La nueva prohibición migratoria reaviva la frustración de los árabes y musulmanes en EE.UU.

En Dearborn, Michigan, epicentro de la comunidad árabe estadounidense, las restricciones migratorias impuestas por Trump erosionan aún más la confianza en los dos partidos principales

La reciente prohibición de viajes firmada por Donald Trump, que afecta a ciudadanos de 12 países, entre ellos Yemen, Irán y Somalia, ha despertado una ola de descontento entre las comunidades árabes y musulmanas en Estados Unidos, en particular en lugares como Dearborn, Michigan, donde se concentra una de las mayores poblaciones árabes del país.

Un eco del pasado que resuena con fuerza

Si bien la nueva proclamación del expresidente Donald Trump no ha generado el mismo nivel de protestas que la conocida como "prohibición musulmana" de 2017, su impacto es profundo y deja una marca en un electorado que ya se mostraba decepcionado por la política exterior de Estados Unidos, tanto de republicanos como de demócratas.

Líderes comunitarios como Wali Altahif, activista por los derechos de los yemeníes y otros inmigrantes, ven esta medida como una traición. “¿Este es el premio por apoyar a Trump?”, cuestiona Altahif, aludiendo al cambio electoral en Dearborn, donde Trump logró, sorprendentemente, una mayoría de votos en 2024.

Dearborn, capital árabe de América

Dearborn se ha convertido en símbolo del renacimiento del voto árabe-musulmán en Estados Unidos. Con más del 45% de sus 110,000 residentes de ascendencia árabe—principalmente libaneses, yemeníes e iraquíes—la ciudad ha sido tradicionalmente un bastión demócrata. En 2020, Biden se impuso cómodamente. Pero en 2024, Trump se llevó la victoria, marcando un cambio político significativo.

Gran parte de este vuelco se debe al desencanto por el respaldo del gobierno de Biden a la ofensiva militar de Israel en Gaza, que ha resultado en más de 55,000 muertes palestinas y ha generado una crisis humanitaria sin precedentes, según cifras de la ONU. Este apoyo, junto con la retórica de ambos partidos hacia los inmigrantes musulmanes, ha creado el caldo de cultivo para una fractura política en los votantes árabes y musulmanes.

La nueva lista negra y sus consecuencias

La nueva política migratoria de Trump prohíbe la entrada a ciudadanos de 12 países: Afganistán, Birmania, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. La declaración busca supuestamente proteger a EE.UU. de personas que pretendan cometer actos terroristas, una narrativa que críticos como Rasheed Alnozili califican de "castigo colectivo" y "discriminación selectiva".

Alnozili, editor de The Yemeni American News, señala que esta política solo contribuirá a incrementar la islamofobia en EE.UU., al estigmatizar aún más a comunidades que, como la yemení, forman parte integral del tejido social estadounidense: "Ellos son parte de la sociedad, están criando familias aquí", insiste.

Consecuencias reales: familias separadas

El impacto de estas políticas no es meramente simbólico. Muchos residentes con doble ciudadanía o residencia permanente han optado por no viajar por miedo a verse detenidos al regresar. Amir Makled, abogado de derechos civiles en Dearborn, ha recibido decenas de llamadas por este tema.

Relata el caso de un ciudadano que canceló su peregrinación a La Meca por temor a no poder volver. Altahif también comparte su experiencia: tardó cinco años en conseguir la visa para su esposa. La nueva restricción podría alargar indefinidamente estos procesos, rompiendo la esperanza de miles de familias.

¿Un tercer camino electoral?

El malestar no se limita a las acciones de Trump. Muchos votantes árabes y musulmanes también están profundamente decepcionados con los demócratas. Estados como Michigan serán claves en las elecciones intermedias de 2026, especialmente con vacantes tanto en el Senado federal como en la gobernación estatal.

Osama Siblani, director de The Arab American News, afirma que la frustración ante ambos partidos tradicionales podría canalizarse hacia opciones independientes. “Hay un creciente apetito por votar por candidatos fuera del sistema bipartidista”, señala.

Candidatos que buscan reconectar

Ante las elecciones de medio término, los candidatos ya han comenzado a tender puentes. Mike Duggan, alcalde de Detroit y demócrata de larga trayectoria, ha anunciado que se presentará como independiente a gobernador. Ha sostenido reuniones con figuras como Siblani y otros líderes comunitarios. Varios candidatos al Senado también están haciendo campaña en Dearborn.

Los demócratas de Michigan que han condenado la nueva prohibición migratoria aún luchan por restaurar la confianza de esta comunidad. En contraste, líderes republicanos han evitado condenar la medida, lo que refuerza la sensación de abandono político.

Una comunidad atrapada entre conflictos

La crisis política en EE.UU. es solo una dimensión del drama que viven muchos inmigrantes. Yemen, en particular, ha estado sumido en una guerra civil por casi una década. A pesar de una campaña de bombardeos de EE.UU. durante los primeros meses del mandato de Trump en 2017, que culminó en una breve tregua en 2024, la situación humanitaria sigue siendo catastrófica. Según Altahif: "Todas las familias de origen yemení en Dearborn han sido afectadas por la guerra".

El efecto dominó en la participación política

Los efectos de la nueva política y la decepción con las promesas incumplidas ya se sienten en las urnas. En 2024, Trump ganó 3,000 votos más que en 2020 en Dearborn. Simultáneamente, el 20% de los votantes optaron por candidatos de terceros partidos o no marcaron ninguna opción. Kamala Harris recibió 15,000 votos menos que Biden en 2020.

¿Una oportunidad perdida para EE.UU.?

Expertos como Peter Trumbore, politólogo de la Universidad de Oakland, advierten que el voto árabe y musulmán podría definir los resultados electorales en Michigan en 2026. “Unos pocos miles de votos podrían decidir quién ocupa el Senado o la gobernación”, explica.

No obstante, en vez de atraer a estos votantes, ambas fuerzas políticas han contribuido a su alejamiento, ya sea por falta de acción o por medidas activamente discriminatorias. La comunidad árabe, que había mostrado potencial para integrarse mayoritariamente a la vida política de EE.UU., ahora se encuentra estigmatizada y desilusionada.

En este contexto, voces como las de Altahif, Siblani y Alnozili piden una reflexión urgente sobre el costo humano y político de estas decisiones. Si la política no se reorienta hacia un reconocimiento genuino de las contribuciones y derechos de los ciudadanos árabes y musulmanes, podría haber un giro permanente en uno de los bloques electorales más emergentes de la nación.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press