Gas vs. Pesca: El conflicto que amenaza la vida en Saint-Louis

La plataforma de gas natural Grand Tortue Ahmeyim genera tensiones entre grandes energéticas y comunidades pesqueras en Senegal

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Por décadas, Saint-Louis en Senegal fue sinónimo de pesca. Un puerto vibrante en el Atlántico donde cientos de pirogas (canoas tradicionales) zarparon cada día al amanecer y regresaban al anochecer cargadas de peces frescos. Pero en los últimos meses, una nube de incertidumbre ha caído sobre esta comunidad costera.

A tan solo 8 kilómetros de su costa está operando una nueva plataforma de gas natural: el proyecto Grand Tortue Ahmeyim (GTA), una colaboración entre British Petroleum (BP) y la estadounidense Kosmos Energy. Aunque presentado como una solución energética que traería empleo y desarrollo a la población, los pescadores locales ven cómo su sustento se desvanece.

Saint-Louis: de capital pesquera a epicentro del conflicto energético

Saint-Louis fue la primera capital del África Occidental Francesa y su herencia colonial se mezcla con su identidad pesquera. Pero hoy, un nuevo capítulo se escribe con cada día que pasa sin pesca abundante.

"Antes lanzábamos las redes y en un par de horas volvíamos con suficiente pescado. Ahora pasamos el día entero y no llenamos ni la mitad de la lancha", se lamenta Babacar Diop, un pescador con más de 20 años en el oficio. Él, como cientos, culpa directamente al proyecto gasífero, pues afirma que los peces son atraídos por la iluminación nocturna y el movimiento de la plataforma, pero estas zonas están fuera de los límites permitidos para la pesca.

La promesa incumplida del gas barato

Uno de los principales argumentos de los gobiernos de Senegal y Mauritania (ambos participan en el proyecto, ubicado en aguas compartidas) fue que el GTA ayudaría a reducir el precio del gas para los ciudadanos.

El gas debía ser más barato, esa fue la promesa. Pero el tanque de gas cuesta ahora lo mismo o más que el año pasado”, dice Aminata Sow, dueña de un pequeño restaurante en la ciudad. Datos del Ministerio de Energía de Senegal muestran que el precio promedio de 6kg de gas butano ha subido de 3.300 francos CFA (unos 5.50 USD) en septiembre de 2023 a 4.100 francos CFA (más de 6.80 USD) en abril de 2025.

Una plataforma con nombre, pero sin diálogo

El nombre Grand Tortue Ahmeyim evoca grandeza y significado regional, pero para muchos residentes, representa exclusión. Los líderes comunitarios denuncian falta de consultas transparentes antes del inicio del proyecto. Aunque BP ha declarado que mantiene conversaciones “activas” con la comunidad, varios dirigentes, como el presidente de la asociación de pesca artesanal, aseguran que esas reuniones son superficiales y no influyen en las decisiones reales.

“Ellos vienen, toman nota, toman fotos, pero nuestras recomendaciones no cambian nada del proceso”, señala Omar Thiam, activista en defensa del medio ambiente costero.

Impacto ambiental: peces que desaparecen y corales dañados

Un estudio independiente realizado por Ocean Watch Africa reveló en enero de 2025 que los movimientos y vibraciones de las plataformas pueden afectar el comportamiento de peces pelágicos, haciéndolos migrar más lejos. Y aunque las autoridades insiste en que no hay evidencia de una caída drástica en poblaciones locales, los registros de entrada al puerto de Saint-Louis muestran una disminución de capturas del 34% en comparación con el mismo período del año anterior.

Además, se reporta una pérdida del 13% en cobertura de arrecifes de coral locales, con expertos señalando que el aumento de turbidez del agua y pequeñas filtraciones de petróleo y químicos puede estar acelerando la degradación marina.

La paradoja del desarrollo energético

Senegal necesita energía. Solo el 70% de su población tiene acceso fiable a electricidad, según cifras del Banco Mundial. Y el país importa más del 60% del gas que consume. Pero el dilema nace cuando un proyecto diseñado para solucionar esas necesidades termina afectando una de las industrias más vitales para las economías locales.

En Saint-Louis, más del 80% de las familias dependen directa o indirectamente de la pesca, ya sea pescando, limpiando, distribuyendo o cocinando el producto. Cuando los ingresos bajan, se afectan también las escuelas, el comercio y la alimentación en la zona.

¿Hay soluciones viables?

BP ha anunciado que parte de los futuros ingresos del GTA financiarán programas sociales y de recualificación laboral. Pero los pescadores insisten en no querer cambiar sus pirogas por puestos en fábricas o conductores de maquinaria.

Además, se propone establecer zonas pesqueras compensatorias, más al sur de la plataforma y crear subsidios directos al gas para las comunidades costeras afectadas. Estas soluciones están en etapa de negociación, con el gobierno senegalés y la Agencia Nacional de Petróleo y Gas liderando el proceso.

Es vital que este proyecto no sacrifique una tradición y forma de vida que es tanto económica como culturalmente importante”, indicó en una reciente entrevista Ibrahima Fall, investigador en desarrollo sostenible para el Think Tank Waaye Africa.

Lecciones para el futuro energético africano

El caso de Saint-Louis no es único. En países como Mozambique, Ghana o Nigeria, los grandes proyectos petroleros o de gas natural han generado conflictos similares entre industrias extractivas y sectores tradicionales como la agricultura o pesca.

La clave, según expertos del IISD (Instituto Internacional de Desarrollo Sostenible), está en diseñar políticas que equilibren inversiones extranjeras con derechos comunitarios, estableciendo mecanismos vinculantes de participación ciudadana desde la fase de planificación hasta la ejecución.

En Senegal, la historia aún se está escribiendo. Pero hombres como Babacar Diop, con sus redes vacías y su fe intacta, recuerdan a todos que no hay progreso si los más vulnerables quedan en la orilla.

Una mirada al horizonte

La extracción de recursos naturales en África subsahariana es una promesa de modernización, pero también una amenaza si no se equilibra adecuadamente. Saint-Louis puede convertirse en un modelo de cooperación o en una advertencia para toda la región.

Los gobiernos, las empresas y las comunidades tienen una oportunidad inigualable de construir juntos una solución donde ganen todos. El momento para actuar es ahora, antes que las pirogas desaparezcan del horizonte y con ellas, la historia viva de un pueblo costero.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press