Los Tampa Bay Rays ante una encrucijada: ¿nuevo dueño, nuevo estadio o nueva ciudad?

Con discusiones de venta exclusivas y la incertidumbre del estadio, los Rays enfrentan un momento decisivo para su futuro en las Grandes Ligas

Una venta en el horizonte: el cambio de mando que podría transformar la franquicia

Los rumores se han confirmado: los Tampa Bay Rays están en "discusiones exclusivas" con un grupo de inversión encabezado por Patrick Zalupski, Bill Cosgrove y Ken Babby, junto a otros actores de peso en la región de Tampa Bay. ¿El objetivo? La potencial adquisición de la franquicia valorada en 1.250 millones de dólares, según la última estimación de Forbes. Una cifra muy superior a los 200 millones que pagó Stuart Sternberg por el equipo en 2004.

Este movimiento llega en un momento sumamente delicado para la organización, cuya permanencia en la región de Tampa Bay ha estado en duda durante años, y ahora vuelve a encender las preguntas: ¿Podrá un nuevo dueño revitalizar el equipo y su conexión con la ciudad? ¿O terminarán los Rays mudándose a otra ciudad?

Una historia de incertidumbre sobre el diamante

Desde hace más de una década, los Rays han batallado no solo dentro del campo contra equipos más ricos, sino fuera de él para construir una base sólida de aficionados. A pesar de contar con un historial reciente envidiable —incluyendo una aparición en la Serie Mundial 2020—, los Rays han tenido las asistencias más bajas de la MLB durante años.

El Tropicana Field, su hogar desde 1998, ha recibido críticas constantes por su ubicación en St. Petersburg —bastante alejada del centro demográfico del área de Tampa Bay— y su diseño cerrado poco apto para el béisbol moderno.

En octubre de 2023, el huracán Milton dejó su huella al dañar severamente el techo del estadio, forzando a los Rays a jugar la temporada actual en el campo de entrenamiento primaveral de los Yankees en Tampa. Aunque se destinarán 55 millones de dólares para su reparación con el objetivo de que el equipo regrese en 2026, la incertidumbre sigue flotando en el aire.

El proyecto de estadio cancelado: una ciudad paciente pierde fe

Antes del huracán, los Rays y la ciudad de St. Petersburg habían acordado un ambicioso proyecto de 1.300 millones de dólares para desarrollar un nuevo estadio junto a Tropicana Field como parte del plan de revitalización del distrito histórico de Gas Plant. Sin embargo, en marzo de este año, Sternberg confirmó el retiro del club de dicho plan.

El alcalde de la ciudad, Ken Welch, reaccionó con una postura firme:

“Si en los próximos meses aparece un nuevo propietario, que demuestre compromiso con nuestros acuerdos y prioridades comunitarias, consideraremos una asociación para mantener el béisbol en St. Pete. Pero no detendremos el progreso de nuestra ciudad esperando un socio colaborativo.”

Un claro mensaje de que la paciencia de la administración local está al límite.

¿Quiénes son los inversores que podrían salvar (o mover) a los Rays?

Patrick Zalupski y Ken Babby no son ajenos al mundo del deporte. Babby, específicamente, es dueño de equipos de ligas menores afiliados a MLB como los Akron RubberDucks y los Jacksonville Jumbo Shrimp. Su reputación se basa en crear experiencias asequibles, centradas en la comunidad y orientadas al entretenimiento dentro de los estadios.

La presencia de personalidades con arraigo en Florida refuerza la esperanza de mantener a los Rays en la zona, sin embargo, su visión empresarial —aún no pública del todo— podría contemplar otras ciudades interesadas en obtener una franquicia de MLB.

El precedente de los Expos y las sombras de la reubicación

La historia reciente de la MLB recuerda el caso de los Montreal Expos, trasladados en 2005 para convertirse en los Washington Nationals. Una falta de estadio moderno, escasa identidad local consolidada y propietarios sin entendimiento del mercado local precipitaron esa mudanza.

Lo que ocurre con los Rays tiene ciertos paralelismos.

Aunque la gerencia ha hecho maravillas en términos deportivos con uno de los presupuestos más bajos de la liga, el modelo no ha generado suficiente capital ni pasión duradera con los aficionados.

Algunos observadores advierten que ciudades como Nashville, Charlotte o incluso Montreal nuevamente están al acecho para recibir una franquicia de Grandes Ligas.

El dilema del rendimiento y el arraigo

En el plano deportivo, los Rays se han consolidado como una franquicia competitiva. Solo en los últimos cinco años han logrado varias apariciones en postemporada, impulsadas por un desarrollo excepcional de talento joven como Wander Franco, Randy Arozarena y su sólido cuerpo de lanzadores.

La pregunta es si bastan las victorias para construir arraigo. La respuesta, viendo la afluencia de público al Tropicana, parece ser no.

¿Qué necesita el equipo para conservar su casa?

  • Un estadio nuevo: moderno, central y con mejores conexiones de transporte.
  • Propietarios comprometidos con la comunidad local más allá del rendimiento comercial.
  • Mayor inversión mediática para consolidar una identidad local y superar el estigma de "equipo sin fans".
  • Impulso desde las bases: fortalecer academias juveniles y programas escolares para fidelizar futuras generaciones.

Los Rays hoy: entre victorias y amenazas

En paralelo, el equipo sigue compitiendo. A pesar de los cambios de estadio y la incertidumbre, mantiene un roster competitivo. Los aficionados, aunque escasos, son intensamente fieles, y los jugadores parecen responder con esfuerzo.

Sin embargo, el origen doméstico de las amenazas —diferencias con la ciudad y falta de liderazgo— puede ser más peligroso que cualquier bateador rival.

El reloj corre y la MLB observa

Desde las oficinas centrales del béisbol profesional, Rob Manfred, comisionado de las Grandes Ligas, ha señalado repetidamente que Tampa es un mercado clave que debe resolverse antes de proceder con futuras expansiones. Es decir, antes de hablar de equipos nuevos, la liga quiere consolidar los actuales.

Será fundamental ver si esta posible venta abre por fin un nuevo capítulo de estabilidad o sella el futuro exilio del béisbol profesional en Tampa Bay.

¿Es esta la oportunidad que los fans esperaban para finalmente ver despegar a su equipo fuera del campo tanto como dentro de él? Ojalá no se convierta en la historia de lo que pudo ser y no fue.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press