Marjorie Taylor Greene y la nueva batalla republicana en Georgia: ¿el camino a la gobernación en 2026?
La convención republicana de Georgia dejó en claro que, aunque Trump sigue siendo el eje, figuras emergentes como Greene y Jones ya se posicionan para 2026
La batalla de 2026 comienza antes de tiempo
En Dalton, Georgia, la convención republicana estatal sirvió como escenario para dos narrativas paralelas: reafirmar la lealtad al expresidente Donald Trump y perfilar una lucha anticipada por la gubernatura y el Senado de Georgia en 2026. Aunque Steve Bannon pidió dejar el futuro para más tarde (“Don’t even think about the midterms”, dijo), las miradas ya están puestas en la próxima gran contienda electoral.
Marjorie Taylor Greene: ¿rumbo a la gobernación?
La congresista por el 14º distrito de Georgia, Marjorie Taylor Greene, se mostró particularmente activa. Aunque ha descartado públicamente desafiar al senador Jon Ossoff por su escaño en el Senado, su discurso ante la convención dejó claro que tiene ambiciones estatales.
“Hagamos a Georgia grande otra vez, para Georgia”, dijo Greene, adaptando el famoso eslogan de Trump. Entre su abanico de políticas propuestas, destacó:
- Eliminar el impuesto sobre la renta estatal.
- Reabrir hospitales psiquiátricos públicos.
- Reformar la educación púbica basada en principios "clásicos".
- Reducir los incentivos económicos para empresas extranjeras y productoras de cine y televisión.
Todo esto sugiere un enfoque fuertemente populista, culturalmente conservador y pro-Trump, un paquete atractivo para las bases republicanas del estado.
Competencia dentro del trumpismo
Greene no está sola en esta anticipada carrera. El vicegobernador de Georgia, Burt Jones, también mostró interés en competir por la gubernatura. Fiel aliado de Trump, destacó la importancia de mantenerse dentro del círculo cercano al expresidente al recordar a los asistentes: “El círculo es pequeño”.
Jones incluso lanzó una velada crítica al fiscal general del estado, Chris Carr, quien también busca la gobernación pero no participó en los discursos del evento: “Siempre recuerden quién estuvo con ustedes”.
El factor Trump sigue siendo dominante
Aunque la convención incluyó elecciones internas y la aprobación de una plataforma estatal, el espíritu de Trump impregnó cada rincón del evento. Incluso las diferencias entre candidatos fueron interpretadas en función de su lealtad o distancia con el expresidente.
La relación con Trump actúa como un filtro obligatorio: Carr, por ejemplo, se presenta como un “Kemp Republican”, una referencia al gobernador Brian Kemp, figura que ha estado en fricción con la órbita más cercana a Trump.
El Senado también está en juego: todos contra Ossoff
La carrera al Senado no se queda atrás. El senador demócrata Jon Ossoff es ya el blanco común entre varios republicanos que contemplan lanzarse en su contra en 2026. Entre los interesados están:
- Buddy Carter, actual congresista, quien ya está invirtiendo fuertemente en publicidad.
- John King, comisionado de seguros del estado, que dijo: “Trump necesita respaldo en el Senado”.
- Mike Collins, otro congresista, que dejó la puerta abierta para una posible campaña diciendo: “No estoy quemado por ser senador, pero tenemos que tomar ese escaño”.
La facilidad con la que todos recibieron aplausos al mencionar el reemplazo de Ossoff demuestra la vulnerabilidad percibida del demócrata, así como el hambre republicana por controlar ambas cámaras y cargos ejecutivos en Georgia.
Greene, la polifacética agenda conservadora
Más allá de los slogans, Greene mostró un dominio del discurso político estatal que no pasó desapercibido. Habló sobre temas fiscales, educativos, de salud mental y económicos, pintando un retrato de Georgia abrumado por la intromisión federal, políticas liberales y amenazas culturales.
En términos prácticos, su propuesta para abolir el impuesto sobre la renta estatal podría significar una pérdida de más del 40% del ingreso anual de Georgia, lo cual tendría que compensarse con medidas severas o aumentos de impuestos locales. Estados como Texas y Florida sirven de ejemplo, donde la falta de impuesto sobre la renta personal se compensa con mayores impuestos al consumo y recortes presupuestarios.
Bannon intenta contener las ansias, pero el reloj corre
“2026 puede esperar”, insistió Steve Bannon, pero sus palabras parecieron caer en saco roto. Entre discursos y encuentros privados, era evidente que el futuro político de Georgia está en pleno proceso de ebullición.
Otra figura clave que no debe pasarse por alto es Derek Dooley, conocido más por sus tiempos como entrenador de fútbol en la Universidad de Tennessee que por trayectoria política. Aunque no se dirigió a los delegados, su interés por el Senado lo coloca dentro del creciente grupo de aspirantes.
Trump y el futuro de Georgia: influencia a fuego lento
Trump podría no estar físicamente en la convención, pero su sombra lo cubre todo. Desde las lealtades internas hasta las posibles alianzas futuras, todo pase por el filtro del trumpismo. De hecho, un comentario recurrente en el evento fue la “necesidad de respaldo” para el expresidente, ya sea para 2026 o anticipando las elecciones presidenciales de 2028.
Y si bien Trump ha demostrado tener un control férreo de su base, ya no es el único ancla de poder en el GOP de Georgia. Figuras como Greene y Jones están construyendo sus propias redes de influencia, aunque clara y estratégicamente alineadas al trumpismo.
¿Una elección diferencial entre Greene y Jones?
Ambos nombres suenan fuerte para la gubernatura, pero representan estilos distintos dentro del mismo movimiento. Greene, con su enfoque agresivo y altamente mediático, atrae a la base más fiel de Trump. Jones, por su parte, parece apostar a un conservadurismo más institucionalizado, aunque igual de leal al líder del movimiento.
Una primaria entre ambos podría transformarse en un barómetro nacional de hacia dónde desea dirigirse el Partido Republicano del sur: ¿más confrontación o más gestión?
La estrategia Demócrata: bajo perfil frente a división republicana
Por ahora, los demócratas parecen mantenerse al margen de esta ebullición temprana. Confiar en la división republicana es una táctica arriesgada pero no imposible. Ossoff, por ejemplo, ya ha enfrentado una campaña de alta presión antes y ha logrado sobrevivir. La gran incógnita para los demócratas no es si se enfrentarán a republicanos duros, sino cuán divididos estarán al llegar a las elecciones.
¿Qué tan temprano es ahora?
A pesar de las advertencias de estrategas como Bannon, la maquinaria política de Georgia se ha encendido mucho antes de lo previsto. Las figuras emergentes ya están marcando territorio, las plataformas ideológicas se están definiendo y las bases, animadas por el culto a Trump, están listas para volver al ataque electoral.
Como dijo Greene: “Es una elección que decidiré con mi familia”, pero para quienes siguen de cerca la política de Georgia, la pre-campaña 2026 ya empezó.