¿Vale el peso de oro? El dilema económico de los corredores estrella en la NFL
James Cook, Nick Chubb y la batalla constante de los running backs por reivindicar su valor en una liga que cada vez los relega más
Una posición en el olvido: los corredores en la NFL actual
Durante décadas, el corredor (o running back) fue el pilar ofensivo en la NFL. Desde leyendas como Emmitt Smith y Barry Sanders hasta el inigualable Walter Payton, quienes comandaban el juego terrestre eran esenciales. Sin embargo, el panorama ha cambiado drásticamente en los últimos 15 años. Y dentro de este contexto se enmarcan las recientes tensiones contractuales de figuras como James Cook y Nick Chubb.
El nuevo paradigma ofensivo de la NFL prioriza el pase y relega al juego terrestre —y por ende a los corredores— a un segundo plano. Mientras mariscales de campo y receptores ofensivos disfrutan contratos millonarios, los corredores luchan cada temporada por obtener extensiones razonables.
James Cook: producción de élite, incertidumbre contractual
Cook, de 24 años, fue co-líder en touchdowns terrestres en 2023 (16), todo esto mientras formaba parte de uno de los ataques más explosivos de la liga bajo el mando del coordinador ofensivo Joe Brady. Además, sumó 2 anotaciones por aire y se convirtió en un referente clave del ataque de los Buffalo Bills, junto con Josh Allen.
El problema es que, pese al rendimiento, Cook no tiene todavía una extensión contractual. El jugador —quien está en el último año de su contrato de novato firmado en 2022— ha sido vocal en redes sociales sobre su deseo de una extensión, al llegar a publicar “15 mill year” en Instagram y declarar en un podcast: “Quiero que me paguen lo que pido. Siento que merecemos que nos paguen”.
En contraste, el gerente general de los Bills, Brandon Beane, ha manifestado su respeto por Cook, aunque señala que “no hay consenso” entre las partes. Mientras otros jugadores clave del equipo como Josh Allen o Greg Rousseau recibieron sus extensiones, Cook quedó fuera de la tanda. Incluso se llegó a rumorear una posible salida cuando el jugador puso a la venta su casa en Buffalo.
Nick Chubb: entre la gloria y las lesiones
Otro que se suma a esta narrativa es Nick Chubb, corredor de los Houston Texans tras varios años como estrella de los Cleveland Browns. Cuatro veces seleccionado al Pro Bowl, Chubb acumula ya 6,843 yardas terrestres en su carrera, colocándose como el tercer corredor más prolífico en la historia de Cleveland detrás de leyendas como Jim Brown (12,312) y Leroy Kelly (7,274).
Su situación, sin embargo, se ha visto mermada por lesiones serias. En 2023, sufrió una devastadora lesión de rodilla en la Semana 2 y, tras su regreso, volvió a fracturarse el pie. Aun así, los Texans decidieron apostar por él, uniéndolo a un backfield que ya incluye a Joe Mixon. Houston espera que esta dupla resucite el juego terrestre que ayudó a lograr un récord 10-7 y un título divisional en la AFC Sur.
El nuevo contrato de Chubb no ha sido detallado por completo, pero se espera que sea por un monto considerablemente menor al de un receptor o mariscal en un nivel similar de influencia.
El valor real de los corredores: producción sin retribución
Los números no mienten. Los corredores aún tienen alto impacto en el campo:
- James Cook empató un récord histórico de Buffalo con 16 touchdowns terrestres, marca que previamente solo ostentaba el legendario O.J. Simpson.
- Nick Chubb promedia 5.1 yardas por acarreo, una marca élite en la liga.
- Joe Mixon superó las 1,000 yardas por sexta vez en su carrera en 2023.
A pesar de esta producción tangible, los corredores suelen ser descartables para las franquicias. Sus contratos suelen ser cortos, sus extensiones escasas. En 2023, jugadores como Josh Jacobs, Saquon Barkley y Austin Ekeler también evidenciaron su molestia al no recibir ofertas acordes a su producción.
¿Es justificable esta discriminación?
Según datos de OverTheCap, el salario promedio entre los corredores titulares es de apenas $5.5 millones anuales, muy por debajo del promedio de mariscales ($25 millones) y receptores abiertos ($15-20 millones). Peor aún, el salario más alto entre corredores fue de Christian McCaffrey con $16 millones anuales, cifra que se mantiene estable desde 2020.
Las justificaciones más comunes son:
- Mayor riesgo de lesiones.
- Curva de declive física más temprana (a menudo antes de los 30 años).
- Alta disponibilidad de reemplazos en el Draft o vía agencia libre.
Sin embargo, algunos argumentan que esta lógica es circular: no se invierte en corredores, por lo tanto no duran, y por ende se refuerza la idea de que no valen la inversión.
¿Un despertar del sindicato de jugadores?
Frente a esta problemática, varios jugadores han comenzado a alzar la voz. En 2023, se celebró una videollamada entre Derrick Henry, Josh Jacobs, Nick Chubb y otros corredores veteranos para discutir cómo presionar a la NFL y las franquicias en búsqueda de tratos más justos. Aunque no se concretaron acciones, el mensaje fue claro: están cansados de ser subvalorados.
La única solución: redefinir el rol del corredor
Hoy, si un corredor quiere asegurar un futuro financiero sólido, debe diversificar su perfil. Ejemplos como McCaffrey o Alvin Kamara muestran que un corredor receptor puede tener más valor contractual. James Cook parece encaminarse hacia esa ruta, con contribuciones notables como receptor (más de 400 yardas por aire en la última temporada).
El reto está en manos de jugadores, agentes y franquicias: encontrar un punto medio donde se compense talento, longevidad y versatilidad de forma justa. De lo contrario, seguiremos viendo casos como el de Cook: talentos de élite sin el reconocimiento económico merecido.
Mientras tanto, la NFL sigue siendo un juego brutal… sobre todo si eres corredor.