Polarización mediática en EE.UU.: ¿En quién confían los demócratas y republicanos?
Un análisis de la desconfianza partidista hacia los medios de comunicación y los pocos puntos de encuentro entre ambos bandos
La confianza en los medios de comunicación en Estados Unidos no solo ha disminuido con el tiempo, sino que se ha convertido en un fenómeno altamente politizado. Una reciente encuesta del Pew Research Center revela un panorama fascinante y preocupante: solo dos de las 30 fuentes de noticias evaluadas generan más confianza que desconfianza en simpatizantes tanto del Partido Demócrata como del Republicano.
Un sistema mediático fracturado
El estudio, realizado en marzo de 2025 entre 9,482 adultos estadounidenses, expone cómo los ciudadanos de cada inclinación política viven en silos informativos. Solo Forbes y The Wall Street Journal fueron calificados como confiables por una mayoría significativa de demócratas y republicanos. El resto de los medios parece ser terreno fértil para la discordia.
Este hallazgo refuerza la narrativa de que la polarización ha alcanzado no solo las urnas, sino también los titulares. Según Elisa Shearer, investigadora senior en Pew, “sigue siendo un ecosistema mediático muy polarizado”.
¿En quién confían los republicanos?
Los simpatizantes del Partido Republicano mostraron niveles de confianza sumamente limitados. Solo dos medios alcanzaron una aceptación de más del 30%:
- Fox News Channel: confiaban en él el 56%
- The Joe Rogan Experience: el 31%
Destaca la notable diferencia con respecto a Joe Rogan: entre los demócratas, solo el 3% dijo confiar en su podcast, mientras que el 40% aseguró que lo consideran una fuente no confiable. Además, su entrevista con Donald Trump resultó decisiva para muchos votantes republicanos en elecciones pasadas.
También se observa una leve apertura hacia PBS por parte de los republicanos, con un 23% que muestra confianza, aunque el mismo porcentaje (26%) muestra desconfianza.
¿Y los demócratas?
El contraste es abrumador. Los simpatizantes demócratas confiaban en 23 de las 30 fuentes analizadas, incluyendo:
- Las tres cadenas televisivas principales
- PBS (59% de confianza vs. solo 4% de desconfianza)
- CNN, The New York Times, BBC, NPR, The Washington Post y MSNBC
Este nivel de pluralidad sugiere que los demócratas consumen una variedad más amplia de medios, aunque sus preferencias siguen limitadas a fuentes percibidas como “progresistas” o “mainstream”. NPR, por ejemplo, registra un impresionante 47% de confianza entre los demócratas, pero más del doble de desconfianza que confianza entre los republicanos.
La guerra contra los medios financiados públicamente
Uno de los puntos clave de división es el apoyo federal a medios públicos como PBS y NPR. Donald Trump ha intentado reiteradamente eliminar el financiamiento de estas instituciones, bajo la acusación de que tienen un sesgo liberal.
Irónicamente, aunque muchos republicanos ven con recelo a PBS, la encuesta muestra una opinión bastante dividida dentro de ese mismo grupo. En cambio, la resistencia hacia NPR es más clara: más del doble de republicanos afirma desconfiar que confiar en la cadena.
El ascenso de los medios alternativos y el papel del algoritmo
En el contexto de redes sociales y plataformas como YouTube o Spotify, personalidades como Joe Rogan se han convertido en nuevas fuentes de información. Esto es relevante porque su influencia muchas veces supera a la de medios tradicionales.
Cuando se analiza la confianza entre los jóvenes y usuarios intensivos de redes, muchos tienden a valorar contenidos informales o “sin filtros”, incluso si carecen de una verificación editorial rigurosa. A esto se suma la lógica algorítmica que refuerza creencias ya existentes, creando burbujas de reafirmación.
“El 45% de los estadounidenses obtiene sus noticias principalmente a través de redes sociales, lo que disminuye el contacto con fuentes contrastadas y aumenta la exposición a opiniones sin base factual”, según datos del Reuters Institute Digital News Report 2024.
La paradoja de The Wall Street Journal y Forbes
El hecho de que WSJ y Forbes sean los únicos medios confiables para ambos bandos resulta llamativo pero tiene explicación. Ambos tienen un enfoque fuerte en noticias económicas y de negocios, lo que les permite mantenerse más neutrales en cuanto al tono político.
Si bien The Wall Street Journal tiene una línea editorial conservadora en su sección de opinión, su sección de noticias mantiene altos estándares de objetividad. En tanto, Forbes, que publica colaboraciones de múltiples voces, ha sabido resguardar una relativa imparcialidad incluso en tiempos de tensión política.
¿Es posible un consenso mediático?
Parece difícil imaginar un futuro donde medios como CNN o Fox News sean neutralmente aceptados como fuentes confiables en ambos lados del espectro. Como dijo Shearer, “es demasiado temprano para saber si habrá cambios significativos”.
Sin embargo, hay pequeños avances. De acuerdo con una encuesta de Pew realizada en marzo de 2025, el 53% de los republicanos manifestó tener al menos algo de confianza en la información de medios nacionales, un aumento respecto al 40% registrado seis meses antes. Este crecimiento podría explicarse por el impacto de una nueva administración republicana, lo que reduce las críticas al poder desde ese sector ideológico.
¿Qué papel juegan los líderes políticos?
No es menor el efecto de las figuras públicas y líderes de opinión. Donald Trump, por ejemplo, ha calificado a varias cadenas informativas como “enemigos del pueblo”, una retórica que incrementa la desconfianza y erosiona el papel del periodismo como instituidor de hechos.
Hasta que los actores políticos moderen su discurso sobre los medios —y los medios hagan un esfuerzo real por abordar sus sesgos percibidos—, será complicado reconstruir un entorno de información que funcione como base común para el diálogo cívico.
El desafío educativo y la responsabilidad ciudadana
En un entorno como este, la alfabetización mediática se vuelve esencial. Comprender cómo se construyen las noticias, distinguir entre opinión e información, y verificar fuentes deben ser habilidades fundamentales para los ciudadanos modernos.
Promover una ciudadanía crítica será tan importante como desarrollar tecnologías que prioricen la veracidad. Hasta entonces, debates como este seguirán dominando la conversación política e informativa en EE.UU., con efectos que se sienten en todo el mundo.