¿Qué le pasa a los Yankees? Una mirada crítica a la crisis ofensiva del Bronx

Tras tres blanqueadas consecutivas, Nueva York enfrenta una sequía ofensiva histórica. ¿Estamos ante una tormenta pasajera o el derrumbe de un gigante?

El Bronx en silencio: ¿la ofensiva más temida se apagó?

Cuando uno piensa en los New York Yankees, lo primero que se nos viene a la mente es poder. Jonrones, carreras, historias legendarias con nombres como Ruth, Mantle, Jeter y Judge. Pero en junio de 2025, los Bombarderos del Bronx atraviesan lo impensado: tres juegos consecutivos sin anotar.

La derrota por 4-0 ante los Angels de Los Ángeles no fue solo la tercera blanqueada al hilo —algo que ha ocurrido solo siete veces en los 123 años de historia de la franquicia— sino que puso en evidencia un problema más profundo: la ofensiva de los Yankees está inoperante.

Apagón histórico: una sequía que pocos recuerdan

Los Yankees han sido una maquinaria de producción durante décadas. Sin embargo, este tramo reciente ha sido particularmente alarmante. Han anotado apenas 5 carreras en 6 partidos, un promedio de 0.83 carreras por juego. La última vez que el equipo presentó cifras similares fue en agosto de 1968, cuando el béisbol era dominado por los lanzadores en plena “Época del Mound Alto”.

Actualmente, los Yankees están inmersos en una racha negativa de cinco derrotas seguidas y han sido blanqueados por equipos sin grandes aspiraciones como Kansas City y los Angels. El martes batearon de 10-0 con corredores en base y solo colocaron 3 hombres en posición anotadora.

Judge, Bellinger y Goldschmidt: problemas en el corazón del lineup

Lo más preocupante es que los problemas ofensivos están afectando a los nombres más pesados del roster:

  • Aaron Judge: bateó para .125 en sus últimos siete juegos y fue abucheado por su propia afición después de poncharse en dos turnos claves.
  • Cody Bellinger: está en .152 en los últimos ocho juegos y no conecta extrabases desde hace casi dos semanas.
  • Paul Goldschmidt: ha bateado para .164 en sus últimos 17 partidos, un desplome preocupante para un MVP reciente.

Estos jugadores deberían ser el “tren” ofensivo del equipo. Sin embargo, sus slumps han sido simultáneos y devastadores.

Boone en la cuerda floja

El mánager Aaron Boone, que cumple su octava temporada al frente del equipo, ha tratado de ajustar el line-up. El martes, por ejemplo, puso al novato Jasson Domínguez como primer bate (sin éxito) y bajó a Goldschmidt al sexto puesto. Aun así, el resultado fue el mismo.

Tras la derrota, Boone intentó mantener la calma, aunque dejó entrever cierta frustración:

“Es impactante ver a este grupo no anotar carreras, especialmente por varios días seguidos. Tenemos que enfocarnos en las pequeñas cosas: piensa en pequeño y lo grande vendrá”.

Pero los Yankees están en una ciudad que no perdona. Aunque el equipo aún se encuentra en los primeros lugares estadísticos ofensivos globales —quinto en carreras (370), quinto en jonrones (109) y OPS (.784)— esta mala racha pone bajo la lupa a Boone. ¿Está perdiendo el control del equipo?

¿Presión psicológica o mal enfoque?

Boone tocó un punto clave: la ansiedad. Dijo que los jugadores están “obsesionados con el resultado” y quieren ser el héroe en cada turno, lo que lleva a swings fuera de zona, ponches y frustración colectiva. Esto, aunque sutil, puede hundir a un equipo con altas expectativas.

El béisbol es tan psicológico como físico. El miedo a fallar puede generar una espiral descendente en la que jugadores como Judge —quien lideraba en promedio, cuadrangulares y carreras impulsadas de la Liga Americana hace solo una semana— sean rebasados por sus propios fantasmas.

La luz en la oscuridad: Stanton vuelve con buena mano

En medio del caos, aparece una pequeña esperanza: Giancarlo Stanton. Tras su regreso de una doble lesión en ambos codos, batea 4 de 8 en sus primeros dos juegos. Su poder podría ser el catalizador que el equipo necesita para romper la mala racha.

Stanton, aunque propenso a lesiones, es uno de los bateadores más explosivos cuando está sano. Si logra mantenerse en forma, podría facilitar el resurgir ofensivo neoyorquino. Pero poner toda la responsabilidad en él sería injusto.

Comparación con otros bajones históricos

Esta racha de tres blanqueadas consecutivas no es inédita en la franquicia, pero sí extraordinaria. Solo ha pasado tres veces en los últimos 50 años:

  • 1976: contra equipos rivales de la División Este.
  • 1991: durante una campaña desastrosa que llevó a múltiples despidos.
  • 2016: del 22 al 24 de septiembre, en plena reestructuración de la plantilla.

En todos los casos, las rachas marcaron puntos de inflexión en la narrativa del equipo. ¿Estamos ahora ante el capítulo que definirá el resto del 2025?

¿Qué sigue para los Yankees?

Los próximos partidos serán clave. Si los Yankees logran revertir la situación y retomar ritmo ofensivo, este bache será solo una nota de pie de página en una buena temporada. Pero si la racha se extiende, los rumores de despidos, intercambios o hasta una “limpieza de clubhouse” no van a tardar.

Boone y su cuerpo técnico tendrán que encontrar fórmulas —importen o no los nombres— que produzcan resultados. Quizás haya que darle más turnos a jugadores jóvenes como Domínguez, o incluso probar con alineaciones radicales.

La afición: entre la paciencia y la furia

La afición del Bronx no es conocida por su paciencia. Los abucheos a Judge fueron un símbolo de protesta y frustración. Pero también un recordatorio: cuando los Yankees no rinden, Nueva York reacciona.

El equipo tiene los nombres, el presupuesto y la historia. Pero la MLB no perdona. Y si no ajustan pronto, podríamos estar al borde de una de las mayores decepciones deportivas del año.

“El béisbol es un deporte de fracasos temporales y gloria persistente”, decía Yogi Berra. Por ahora, los Yankees están atascados en el primer tramo, esperando la chispa que los lleve de vuelta al segundo.

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Este artículo fue redactado con información de Associated Press