Rick Carlisle, los Pacers y una Final con propósito: más que baloncesto, es esperanza
Mientras Indiana sueña con su primer título de la NBA, su entrenador lidera una cruzada contra la inseguridad alimentaria que está transformando vidas en el estado
El baloncesto al servicio de una causa mayor
En plena emoción de las Finales de la NBA 2025, mientras los reflectores apuntan a las canastas, las estrategias y las estrellas del parquet, hay una historia que trasciende el juego. Rick Carlisle, entrenador de los Indiana Pacers, ha convertido cada partido en una plataforma para luchar contra un enemigo silencioso: la inseguridad alimentaria en el estado de Indiana.
Desde hace dos años, Carlisle impulsa el programa "Drive & Dish", una iniciativa escrita con la precisión de un pase de asistencia, que busca canalizar recursos para combatir el hambre en comunidades vulnerables. La propuesta es modesta en su forma pero poderosa en fondo: a través de un código QR en su vestimenta —colaboración con la startup tecnológica Spokenote—, cualquier persona puede escanear y acceder directamente al portal de donación de la iniciativa.
Más de un millón de dólares para alimentar la esperanza
“En Indiana no debería haber nadie que pase hambre”, dijo Carlisle antes del Juego 4 frente a Oklahoma City Thunder. “La comida existe. El reto está en la logística”. Su afirmación desvela una problemática cotidiana e ignorada. Al iniciar el proyecto, más de un millón de personas en Indiana sufrían de inseguridad alimentaria, es decir, no sabían con certeza de dónde vendría su próxima comida.
Drive & Dish ha logrado recaudar más de 1 millón de dólares hasta hoy. En su primer año, la fundación benefició a más de 1.000 hogares y distribuyó cerca de 250.000 libras de alimentos. Asociada con organizaciones como Gleaners Food Bank, ha logrado entregar no solo alimentos no perecederos, sino también productos frescos, huevos y vegetales.
Pacers y Spokenote: innovación con propósito
El impacto del programa no se ha limitado a las donaciones. En 2024, los Pacers se convirtieron en el primer equipo en los cuatro deportes profesionales más grandes de EE.UU. en lucir un jersey con código QR escaneable, en colaboración con Spokenote. La prenda permitía a fanáticos obtener información, historias de impacto y detalles para colaborar. Un movimiento que combina innovación, marketing y filantropía.
Lo que comenzó como un experimento de visibilidad terminó convirtiéndose en una herramienta educativa y de activación ciudadana. “Tenemos grandes personas apoyando este esfuerzo. Estoy profundamente agradecido”, expresó Carlisle.
Finales NBA 2025: lucha, equilibrio y enfoque
Mientras esta historia solidaria se desarrolla, la parte deportiva de los Pacers también atraviesa su momento más glorioso en décadas. Con ventaja de 2-1 sobre el Oklahoma City Thunder en las Finales de la NBA, Indiana busca coronar una postemporada histórica. A pesar del buen camino, el equipo mantiene la mesura y disciplina propia de su entrenador.
“No hay nada que celebrar todavía”, dijo el armador Tyrese Haliburton, reflejando el enfoque del grupo. Del otro lado, el entrenador de Oklahoma City, Mark Daigneault, destacó la estabilidad emocional de sus jugadores: “Este equipo nunca se emociona en exceso —ni con victorias ni con derrotas”.
El factor banca: la carta inesperada de Indiana
Uno de los factores sobresalientes de la serie ha sido el desempeño del banco de los Pacers. En el Juego 3, sus suplentes dominaron con un escandaloso 49-18 en puntos sobre los del Thunder. Bennedict Mathurin brilló con 27 puntos en 22 minutos, mientras el veterano T.J. McConnell sumó 10 puntos, 5 asistencias y 5 robos en solo 15 minutos.
Para dimensionar este rendimiento excepcional, es necesario resaltar que en apenas 7 minutos clave (comienzo del primer y tercer cuarto), los titulares del Thunder se impusieron 23-6, pero el resto del encuentro fue un dominio pacer: Pacers 110 - Thunder 84. Una diferencia que inclinó totalmente la balanza a favor del equipo de Indiana.
Westbrook: ¿últimos capítulos como "superrolero"?
En paralelo, otro tema relevante en el entorno de la NBA tiene como protagonista a Russell Westbrook. El veterano base ha decidido no ejercer su opción de jugador de $3.5 millones con los Denver Nuggets para la siguiente temporada, convirtiéndose en agente libre.
Westbrook, de 35 años, ha tenido una carrera legendaria: 9 veces All-Star, MVP en 2017, y miembro del equipo del 75 aniversario de la NBA. Esta temporada promedió 13.3 puntos, 4.9 rebotes y 6.1 asistencias, pese a sufrir lesiones en su mano derecha que requirieron cirugía postemporada.
Aún con estos problemas físicos —jugó lesionado la mayoría del año—, Westbrook se mantuvo como un valor notable en la rotación de Denver, liderando en actitud y transiciones ofensivas. Ahora, busca su siguiente destino, declaración que él mismo dejó entrever: “No puedo esperar para volver al 100%. El regreso ya está en marcha”.
Lecciones desde la cancha: el hambre no espera
Lo de Carlisle y su movimiento nos muestra cómo el impacto social desde el deporte puede ir más allá del acto de ganar o perder. El básquetbol, para algunos, es entretenimiento. Para otros, pasión. Pero iniciativas como Drive & Dish nos recuerdan que, con visión, el deporte puede convertirse en un salvavidas literal para miles de familias.
“El hambre no es solo un problema de comida. Es un problema de dignidad”, explicó en una ocasión el analista deportivo Steve Nash, hoy retirado. Y tiene razón. Mientras los Pacers sueñan con un trofeo que no conocen, su entrenador ya tiene una victoria en otro frente: devolverle esperanza a un pueblo que lucha cada día.
El dato curioso: Haliburton y los tiros libres fantasmas
Un dato peculiar de la serie: Tyrese Haliburton, principal guarda de Indiana, ha jugado más de 109 minutos en las Finales ¡sin haber lanzado un solo tiro libre!. Es el primer jugador desde Mario Chalmers en 2012 —curiosamente también frente a Oklahoma City— en mantenerse intacto en esa estadística tan crítica.
¿Destino campeón?
Los Pacers son solo el sexto equipo desde 1984 en tener ventaja de 2-1 en todas sus series de una postemporada. Los otros cinco (como los Lakers en 2009 y 2020, o Boston en 2008) terminaron como campeones. Indiana tiene historia en sus manos, tanto dentro como fuera de la cancha.
Habrá quien vea estas Finales como la batalla entre dos grandes equipos. Pero otros, más atentos, verán también a un entrenador comprometido, a una franquicia alineada con el bien común y a una comunidad encontrando fuerza en la acción colectiva. Rick Carlisle está ganando, y no solo en el marcador.