Hollywood vs Inteligencia Artificial: ¿Puede la creatividad sobrevivir a la era de las máquinas?

Disney y Universal demandan a Midjourney por infracción de derechos de autor. El conflicto entre la industria del entretenimiento y la IA alcanza un nuevo nivel.

La guerra entre las grandes industrias del entretenimiento y la inteligencia artificial ha comenzado oficialmente. Esta semana, Disney y Universal presentaron una demanda contra Midjourney, una de las plataformas de generación de imágenes por IA más populares del mundo, acusándola de violar derechos de autor al utilizar sus obras protegidas —como Darth Vader o los Minions— para crear imágenes sin autorización.

El corazón del conflicto: ¿Qué es Midjourney y por qué está en el centro de la controversia?

Midjourney es una herramienta de generación de imágenes basada en inteligencia artificial que permite a usuarios crear ilustraciones a partir de descripciones textuales. Su facilidad de acceso y la calidad de sus imágenes la han convertido en una herramienta esencial para artistas digitales, diseñadores y aficionados.

Sin embargo, su funcionamiento implica el uso intensivo de datasets (conjuntos de datos) que contienen millones de imágenes y obras visuales. Las demandas alegan que estos datasets incluyen miles de imágenes protegidas por derechos de autor sin el permiso de sus propietarios.

Disney, Universal y la defensa de sus figuras icónicas

En la demanda interpuesta en la Corte Federal de Los Ángeles, ambas compañías declaran:

“Midjourney es el ejemplo perfecto de un infractor sistemático de derechos de autor y una fuente inagotable de plagio. La piratería es piratería, ya sea que la imagen infractora se haya creado con IA o cualquier otra tecnología.”

Los estudios argumentan que Midjourney ha explotado personajes icónicos como Darth Vader (Star Wars) y los Minions (Mi Villano Favorito) para generar y distribuir contenido sin compensación alguna ni respeto por las licencias.

¿Qué dice Midjourney?

Hasta el momento, Midjourney no ha emitido una respuesta oficial. La pequeña empresa con sede en San Francisco es parte de un grupo emergente de laboratorios de investigación que desarrollan herramientas de IA accesibles al público. Su modelo se basa, según ellos, en el principio de uso justo (fair use), que permite ciertos usos de contenido protegido sin necesidad de permiso previo, especialmente cuando se trata de transformación, análisis o parodia.

¿Qué es el 'fair use' y cómo puede proteger (o no) a las empresas de IA?

El “fair use” o uso justo es un concepto del derecho de autor estadounidense que permite el uso de material protegido sin necesidad de consentimiento en ciertos casos, como crítica, enseñanza o parodia. Sin embargo:

  • Debe ser transformativo (es decir, dar nuevo significado u expresión)
  • No debe afectar negativamente el mercado de la obra original
  • Debe utilizar solo lo necesario de la obra

Las grandes tecnológicas afirman que entrenar modelos de IA con contenido disponible públicamente entra en este marco legal. Pero los titulares de derechos, como Disney y Universal, sostienen que esa interpretación es demasiado generosa y perjudica su negocio.

Un terreno legal sin precedentes

Lo interesante de esta demanda es que es la primera vez que estudios hollywoodenses de esta magnitud se lanzan directamente al ring legal contra la inteligencia artificial. Si bien artistas independientes ya han interpuesto demandas contra empresas como Stability AI, ningún actor había tenido tanto peso institucional y económico.

La industria del entretenimiento genera más de $700 mil millones de dólares anuales a nivel global, y los personajes y franquicias protegidas por derechos de autor representan una fuente importante de ingresos. Según el informe de Statista (2023), solo Disney generó más de $5 mil millones en licencias y mercancía en 2022.

¿Qué otros casos similares han ocurrido?

  • Sarah Andersen v. Stability AI: La ilustradora Sarah Andersen demandó a Stability AI y DeviantArt por usar sin consentimiento sus caricaturas para entrenar modelos de IA como Stable Diffusion.
  • Getty Images contra Stability AI: Getty alegó que su material fotográfico protegido fue utilizado para desarrollar softwares de IA sin licencia ni compensación.
  • OpenAI y ChatGPT: Numerosos escritores y medios han acusado a OpenAI de usar contenido con copyright para entrenar su modelo de texto sin autorización.

La industria de la IA, ¿salvadora o villana?

Los defensores de la inteligencia artificial argumentan que estas tecnologías democratizan la creatividad y hacen accesible el arte a millones de personas. Además, permiten nuevas formas de expresión que antes eran impensables para quienes no tienen habilidades técnicas.

Por otro lado, artistas, diseñadores y cineastas afirman que la IA diluye su trabajo y les hace competencia desleal. Lo que antes requería años de experiencia, ahora puede reproducirse en segundos con simples comandos.

¿Qué está en juego realmente?

Más que una simple disputa sobre imágenes generadas, este caso pone en jaque el concepto mismo del derecho de autor en la era digital. Si los jueces fallan en contra de Disney y Universal, sentarían un precedente que permitiría a las empresas de IA utilizar enormes bibliotecas visuales sin pagar licencias ni respetar la autoría.

Pero si las cortes favorecen a los estudios, las empresas de tecnología podrían verse obligadas a modificar profundamente sus modelos o incluso a comprar derechos, lo que dispararía los costes y reduciría el acceso a estas herramientas.

Citando a los expertos

Según Shira Perlmutter, registradora de derechos de autor de EE.UU., en una entrevista para la revista Wired:

“Nos enfrentamos a la revolución más grande desde la imprenta. Por cada innovación artística, hay una reacción legal que intenta equilibrar el progreso con la protección.”

¿Y ahora qué? El futuro de los modelos creativos

Todo apunta a que veremos una oleada de demandas similares en los próximos meses. La falta de regulación específica ha dejado un vacío legal que ahora las grandes empresas buscan llenar con precedentes judiciales.

Mientras tanto, algunas compañías tecnológicas ya están tomando precauciones. OpenAI, por ejemplo, ha asegurado acuerdos con editores como Associated Press para usar contenido con licencia. Meta y Google también están explorando modelos híbridos que combinen IA con contenido autorizado.

¿Podrían estas guerras legales obligar a una reinventación de la IA generativa? Posiblemente. Lo que está claro es que el mundo creativo está cambiando para siempre, y ni siquiera Darth Vader podría detener el avance de la inteligencia artificial.

Una batalla que trasciende los tribunales

Más allá del resultado judicial, este caso pone sobre la mesa una discusión profunda y necesaria: ¿quién tiene el derecho de crear en la era de los algoritmos? ¿Hasta qué punto podemos usar el conocimiento colectivo creativo para construir nuevos mundos visuales o narrativos?

La respuesta quizás no esté solo en los libros de leyes, sino en nuestra capacidad de adaptarnos y redefinir lo que significa ser artista en el siglo XXI.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press