Gaza en llamas: crisis humanitaria y sombras de guerra en Oriente Medio

Con más de 55.000 muertos y la región al borde de una hambruna, el conflicto entre Israel y Hamas desgarra el tejido social palestino y reconfigura la política internacional

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La tragedia cotidiana en Gaza

La Franja de Gaza vive una de las situaciones más dramáticas de su historia reciente. Este fin de semana, al menos 16 palestinos murieron durante ataques aéreos israelíes, mientras que otros 11 fueron abatidos cerca de centros de distribución de alimentos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Estas escenas se repiten desde hace meses, en medio de un bloqueo que ha sumido al enclave en el caos y ha condenado a su población a depender completamente de la ayuda humanitaria internacional.

Hambre bajo fuego: la lucha por la supervivencia

La desesperación es palpable: miles de personas, muchos de ellos mujeres y niños, se agrupan cerca de los puntos de distribución gestionados por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF) con la esperanza de recibir algo de comida. Aunque los sitios fueron cerrados temporalmente por seguridad, familias enteras seguían agolpadas en las cercanías, sin otra opción ante los niveles alarmantes de inseguridad alimentaria. La escena es devastadora: una guerra activa combinada con un bloqueo férreo ha llevado a Gaza a estar, según fuentes de la ONU, "al borde de una hambruna sin precedentes".

¿Militarización de la ayuda?

Desde hace semanas, el gobierno israelí junto con Estados Unidos ha habilitado una nueva red de distribución de ayuda, paralela a la de la ONU. ¿El propósito? Según ellos, frenar que el grupo Hamas intercepte y desvíe estos recursos. Sin embargo, funcionarios de la ONU niegan que Hamas haya interferido significativamente con el reparto de ayuda y critican fuertemente el nuevo modelo.

"La asistencia humanitaria no debería estar condicionada por decisiones militares. Esto representa una militarización del socorro más básico y esencial", declaró un funcionario de OCHA bajo condición de anonimato.

Disparos cerca de los centros de ayuda

Uno de los eventos más sangrientos del fin de semana fue una ofensiva israelí cerca de un centro de distribución en Bureij. Testigos aseguran que el ejército israelí disparó contra una multitud a apenas un kilómetro del sitio, dejando al menos ocho muertos y 125 heridos que fueron trasladados al hospital Al-Awda.

"Estábamos esperando ayuda, no guerra. Vi a niños caer junto a sus padres", relató Mohamed Abu Hussein, habitante del campo de refugiados en Bureij.

Los números de una tragedia

  • Más de 55.000 palestinos muertos desde octubre de 2023, según el Ministerio de Salud de Gaza.
  • Al menos 1.200 israelíes murieron durante el ataque inicial de Hamas del 7 de octubre de 2023.
  • 251 personas fueron secuestradas durante ese ataque. Se estima que actualmente quedan 53 rehenes vivos.
  • 90% de la población de Gaza desplazada interna o externamente debido a los bombardeos y el bloqueo.

Un conflicto con implicaciones globales

La guerra entre Israel y Hamas no es un conflicto aislado. La reciente participación de Irán —aliado de Hamas— mediante ataques con drones y misiles, ha ampliado el drama a una dimensión geopolítica mucho más compleja. En respuesta, Israel bombardeó instalaciones estratégicas en suelo iraní, alimentando el temor de una guerra regional.

Fuentes del servicio de noticias Al Jazeera indican que los últimos ataques cruzados podrían derivarse en una escalada directa entre Irán e Israel, algo que parecía impensable hace apenas un año y que añade presión sobre los actores globales.

¿Un sistema inhumano o una necesidad bélica?

La nueva estrategia de distribución de alimentos —autorizada por Israel y Estados Unidos, pero duramente criticada por la ONU y diversas ONGs— obliga a los palestinos a recorrer largas distancias entre escombros, francotiradores y zonas altamente militarizadas. Esto, señalan expertos, es una forma de desplazamiento forzado.

"Israel está usando el hambre como arma de guerra. Esto va contra toda norma humanitaria internacional", señaló Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados.

Responsabilidad compartida o complicidad global

La comunidad internacional ha reaccionado de forma dispersa. Egipto, por ejemplo, ha bloqueado el paso fronterizo de activistas que pretendían ingresar a Gaza para visibilizar la crisis humanitaria. En paralelo, Israel deportó a seis activistas que intentaron llegar por mar con ayuda.

Mientras tanto, organizaciones árabes en Estados Unidos denuncian un abandono total de la política exterior estadounidense hacia el mundo islámico. Investigadores del Instituto Brookings han documentado un aumento de la frustración entre comunidades árabe-americanas, especialmente en estados como Michigan donde la diáspora palestina tiene gran presencia.

Gaza: símbolo de una catástrofe persistente

En estos momentos, Gaza es algo más que una zona de conflicto: es un símbolo de cómo la política global puede abandonar a una población entera a su suerte. Cuando la ayuda humanitaria se militariza, cuando civiles mueren intentando acceder a un pedazo de pan, y cuando el mundo discute sin intervenir de forma real, la historia juzgará duramente a los actores involucrados.

Desde el campo de refugiados en Rafah hasta las ruinas de Khan Younis, la gente lucha no solo por sobrevivir, sino por conservar su humanidad, su dignidad, su futuro. La pregunta no es cuánto más puede soportar Gaza, sino cuánto más puede ignorar el mundo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press