Puentes, misiles y evacuaciones: Oriente Medio arde mientras el mundo observa con miedo y cinismo

Oriente Medio bajo fuego cruzado

Desde principios del 2025, Oriente Medio ha entrado en una nueva fase de tensión, alimentada por el estallido del conflicto más abierto entre Israel e Irán en años recientes. Misiles cruzan los cielos del Levante mientras baterías antiaéreas se activan a diario, y todo esto deja un panorama geomilitar alterado, donde la evacuación de ciudadanos extranjeros y las reacciones locales se entrelazan en una narrativa inquietante.

La tormenta aérea: un cielo compartido por la muerte

Los ataques y represalias entre Israel e Irán, con misiles y drones como principales protagonistas, no solo afectan a estos dos países. Las aeronaves cruzan Siria, Irak, Líbano y hasta partes de Turquía. En palabras del joven sirio Khaldoun Hallak, mientras observa el cielo nocturno desde un parque en Damasco: “Hemos pasado 14 años en guerra. Esta es la primera vez que Siria no está directamente involucrada y somos solo espectadores”.

Evacuaciones de película: convoys fronterizos y diplomacia exprés

El conflicto ha obligado a múltiples países a movilizarse rápidamente para evacuar a sus ciudadanos atrapados en Irán e Israel. Aquí algunos ejemplos impactantes:

• Italia evacuó a decenas de personas vía terrestre hacia Turquía y Azerbaiyán.
• Polonia retiró su personal diplomático por Bakú.
• Rusia permitió la evacuación de cientos de ciudadanos, incluyendo músicos de la Orquesta Sinfónica Chaikovski, por el paso de Astara.
• China activó mecanismos de emergencia para sacar a sus ciudadanos mediante apoyo diplomático.
• Pakistán organizó viajes de regreso para sus viajeros a través de la frontera terrestre.
• Taiwán coordinó evacuaciones en autobús hacia Jordania.

Y países como Chipre se han transformado en centros logísticos, siendo parte del programa "ESTIA", que les permite acoger temporalmente a evacuados antes de su repatriación.

La perspectiva en tierra: Siria, Líbano e Irak, escenarios colaterales y voyeuristas de la guerra

Mientras los diplomáticos huyen y los proyectiles surcan el aire, la vida en ciudades como Damasco, Beirut e incluso Bagdad se detiene para observar un espectáculo bélico inadvertido. Sin embargo, este sentimiento a menudo está mezclado con una suerte de cinismo social.

“May God set the oppressors against each other” — Ahmad al-Hussein, joven sirio de 18 años, mientras veía los misiles en el cielo de Damasco.

En Líbano, videos circulan en redes sociales mostrando fiestas en azoteas, con música disco de fondo mientras misiles cruzan el cielo. En Siria circula un dicho que cobra vida: "El colmillo de un perro en la piel de un cerdo", haciendo alusión a un conflicto entre dos entidades desagradables, desde la percepción popular.

La restricción aérea: aeropuertos cerrados y un Mediterráneo alterado

Toda la región ha experimentado cierres masivos de aeropuertos. Las aerolíneas comerciales han suspendido vuelos o desviado rutas, y atravesar cielos como el de el Golfo Pérsico o la región del Levante es hoy una tarea de alto riesgo.

Dubai y Doha han visto aumentos del 30% en vuelos desviados desde Teherán o Tel Aviv. Mientras que amplias regiones del norte de Irak ven restricciones aéreas totales, algo que no se registraba desde la ofensiva de ISIS en 2014.

Hezbollah en silencio... por ahora

Curiosamente, el grupo libanés Hezbollah, notoriamente vinculado con Irán, se ha mantenido en silencio. Esto tras haber perdido buena parte de su capacidad operativa durante la más reciente guerra con Israel en 2024, que dejó más de 4,000 muertos y devastación en el sur del país y en los suburbios de Beirut.

Esta contención de Hezbollah ha sido interpretada de varias maneras: para algunos es una estrategia, para otros una muestra de debilidad inconcebible.

¿Es posible que estalle una guerra regional?

La analista Caroline Rose, del New Lines Institute, opina que los objetivos de Netanyahu son tan ambiguos que le permiten expandir esta guerra a cualquier país que él considere cómplice de Irán: “Eliminar el eje del terrorismo iraní”, dijo el premier israelí, un objetivo declarado que inquieta a los vecinos porque incluye a grupos como Hezbollah y fuerzas chiitas en Siria e Irak.

Entre la ironía y el agotamiento: una región anestesiada

Mientras las cifras oficiales indican más de 224 muertos en Irán y 24 en Israel desde el inicio de las hostilidades, el verdadero impacto parece estar en el ánimo social. Muchos ciudadanos en países vecinos, hartos de interminables guerras, solo desean que el conflicto se quede “entre ellos”.

Como expresó Hallak en Damasco: “Si uno de los dos es atacado nos alegraremos, y si el otro también, pues igual. Solo nos molestaremos si se reconcilian”. Una muestra desgarradora de lo profundamente rota que está la región.

Diplomacia oxidada y liderazgo ausente

A pesar del deterioro evidente, no hay hasta el momento una iniciativa clara de mediación internacional. Ni Naciones Unidas ni potencias mediadoras tradicionales como Alemania o Francia han logrado promover diálogos sustanciales.

Mientras tanto, las embajadas occidentales desaconsejan directamente todos los viajes a Irán e Israel. La embajada del Reino Unido en Tel Aviv retiró al personal no esencial, y advierte: “Cualquier británico en Irán es susceptible de detención inmediata, incluso sin motivo”.

¿Y la población civil?

Como en todo conflicto, la verdadera víctima es la población civil. En Irán, ciudades como Tabriz y Mashhad han sufrido bombardeos intensos. En Israel, ataques alcanzaron infraestructuras críticas de Tel Aviv y el Negev. Y en Siria y Líbano, los misiles han dañado viviendas, matado a civiles e iniciado incendios forestales.

Hasta ahora el número de desplazados en la región supera los 73,000 según ACNUR, incluyendo personas que ya habían sido desplazadas en conflictos previos.

Relaciones congeladas, corazones hirviendo

La comunidad internacional observa, los refugiados suman y los cielos del Levante no dejan de brillar con fuego ajeno. Es un recordatorio cruel de lo endeble que es la paz en Medio Oriente, donde una chispa puede convertirse en incendio regional y donde cada misil también lleva un mensaje político y un grito civil olvidado.