Israel e Irán al borde de una guerra total: entre ataques preventivos y un programa nuclear en expansión

Una mirada en profundidad a la escalada más peligrosa en Medio Oriente en décadas, marcada por ataques israelíes, tensiones nucleares y consecuencias geopolíticas globales.

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

Un ataque que sacudió a Teherán

En las primeras horas del viernes 13 de junio de 2025, explosiones estremecieron la capital iraní. Israel confirmó que había llevado a cabo ataques aéreos sobre varios sitios en Teherán, con el objetivo declarado de neutralizar instalaciones nucleares y militares. El humo se elevó incluso desde barrios urbanos como Chitgar, donde usualmente no se ubican instalaciones sensibles, lo que generó pánico entre la población civil.

Las autoridades iraníes confirmaron que el cuartel de la Guardia Revolucionaria fue alcanzado, y se teme la muerte de su comandante, el general Hossein Salami. Además, se han reportado fallecimientos de otros altos mandos y de dos científicos clave del programa nuclear iraní.

¿Por qué ahora?

La agresión llegó en un momento crítico. La Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) censuró oficialmente a Irán por no cooperar con los inspectores —una medida que no se tomaba desde hace 20 años. En respuesta, Teherán anunció la apertura de un tercer sitio de enriquecimiento de uranio y el reemplazo de centrífugas antiguas con modelos más avanzados.

Para Israel, esta fue la gota que colmó el vaso.

“Continuaremos con estos ataques los días que sean necesarios hasta eliminar esta amenaza”,

declaró el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en un mensaje transmitido por YouTube.

El fantasma de un Irán nuclear y el dilema israelí

Desde hace años, Israel ha reiterado que no permitirá que Irán obtenga armas nucleares. Aunque Teherán insiste en que no busca desarrollar una bomba, diversos informes, incluidos algunos del OIEA, indican posible actividad de carácter dual que podría tener fines militares.

En 2023, Irán ya había enriquecido uranio a una pureza del 84%, muy cerca del umbral del 90% necesario para una bomba nuclear. Esta cifra alarmó a la comunidad internacional.

Israel, por su parte, ha mantenido una política ambigua sobre su arsenal nuclear, pero se asume que posee entre 80 y 90 ojivas, según datos de SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute).

Estados Unidos: entre la diplomacia y la distancia

El gobierno de EE.UU., liderado por el Presidente Donald Trump, fue notificado por Israel, pero no participó en el ataque. El secretario de Estado, Marco Rubio, emitió un comunicado en el cual aclaró:

“Tomaron acción unilateral. Nuestra máxima prioridad es proteger nuestras fuerzas en la región.”

Sin embargo, diversas bases militares estadounidenses en Medio Oriente han sido puestas en alerta máxima y se ha comenzado la evacuación voluntaria de las familias de soldados destacados en Iraq y Bahréin.

Irán responde: ¿revivirán los días de represalias?

Después del ataque, Irán cerró su espacio aéreo. Aunque hasta el momento no ha habido ataques de represalia significativos, se espera una respuesta. La historia reciente es clara: Irán ha utilizado a sus aliados regionales —como Hezbollah en Líbano y las milicias chiitas en Siria e Irak— para responder a ataques israelíes. El conflicto puede escalar rápidamente.

En 2020, el asesinato del general Qasem Soleimani generó meses de ataques con misiles, incrementos en los precios del petróleo y tensión global.

Impacto económico global inmediato

Los precios internacionales del crudo reaccionaron casi de inmediato. El Brent, referencia del mercado, subió un 4.8% pocas horas después del ataque. Esta volatilidad podría ser solo el comienzo si Irán decide bloquear el Estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% del petróleo mundial.

¿Una nueva guerra regional?

Estamos ante la posibilidad de una guerra abierta entre dos potencias regionales. Los estrategas militares advierten que, aunque Israel posee una fuerza aérea superior, Irán cuenta con una amplia red de dispositivos de defensa antiaérea y, sobre todo, con aliados regionales dispuestos a entrar en combate como actores no estatales.

La experiencia del pasado confirma que una chispa en Medio Oriente puede convertirse rápidamente en un incendio internacional.

Reacciones internacionales

  • Rusia: condenó el ataque y pidió una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
  • Unión Europea: instó a la “máxima contención” y ofreció mediar para evitar una catástrofe mayor.
  • China: calificó el incidente como una “grave amenaza a la paz regional”.

¿Es posible detener la escalada?

Expertos consultados por medios internacionales señalan que aún existe margen para la diplomacia. El analista Mehdi Alavi del Carnegie Endowment for International Peace argumenta que

“lo que más teme Irán no es un ataque, sino un colapso económico interno que podría derivarse de una guerra prolongada.”

Además, dentro de Israel, algunos sectores políticos expresaron preocupación por las posibles represalias y los costos humanos y económicos de una confrontación directa.

¿Qué puede pasar ahora?

Hay tres posibles escenarios inmediatos:

  1. Escalada total: Irán responde con ataques directos o a través de grupos aliados, desatando una guerra regional.
  2. Respuesta limitada: Irán lanza ataques simbólicos pero evita ir demasiado lejos para no perder apoyo internacional.
  3. Negociaciones de emergencia: algún actor externo, como EE.UU. o la UE, propicia un diálogo indirecto.

Las próximas 72 horas serán cruciales para conocer qué ruta tomará la geopolítica en Medio Oriente y, por extensión, el mundo.

El contexto de una rivalidad histórica

Desde la Revolución Islámica de Irán en 1979, las relaciones con Israel pasaron de frías a hostiles. En los últimos 20 años, la oposición de Irán al Estado israelí —incluso con frases como “borrar del mapa a Israel” emitidas por líderes iraníes— ha alimentado la desconfianza mutua. A esto se suma el apoyo iraní a grupos como Hamas o Hezbollah.

Por su parte, Israel ha construido una red de alianzas con estados árabes sunnitas, como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, que ven con alarma la hegemonía chiita de Irán.

¿Está el mundo listo para esta guerra?

No. La comunidad internacional enfrenta simultáneamente conflictos en Ucrania, tensiones en el mar del Sur de China y una economía global con inflación e incertidumbre pospandemia. Un nuevo frente en Medio Oriente podría ser desastroso.

La historia tiene ejemplos claros: ya en 1973 la Guerra del Yom Kipur desencadenó una crisis del petróleo que paralizó economías enteras. En 1991, la primera Guerra del Golfo alteró los equilibrios de regiones enteras.

Hoy, una confrontación militar directa entre Israel e Irán sería, sin duda, una de las crisis más complejas del siglo XXI.

No solo se combate por el presente, sino por el control ideológico y militar del futuro de Medio Oriente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press