Slick Rick regresa con 'Victory': el arte del storytelling nunca envejece

El legendario rapero vuelve después de 25 años con un álbum visual que mezcla generaciones, géneros y culturas

Una victoria largamente esperada

En el mundo del hip-hop, donde las carreras suelen ser efímeras y los artistas aparecen y desaparecen como moda de temporada, hay figuras que trascienden el paso del tiempo. Uno de ellos es Slick Rick, el rapero británico-estadounidense que marcó un antes y un después en la historia del género gracias a su maestría en el arte del storytelling. Ahora, tras casi 25 años de silencio discográfico, Rick vuelve a escena con “Victory”, un ambicioso álbum visual que no solo marca su regreso a la música sino también su evolución personal y artística.

Un maestro del relato que nunca se fue

Slick Rick, nacido como Richard Walters en Londres y criado en el Bronx, alcanzó la cima del rap en los años 80 con su aclamado álbum debut “The Great Adventures of Slick Rick” (1988), cuyo impacto fue inmediato: llegó al número 1 en la lista de R&B/Hip-Hop de Billboard y generó temas clásicos como "Children’s Story" y “Mona Lisa.”

Más de tres décadas después, Rick retoma el micrófono con una nueva energía, pero con la misma esencia narrativa que lo convirtió en una figura icónica del rap. “No podemos ser niños toda la vida”, afirmó en una entrevista reciente. “Tenemos que hablar de las cosas que nos interesan a esta edad”.

‘Victory’: más que música, una experiencia cinematográfica

“Victory” no es un simple regreso discográfico. Es un proyecto visual, una combinación de música y cine que Rick tardó cuatro años en producir. Grabado entre Londres, Francia, Estados Unidos, África y el Reino Unido, el álbum pone imágenes al sonido, una táctica cada vez más popular entre artistas que entienden el poder de contar historias desde múltiples formatos.

Con más del 95% de la producción a cargo del propio Rick, “Victory” es profundamente personal y auténtico. Además, cuenta con colaboraciones de peso que añaden diversidad sonora y cultural, como Idris Elba (sí, el actor nominado al Emmy que también es DJ y rapero ocasional), el legendario Nas, el grime del británico Giggs y la voz inconfundible de Estelle.

El mentoring con Idris Elba

La colaboración con Idris Elba surgió de forma orgánica. “Nos conocimos en una fiesta y conectamos”, dijo Rick. A partir de ahí, se creó una sinergia creativa que resultó en una alianza poderosa entre generaciones y disciplinas. Rick pasó tiempo en las casas de Elba en Inglaterra y Francia, donde compartieron sesiones creativas, improvisaciones y celebraciones que terminaron en grabaciones reales.

Rick recuerda el momento en que supo que tenía algo valioso: “Vi a la gente feliz, bailando, tomando Moët... y supe que era hora de lanzarlo”.

De regreso a las raíces musicales afrodescendientes

Una de las características más destacables de “Victory” es su paleta sonora. Rick no se limita al hip-hop tradicional, sino que incorpora reggae, house, soul y hasta música africana. Al respecto, explicó: “Los negros no somos solo hip-hop. Nos gusta Dionne Warwick, Diana Ross, Barry Manilow. Vamos a todos lados”.

Esta multiperspectiva rítmica dota al álbum de una riqueza que pocas producciones actuales logran alcanzar. Es una muestra de que el rap también puede ser elegante, creativo, profundo y maduro.

La importancia del storytelling en 2025

Hoy, en un panorama musical dominado por rimas automáticas, loops y fórmulas virales, el storytelling parece una práctica en peligro de extinción. Pero Rick piensa lo contrario: “Es un espacio abierto. No se ha llenado. Antes de que se pierda en el alardeo y la frecuencia única, hay que expandir los horizontes”.

Él propone diversificar las temáticas del rap: “Se puede ser político, romántico, humorista, melancólico. Imagina, y así le das vuelo a la imaginación de los demás”.

Slick Rick y la permanencia de la cultura

A los 60 años, Rick no solo lanza un álbum, sino que reafirma su compromiso con una cultura que ayudó a moldear. Sus letras ya no buscan la estridencia adolescente, sino la conexión emocional e intergeneracional. “Mi mentalidad debió crecer conmigo”, dice, y eso se refleja en cada track.

Desde la producción casera hasta los visuales cinematográficos, pasando por las colaboraciones que reflejan tanto el pasado como el presente del hip-hop, “Victory” es una obra que no solo rinde homenaje a lo que Slick Rick fue, sino que declara lo que aún tiene por ofrecer al panorama musical actual.

Lo que representa para el hip-hop

Slick Rick ha demostrado algo que muchos olvidan en la era del streaming instantáneo: la música con contenido dura más. Mientras nuevos artistas buscan notoriedad mediante escándalos o ritmos pegadizos pero desechables, Rick apuesta por el relato, el contenido y la visión.

Y la audiencia está lista para recibirlo. En tiempos donde el caos geopolítico y los conflictos sociales marcan la agenda diaria, “Victory” ofrece una pausa reflexiva envuelta en melódicos versos y potentes imágenes.

El legado continúa

Con “Victory”, Slick Rick no solo se reinserta en el juego del rap, sino que desafía los límites de edad, formato y estilo. Su regreso es una invitación a otros artistas veteranos a reconectar desde lugares honestos, sin miedo al cambio. También sirve como faro para las nuevas generaciones: el hip-hop es mucho más que beats acelerados y competencias líricas. Es un arte que, cuando se narra con convicción, puede trascender cualquier frontera.

Como él mismo dijo: “Solo lo lanzamos para ver qué pasa. Sin presión. Lo dejamos en manos del pueblo”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press