El regreso del boxeo a Fenway Park: pasado glorioso, presente vibrante y futuro prometedor
Fenway vuelve a ser el escenario de grandes peleas tras casi 70 años, con una velada histórica que celebra el legado boxístico de Boston
Un viaje al pasado glorioso del boxeo en Boston
Fenway Park, conocido mundialmente como la casa de los Boston Red Sox, volverá a albergar boxeo profesional por primera vez en casi 70 años. El evento bautizado como “Fight Night at Fenway” no es solo una velada deportiva, sino un rescate simbólico de una de las tradiciones más intensas y apasionadas de la ciudad: el boxeo.
La última vez que hubo peleas en este estadio fue en 1956, cuando "The Boston Bomber" Tony DeMarco alzó los puños ante miles de espectadores. Desde entonces, el deporte ha pasado por muchas transformaciones y desafíos, pero Boston, ciudad natal de leyendas como John L. Sullivan, Marvin Hagler, Rocky Marciano y Sam Langford, apuesta nuevamente por devolverle al boxeo su lugar de honor.
Los hermanos Nolan: maestros, promotores y soñadores
Los responsables de esta proeza son los hermanos Mark y Matt Nolan, dos profesores de escuela pública originarios de Watertown que crecieron con el sueño de revitalizar el boxeo en Boston. Con su propio gimnasio de boxeo en Waltham y un enfoque inclusivo (nadie se queda sin entrenar por no poder pagar), estos hermanos han escalado desde las pequeñas funciones locales hasta convertirse en los primeros en casi siete décadas en organizar una velada en Fenway.
"No es solo nuestro sueño, es el sueño de todos los boxeadores del planeta", dijo Matt Nolan. "El solo hecho de imaginar que un chico pueda abrirse paso boxeando hasta llegar a Fenway Park es como ganar la lotería".
Una tradición que resiste al tiempo
Richard Johnson, curador del Sports Museum de Boston y autor de "Field of Our Fathers", destaca que Fenway no siempre fue solo béisbol. Desde su inauguración en 1912, fue escenario de múltiples eventos deportivos y políticos. "Hoy, Fenway es el museo al aire libre más grande de Nueva Inglaterra", declara Johnson.
Fenway Park ha acogido desde partidos de hockey en invierno hasta conciertos y eventos deportivos alternativos, pero ahora, con el regreso del boxeo, se recupera una de sus pasiones más antiguas. Boston fue, durante décadas, una de las capitales del pugilismo estadounidense, y este evento es un puente entre aquel pasado y un futuro renovado.
Rompiendo con el modelo tradicional del boxeo comercial
Cuando los Nolan empezaron a organizar peleas profesionales, se encontraron con un mundo desequilibrado: combates entre rivales dispares diseñados para favorecer al favorito, contratos poco claros y una explotación silenciosa de quienes se suben al ring. Decidieron hacer las cosas diferentes.
Su enfoque: pagar justamente a los peleadores, montar combates competitivos y realizar funciones exclusivamente dentro de la ciudad de Boston. “Muchos promotores venden peleadores; nosotros queremos vender peleas que los aficionados quieran ver”, explicó Mark Nolan.
Cartelera histórica en el templo del béisbol
La función contará con 11 peleas profesionales, destacando nombres locales e internacionales que tienen mucho que demostrar. Lexi “Lil Savage” Bolduc, nacida en Massachusetts, peleará un combate revancha ante Sarah Couillard tras una controversial decisión mayoritaria en marzo. Será su cuarta pelea profesional, y para ella, pelear en Fenway tiene un peso emocional particular:
“Crecí idolatrando a jugadores que pisaban este estadio. Ahora estar en ese mismo terreno como atleta es algo verdaderamente especial... Presión hace diamantes”, dijo Bolduc.
Otro enfrentamiento destacado lo protagonizará Thomas “The Kid” O’Toole, invicto en 13 peleas y nacido en Galway, Irlanda. Su oponente será el veterano Vaughn “Da Animal” Alexander, un boxeador aguerrido de St. Louis. O’Toole considera esta cita como “la prueba más grande de su carrera”.
Boston y sus leyendas del ring
- John L. Sullivan: Conocido como “Boston Strong Boy”, fue el primer campeón mundial del peso pesado y una celebridad sin igual en su tiempo.
- Sam Langford: Para muchos, el mejor boxeador que nunca ganó un título mundial, víctima del racismo sistémico del siglo XX.
- Marvin “Marvelous” Hagler: ídolo de los años 80, campeón mundial indiscutido del peso mediano.
- Rocky Marciano: Único campeón de peso pesado que se retiró invicto (49-0).
- Tony DeMarco: Campeón mundial wélter cuyo legado es tan fuerte que su estatua adorna el North End de Boston.
La historia pugilística de Boston no es menor. Es una ciudad con alma de gladiadores, y Fenway, con su aura casi sagrada, es el escenario perfecto para su resurrección.
Fenway Park: un ícono que toca todos los deportes
Fenway ha sido testigo de hazañas legendarias, no solo en el boxeo. Estos son algunos hitos memorables en sus más de 110 años:
- En 1950, los Red Sox derrotaron a los Browns 29-4, estableciendo récords de carreras, hits y bases conseguidas.
- En 1968, Howie Bedell puso fin a la racha de 58.2 innings sin permitir carrera del mítico Don Drysdale.
- El 2012, seis lanzadores de los Mariners se combinaron para un no-hitter colectivo contra los Dodgers.
- Fenway ha acogido desde conciertos hasta partidos de fútbol gaélico y hockey sobre hielo al aire libre.
Un modelo a seguir para el futuro del boxeo
Lo que intentan los Nolan en Boston podría convertirse en un ejemplo replicable. En un deporte muchas veces desprestigiado por decisiones sospechosas y peleas amañadas, su modelo basado en ética, transparencia y amor al espectáculo es valioso. En una era donde los grandes nombres pelean poco y los promotores priman la recaudación sobre el espectáculo, Boston vuelve a mirar al pasado para reinventar el futuro.
El regreso del boxeo a Fenway no es solo un evento deportivo, es una declaración cultural. Significa que las ciudades pueden—y deben—recoverar las raíces que las hicieron grandes. Y para Boston, eso significa volver a llenar sus noches de puños, valor y gloria sobre el cuadrilátero.
A medida que Boston late al ritmo de los golpes en Fenway una vez más, miles de personas—jóvenes y veteranas, nostálgicas y soñadoras—recordarán por qué el boxeo siempre fue más que un deporte. Era, y es, parte del alma de la ciudad.