‘F1: The Album’, una explosión musical que pone primera rumbo al estreno cinematográfico del año

Por fin una película sobre Fórmula Uno que lleva la adrenalina de la pista a nuestros oídos. Y lo hace con sonido de motor, beats galácticos y voces que arden como un neumático en clasificación bajo el sol de Mónaco.

‘F1: The Movie’, dirigida por Joseph Kosinski y producida por Jerry Bruckheimer, llegará a las salas el 27 de junio con un protagonista de lujo: Brad Pitt. Pero el verdadero motor emocional del filme será su ambicioso álbum: ‘F1: The Album’, un trabajo monumental firmado por Atlantic Records y producido musicalmente por el legendario Hans Zimmer.

He aquí un análisis exhaustivo del proyecto musical más excitante del verano (y quizá del año), que se atreve a fusionar la intensidad de la velocidad con la emoción de la música global.

Una carrera sonora de alto octanaje

Cuando Kosinski empezó el desarrollo de ‘F1’, tuvo claro que no quería una banda sonora genérica. “Es una película para vibrar y sentir con todos los sentidos”, dijo en una entrevista reciente. Por eso, junto al productor musical Kevin Weaver de Atlantic Records (la mente maestra detrás del exitoso soundtrack de ‘Barbie’), diseñaron una estrategia inusual: no adaptar canciones a la película, sino componer música original pensada especialmente para cada momento exacto del guion.

Una labor titánica en la que los artistas fueron literalmente parte del crew creativo. Desde Chris Stapleton hasta Rosé de BLACKPINK, pasando por el fenómeno urbano Myke Towers y el astro latino Burna Boy, cada uno aportó su esencia para reflejar el vértigo y la emoción de la F1 en formato musical.

El toque de Hans Zimmer: cuando la magia orquestal se sube al monoplaza

No es la primera vez que Hans Zimmer afronta el reto de ponerle sonido a una experiencia sensorial —ya lo hizo con ‘Dune’, ‘Interestelar’ o ‘Top Gun: Maverick’—. Pero en ‘F1’ se presenta un desafío distinto: incorporar la emoción visceral de las carreras, los triunfos, el ruido de los pits y los momentos dramáticos en una narrativa visual y sonora envolvente.

Zimmer trabajó en colaboración estrecha con los curadores del álbum. Su misión fue proveer un hilo conductor instrumental que hilvane los 17 tracks del álbum como si fueran vueltas alrededor de un circuito. “Quiero que el soundtrack se sienta como una carrera emocional”, comentó en una rueda de prensa.

Pop, afrobeat, electrónica y country: música a todo gas

La variedad de géneros del álbum es tan diversa como las culturas que rodean el mundo de la F1. Desde el afrobeat de Burna Boy hasta el pop melódico de Tate McRae, pasando por country-rock, electrónica e incluso colaboraciones inesperadas —como la del DJ Tiësto con la rapera Sexyy Red—, el álbum funciona como un Lollapalooza sobre ruedas.

Kosinski fue enfático: “La Fórmula Uno no es solo un espectáculo anglosajón. Queríamos que la música reflejara ese carácter multicultural auténtico”. El mismo Lewis Hamilton, consultor del proyecto, insistió en que la inclusión global debía estar presente en cada pista del álbum.

Hamilton incluso anticipó que uno de los temas —el de Burna Boy— sería un hit. Y todo apunta a que acertó.

El método: cómo hacer que una canción gane la carrera

La selección de pistas no respondió al estatus ni a la fama de los intérpretes. Lo explicó Bruckheimer: “Elegimos las canciones que mejor funcionaban con cada escena, no las que tenían más reproducciones en Spotify”.

El proceso consistía en probar distintos temas durante la edición. En una secuencia de carrera, por ejemplo, se probaban hasta diez canciones diferentes para ver cuál captaba mejor la emoción. Y sorpresas no faltaron. Algunas combinaciones inesperadas enamoraron tanto al equipo que incluso motivaron reescrituras en el montaje para encajar mejor la emoción musical.

Una canción para cada curva: así trabajaron los artistas

Los artistas no fueron simples proveedores: fueron parte del viaje narrativo. Chris Stapleton vio escenas antes de componer. Rosé también —le mostraron una secuencia crucial y la usó como faro creativo. En el caso de Ed Sheeran, Kosinski le mandó una lista con 10 frases clave que definían el arco del protagonista, Sonny Hayes (interpretado por Pitt). Sheeran creó “Drive” como tema de créditos finales, junto a John Mayer y Blake Slatkin.

Otros como Tiësto ya tenían historia con la F1 —ha sido DJ habitual en Grandes Premios como el de Miami o Abu Dabi. Atlantic le propuso aportar una canción, pero él fue más allá: aparece actuando como DJ en una escena ambientada en Las Vegas. Su colaboración con Sexyy Red da forma a uno de los temas más pegajosos del álbum: “OMG!”.

Roddy Ricch y la carrera interior

Uno de los momentos más poderosos del álbum lo firma Roddy Ricch con su tema “Underdog”. Su visión es metafórica: “A veces en la carrera de la vida te sientes presionado, dudado. Pero hay que mantener la cabeza arriba y terminar la carrera. La maratón continúa”, dijo. El tema aparece en una intensa secuencia de carrera, y resume el espíritu de lucha que define tanto al deporte como al ser humano.

¿Un nuevo estándar para soundtracks de películas deportivas?

El nivel de ambición y curaduría en ‘F1: The Album’ recuerda a lo que logró el álbum de ‘Black Panther’ bajo la tutela de Kendrick Lamar. O incluso los mixtapes de Fast & Furious en antaño. Solo que aquí, hay una intención doble: emocionar y educar musicalmente.

Kosinski dijo al respecto: “Espero que la gente descubra un artista nuevo… y si no son fans de la F1, que salgan con pasión o curiosidad por el deporte”.

Datos rápidos para fanáticos (y curiosos)

• Lanzamiento: 27 de junio, junto al estreno de la película ‘F1’.
• Número de canciones: 17 pistas originales.
• Participantes destacados: Hans Zimmer, Ed Sheeran, Chris Stapleton, Burna Boy, Tiësto, Myke Towers, Rosé, Sexyy Red, Roddy Ricch.
• Géneros: desde el pop y R&B hasta electrónica, country y afrobeat.
• Duración estimada: 1h 10min de inmersión musical total.

Más que una película: una experiencia cultural

Con la carrera más rápida (y emocionante) del cine reciente, un elenco liderado nada menos que por Brad Pitt y Damson Idris, y un álbum que se atreve a correr su propia carrera por fuera de los moldes comerciales, ‘F1: The Album’ se vuelve una experiencia integral.

Lo que antes era ruido de motor, ahora también es ritmo, emoción, identidad cultural y una invitación poderosa a enamorarnos (con o sin bandera a cuadros) de una banda sonora que arranca en la parrilla con potencia máxima y no suelta el acelerador hasta cruzar la línea de meta.