficientes si no se actúa sobre la raíz del problema: la eliminación progresiva del uso de combustibles fósiles. Sin una transición energética global, el número, la intensidad y la duración de las olas de calor seguirá en aumento.
Un llamado urgente
El calor extremo ha dejado de ser un fenómeno ocasional para convertirse en la nueva normalidad climática. No sólo exige adaptaciones urgentes, sino también una transformación total de nuestras ciudades, economías y rutinas cotidianas.
Como lo resume el informe de World Weather Attribution: “Las olas de calor no son sólo factores meteorológicos, son fenómenos sociales, políticos y económicos que requieren acción inmediata y coordinada”.