¡Vegetales rebeldes! Política, celebridades y humor en la escultura hortícola más icónica de Londres

El Lambeth Country Show deslumbra con una sátira vegetal de Trump, Parton, el Papa y más. Análisis divertido del arte comestible más brillante del Reino Unido.

En el corazón de Londres, entre ovejas esquiladas y melodías campestres, surge una de las expresiones artísticas más ingeniosas y surrealistas del Reino Unido: el concurso de esculturas de vegetales del Lambeth Country Show. Lejos de ser un evento meramente rural, esta feria urbana celebrada cada verano en Brockwell Park se ha transformado en un escaparate de sátira política, homenaje pop y creatividad culinaria que ha conquistado al público por su humor ácido y estética insólita.

El "Cornclave": Cuando el Vaticano llega al maizal

Una de las obras más comentadas este año fue sin duda “Cornclave”, una brillante sátira inspirada en el proceso de elección papal, donde el cuerpo cardenalicio está representado por mazorcas de maíz. ¿El Papa? Probablemente el grano más iluminado del lote.

Esta representación humorística del cónclave vaticano no solo arrancó sonrisas por su ejecución, sino que también fue un comentario astuto sobre rituales, símbolos y solemnidades religiosas llevadas al absurdo con una pizca de sal y un poco de mantequilla.

De “Cauli Parton” a “Mo Salad”: Celebridades, veg style

Otro de los mayores atractivos del concurso fue la desbordante creatividad con la que se recrearon figuras conocidas del espectáculo y el deporte. Entre ellas:

  • “Cauli Parton” – Un homenaje a la icónica Dolly Parton, representada con cabezas de coliflor y escenografía de película inspirada en “9 to 5”, rebautizada aquí como “9 to Chive”. Una cruza impecable de country y crucíferas.
  • “Mo Salad” – Una recreación del futbolista Mohamed Salah hecha de hojas verdes y tomates cherry, perfecto para los fanáticos del Liverpool aficionados al estilo mediterráneo.
  • Una versión butternut squash de Donald Trump – Indudablemente, el pelo del exmandatario estadounidense encuentra su pareja más verosímil en la textura y color de esta calabaza de invierno.

Wallace, Gromit y la huerta británica

Un tributo inesperado que conquistó corazones fue la recreación de los animados personajes Wallace y Gromit utilizando calabazas butternut. Esta entrañable pareja del cine de plastilina encontró un hogar temático en el festival, uniendo dos obsesiones nacionales: las verduras y el humor absurdo.

Cultura vernácula y crítica local al ritmo del apio

No todo en el concurso de esculturas es farándula internacional. También hubo espacio para referencias locales, como la parodia de Mark Rylance, actor y vecino del barrio, satirizado como “Mark Rylunch” —una efigie con cabeza de manzana que acusa al intérprete de ser un NIMBY (“not in my backyard”), por oponerse a eventos masivos en los parques comunitarios.

Este tipo de piezas, según la visitante regular Maddy Luxon, son “lo que hace especial a esta feria: esculturas inteligentes, únicas y con humor político”. “Y los juegos de palabras”, añade su acompañante, Marek Szandrowski. “Los puns vegetales, sin duda”.

Una feria urbana con espíritu rural

Si bien el Lambeth Country Show mantiene muchas de las características tradicionales de una feria agraria —concursos de ganado, música en vivo, food trucks— lo que realmente lo distingue en el panorama cultural de Londres es cómo fusiona la vida urbana contemporánea con la expresión artística agrícola.

Desde 1974, cuando se celebró por primera vez, este evento ha evolucionado de una modesta reunión de barrios a una de las celebraciones más originales y eclécticas de toda la capital británica, atrayendo a miles de asistentes cada año.

Arte efímero, pero con impacto

Como toda buena feria, esta también tiene elementos de festividad popular y arte efímero. Lo fascinante de las esculturas vegetales es su naturaleza perecedera: se construyen para durar solo unos días, hasta que el tiempo, el clima y la descomposición hagan lo suyo.

Sin embargo, su impacto es duradero. Muchos visitantes toman fotos, comparten en redes y estos efímeros personajes se vuelven virales, generando discusiones sobre política, sostenibilidad, agricultura y cultura local.

Vegetales que hablan… y critican

El uso de vegetales como medio de crítica social y política no es nuevo, pero pocas veces se presenta con tal nivel de ingenio, ternura y sátira. Desde el arte urbano hasta la instalación contemporánea, lo “fugaz” y lo “comestible” cobran cada vez más valor como soporte artístico.

Eventos como este invitan a reflexionar sobre la intersección entre la expresión cotidiana y las temáticas relevantes, pero sin renunciar jamás al entretenimiento.

A futuro: ¿podríamos ver a más políticos en forma de nabo?

Con un mundo cada vez más polarizado, el uso de recursos lúdicos como estas esculturas permite humanizar y criticar los temas más serios, al mismo tiempo que se celebra la creatividad local. Y si uno puede reírse viendo a Donald Trump en forma de calabaza, o al líder de la Iglesia Católica reflejado en una mazorca, quizás se abren también los caminos para comprender realidades complejas desde otra perspectiva.

¿Quién será el próximo? ¿Una Greta Thurnip? ¿Una Kim Chor-éano? ¿Un apio con el peinado de Boris Johnson? Lo sabremos en la próxima edición.

Y es que en Londres, a veces, los vegetales tienen más que decir que muchos políticos. Y lo hacen con estilo, con humor y sin necesidad de micrófono.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press