Casa Pedro vs. Botín: La sabrosa rivalidad por ser el restaurante más antiguo del mundo
Una taberna madrileña desafía el título Guinness del legendario Botín con historia, pasión y una pizca de misterio histórico
En el corazón de Madrid hay una batalla culinaria que va más allá de lo gastronómico: se trata de la disputa por el prestigioso título de restaurante más antiguo del mundo, un honor que hoy ostenta el famoso Sobrino de Botín, pero que recientemente ha sido desafiado por un sorprendente contrincante: Casa Pedro.
Una guerra de cucharones, historia y reconocimiento
Sobrino de Botín fue fundado en 1725 y desde 1987 ostenta el récord Guiness del restaurante más antiguo del mundo en funcionamiento continuo. Su historia está plagada de anécdotas literarias. Desde Ernest Hemingway —quien lo definió como uno de los mejores restaurantes del mundo en "The Sun Also Rises"— hasta escritores como Graham Greene y Truman Capote, la magia y tradición del lugar están fuera de discusión.
Sin embargo, a tan solo unos kilómetros del bullicio del centro madrileño, se alza Casa Pedro, una taberna rústica que afirma que su historia se remonta a 1702, lo cual significaría que es 23 años más antigua que Botín. La diferencia radica en una palabra: documentación.
Casa Pedro: entre la memoria oral y los archivos perdidos
Irene Guiñales, actual propietaria y octava generación de la familia fundadora, recuerda haber escuchado de su abuelo la frase “esto está aquí desde 1702”. Durante mucho tiempo, esto fue una tradición oral no comprobada. Pero hoy, con ayuda de historiadores y una investigación concienzuda en archivos nacionales, la familia Guiñales ha hallado documentos que datan la existencia del local al menos desde 1750.
Durante la Guerra Civil Española, los archivos del antiguo municipio de Fuencarral —donde se encontraba Casa Pedro— fueron destruidos por el fuego, lo cual complica las posibilidades de encontrar pruebas definitivas sobre sus orígenes anteriores.
¿Qué exige Guinness para validar el récord?
De acuerdo con Kylie Galloway, portavoz de Guinness World Records, las reglas para ostentar este título son claras pero rigurosas: debe demostrarse con documentación que el restaurante ha operado de manera continua, en el mismo lugar y con el mismo nombre. Sobrino de Botín logró sustentar estos requisitos con registros desde 1725.
Antonio González, tercera generación de administradores de Botín, fue enfático en esto: “la magia de Botín no está solo en la comida, sino en su historia ininterrumpida”.
Ambiente y clientela: dos mundos, una herencia
Mientras Botín es una meca turística enclavada cerca de la Plaza Mayor, frecuentado por viajeros y estrellas internacionales, Casa Pedro se mantiene como un refugio local. Su ubicación en el barrio de Fuencarral convierte a este restaurante en un rincón amado por vecinos y madrileños conocedores.
“Venimos cada viernes a comer desde hace años”, cuenta Mayte Villena, una habitual del lugar. “No nos haría diferencia si logran el récord o no. Para nosotros siempre será especial”.
¿Y qué hay del menú?
Ambos restaurantes ofrecen delicias castellanas con preparaciones cargadas de historia. Botín destaca por su cochinillo asado (con fama internacional), mientras que en Casa Pedro encontramos joyas tradicionales como:
- Callos a la madrileña
- Cordero al horno
- Sopa castellana
- Bacalao al pil-pil
Ambos espacios comparten techos de vigas, baldosas esmaltadas y sótanos reconvertidos en bodegas, lo que contribuye a una experiencia que es tanto culinaria como cultural.
Los Reyes también comen aquí
Casa Pedro no se queda corta en celebridades. En sus muros cuelgan fotos de Juan Carlos I, el rey emérito español, disfrutando de sus platos. Incluso el actual monarca, Felipe VI, ha visitado el lugar, aunque de forma más discreta que su padre.
Esta mezcla de clientela local y visitante ilustre le da a Casa Pedro un aire de leyenda viva que resiste al ritmo vertiginoso de la modernidad.
Otras contendientes en el mundo
El título de restaurante más antiguo del mundo no solo despierta interés en Madrid. Existen otros locales legendarios como:
- Bianyifang (Beijing, China), fundado en 1416
- Le Procope (París, Francia), abierto en 1686
- White Horse Tavern (Newport, Rhode Island), desde 1673
- La Campana (Roma, Italia), documentación que se remonta a hace más de 500 años
Pero la regla de Guinness sobre ubicación, nombre y continuidad ininterrumpida los deja fuera de juego. Algunos cerraron temporalmente, cambiaron de nombre o mudaron de local. Eso permite que Botín mantenga el título, al menos hasta que Casa Pedro logre demostrar su supremacía.
¿Más allá del título?
Para Irene Guiñales, más que una competencia es un sueño que toca las raíces de su identidad familiar. “Sería increíble alcanzar ese público que tiene Botín”, confiesa. “Es un sueño, pero es un sueño”.
La realidad es que tanto Botín como Casa Pedro representan algo que excede cualquier premio Guinness: son testimonios vivos de la gastronomía, la historia y la cultura española. Más allá del título, lo que logran estos lugares es preservar la memoria de generaciones, platos y conversaciones compartidas a lo largo de siglos.
En una época dominada por la inmediatez y las modas efímeras, que dos restaurantes madrileños estén discutiendo por antigüedad en siglos y no en modas culinarias pasajeras es casi un milagro digno de celebración.
Y en el fondo, los comensales ganan el título más importante: el de alimentar la historia con cada bocado.