Reino Unido reactiva su músculo militar: submarinos nucleares, ciberdefensa y una fuerza lista para Europa
Ante la amenaza rusa y la presión de Washington, el Reino Unido presenta el mayor rediseño de sus defensas desde la Guerra Fría
Un cambio de rumbo defensivo en tiempos inciertos
En un mundo cada vez más convulso, el Reino Unido ha anunciado un ambicioso plan de rearme y transformación militar, diseñado para hacer frente a nuevas amenazas globales —especialmente provenientes de Rusia— y al mismo tiempo enviar un mensaje político claro a sus aliados y adversarios: Gran Bretaña está lista para luchar si Europa lo necesita.
El primer ministro Keir Starmer ha calificado los desafíos actuales como los más graves desde el final de la Guerra Fría. “Tenemos que reconocer que el mundo ha cambiado”, dijo a la BBC, citando la invasión rusa a Ucrania en 2022 y la inestabilidad global como catalizadores de esta decisión.
El foco: submarinos nucleares y un ejército europeo
Una de las principales revelaciones fue la decisión de construir hasta 12 submarinos nuevos de propulsión nuclear —aunque armados de forma convencional— como parte del pacto AUKUS (Australia, Reino Unido y Estados Unidos). Esta iniciativa, combinada con una inversión de 15.000 millones de libras en la disuasión nuclear británica y otras inversiones en armamento convencional, representa el mayor salto en capacidades desde los años 90.
Además de los submarinos, se pretende crear un ejercito más preparado para conflictos en suelo europeo. Aunque hoy el número de soldados británicos se encuentra en su punto más bajo en la historia moderna, se espera que esta cifra aumente progresivamente hasta 2030.
Una revisión estratégica total de la defensa británica
El nuevo plan se basa en una revisión estratégica de defensa encargada por Starmer y liderada por George Robertson, ex ministro de Defensa y antiguo secretario general de la OTAN. El informe contiene 62 recomendaciones —todas las cuales han sido aceptadas por el gobierno⸺, que pretenden adaptar las capacidades militares británicas a un mundo multipolar y tecnologizado.
Los ejes del documento van más allá de la guerra convencional. Las nuevas amenazas cibernéticas ocupan un lugar importante, pues según John Healey, actual secretario de Defensa, el Reino Unido ha sufrido más de 90.000 ciberataques en los últimos dos años, muchos supuestamente vinculados al Estado ruso.
La apuesta económica detrás del rearme
Esta reestructuración tiene un enorme componente económico. El gobierno pretende alcanzar un gasto del 2.5% del PIB en defensa para 2027, y ve como “una ambición” —más que una promesa— alcanzar el 3% antes de 2034.
¿Cómo se logrará este objetivo? Hasta ahora, reducciones polémicas en la ayuda internacional permitieron liberar fondos, pero no hay claridad sobre cómo se financiará el próximo salto presupuestario. Starmer declaró claramente que no hará una promesa sólida si no hay garantías sobre de dónde provendrá el dinero.
La llamada “dividendo de defensa” sugiere que este rearme generará miles de empleos bien remunerados dentro del ámbito industrial-militar británico, lo que contrasta con el “dividendo de paz” posterior a la Guerra Fría que desvió fondos hacia políticas sociales y reconversiones económicas.
¿Un mensaje a Moscú o también a Washington?
Si bien el rearme busca intimidar al Kremlin, también envía señales a Estados Unidos y Donald Trump, de regreso en la Casa Blanca. El expresidente ha criticado reiteradamente a la OTAN y ha presionado durante años para que los países europeos compartan mejor las cargas presupuestarias de la defensa colectiva.
Con estos anuncios, Londres busca reforzar su posición como segundo socio estratégico más importante de la OTAN. Y no es el único: Francia, Polonia y Alemania se están reorganizando militarmente en plena reconfiguración del paradigma atlántico.
La OTAN y el umbral del 3.5% del gasto militar
Hoy el 2% del PIB es el mínimo requerido por la alianza. Sin embargo, el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte (antiguo primer ministro neerlandés), ya ha señalado que la cumbre de julio en los Países Bajos será clave para establecer una meta compartida del 3.5% del PIB en gasto militar. ¿Llegarán los británicos a tiempo? No está claro, pero están en camino.
El complejo militar-industrial británico se rearma
El gobierno planea fabricar hasta 7.000 nuevas armas de largo alcance construidas en Reino Unido, además de una mejora sustancial en la capacidad industrial militar. El rearme incluye actualizar las estructuras de mando, crear un nuevo comando cibernético y modernizar la artillería y logística para escenarios europeos de conflicto.
Desde la firma MBDA hasta BAE Systems, se espera que los gigantes de la defensa británica se beneficien directamente de este paquete. La planta de misiles Storm Shadow —clave en la producción de armamento aire-tierra— también será parte de la expansión y mejora industrial, como se observó en la visita reciente del secretario de Defensa a la fábrica en Stevenage.
El rol de Australia y EE.UU. en la alianza AUKUS
El plan de submarinos forma parte del acuerdo AUKUS, una alianza trilateral establecida en 2021 con Estados Unidos y Australia. AUKUS nació como una iniciativa para contrarrestar la influencia de China en el Indo-Pacífico, pero ahora también asume un papel crucial ante las amenazas rusas en Europa.
Bajo el AUKUS, Australia también está desarrollando su primera flota de submarinos nucleares. En el caso del Reino Unido, se consolidará su rol como líder tecnológico en diseño naval y sistemas subacuáticos.
Críticas desde la oposición y expertos
Desde el partido Conservador —hoy en la oposición—, el portavoz de justicia Robert Jenrick pidió una postura más ambiciosa: “Pensamos que 2034 es demasiado tarde. Esta situación exige una respuesta más inmediata”, dijo a Sky News, exigiendo que el 3% del PIB en gasto militar se alcance antes de 2029.
Analistas apuntan que las tensiones políticas dentro del Reino Unido —particularmente por los recortes sociales y la presión fiscal— podrían generar resistencia a un gasto militar tan elevado. Además, algunos críticos temen que una militarización excesiva reactive una escalada armamentista con Rusia o tensa aún más las relaciones con aliados europeos más reacios al rearme.
Una Europa que despierta ante la amenaza rusa
El Ejército británico no solo se rearma por razones patrióticas, sino como parte de una respuesta coordinada de Europa ante un agresor cada vez más imprevisible. Desde 2022, más de la mitad de los países de la OTAN han anunciado aumentos en su inversión militar.
El nuevo ejército británico estará en condiciones de intervenir junto a fuerzas europeas en un conflicto de gran escala que, aunque improbable, ya no puede descartarse del todo, según múltiples evaluaciones del Pentágono y el Consejo Atlántico.
Mientras tanto, retos diplomáticos como la guerra en Ucrania, la tensiones en el Mar Báltico y las ciberamenazas globales seguirán marcando la agenda militar británica durante los próximos 15 años.
Una nueva era para el Reino Unido… y para Europa
El Reino Unido ha marcado el inicio de una nueva era geoestratégica en el continente. Uno donde la paz ya no es un estado garantizado, sino un activo geopolítico a proteger. Submarinos, soldados, misiles y satélites digitales son hoy las nuevas piezas de ese ajedrez, en el que Londres se ubica como uno de los protagonistas clave.