Silencio forzado: la represión sistemática contra el periodismo independiente en Azerbaiyán

Mientras el régimen de Bakú intensifica su persecución a la prensa crítica, el caso de Farid Mehralizada y los periodistas de Abzas Media desnuda los mecanismos de represión que sofocan la libertad de expresión

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Un nuevo capítulo en la ofensiva contra el periodismo independiente

El reciente veredicto judicial en Azerbaiyán que condena a siete periodistas a penas de prisión de entre 7 años y medio y 9 años es más que un escándalo judicial: es una nueva señal de alarma sobre la marcha implacable del autoritarismo sobre las libertades fundamentales. Entre los condenados se encuentra Farid Mehralizada, periodista de Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/RL) y reconocido economista, así como varios miembros del medio independiente Abzas Media.

¿El crimen? Ejercer periodismo. ¿La acusación? Desde contrabando hasta evasión de impuestos y emprendimiento ilegal. Pero los verdaderos motivos subyacen en la crítica persistente de estos periodistas a la corrupción y el autoritarismo del régimen de Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán desde 2003.

Periodistas condenados por ejercer su labor

Además de Mehralizada, los periodistas de Abzas Media sentenciados incluyen a:

  • Ulvi Hasanli, director del medio - 9 años
  • Sevinj Abbasova (también conocida como Vagifqizi), editora en jefe - 9 años
  • Hafiz Babali, periodista de investigación - 9 años
  • Nargiz Absalamova y Elnara Gasimova, reporteras - 8 años
  • Mahammad Kekelov, subdirector - 7 años y medio

Todos ellos niegan los cargos y afirman que fueron orquestados para silenciarlos. La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) calificó las sentencias como “escandalosas” y resultado de un “juicio político basado en acusaciones fabricadas”.

“Las autoridades azerbaiyanas pueden encarcelar periodistas, pero no pueden encarcelar la verdad”, dijo Anne Bocandé, directora editorial de RSF.

La criminalización del periodismo en Azerbaiyán: un patrón creciente

Esta no es una ofensiva aislada. Solo en los últimos 12 meses, el régimen de Aliyev ha lanzado operaciones contra distintos medios. En marzo de 2024, Toplum TV fue objeto de redadas con acusaciones similares. En diciembre de 2024, seis periodistas más fueron arrestados, incluidos cinco de Meydan TV, otro bastión de prensa independiente.

En paralelo, el gobierno cerró la oficina de la BBC, retiró las credenciales de prensa de Voice of America y Bloomberg, y ha impuesto restricciones cada vez más severas a la actividad de medios foráneos e independientes.

El caso de Farid Mehralizada: símbolo de una represión despiadada

Farid Mehralizada fue arrestado en mayo de 2024 en el contexto de la misma causa en la que se procesó al equipo de Abzas Media, a pesar de que nunca trabajó formalmente para dicha organización. En su declaración final al tribunal, compartida por RFE/RL, afirmó:

“La verdad es que no he cometido ningún delito. Los medios independientes son uno de los mayores servicios que se puede prestar al Estado, a la nación y a la humanidad. Lamentablemente, el periodismo en nuestro país hoy se equipara casi con el terrorismo.”

Mehralizada ya llevaba más de un año en prisión preventiva al momento del fallo, y en ese tiempo ha perdido momentos clave de su vida personal, como el nacimiento de su hijo.

“Farid ha perdido mucho ya. Negarle sus derechos fundamentales es simplemente cruel”, dijo Stephen Capus, presidente de RFE/RL.

Fabricación de pruebas y cargos: un arma del Estado

El patrón se repite como una maquinaria bien aceitada. En noviembre de 2023, la policía alegó haber hallado 40.000 euros en las oficinas de Abzas Media en Bakú. Según el gobierno, el dinero era parte de una operación de contrabando de divisa extranjera, una acusación que los periodistas niegan rotundamente. Posteriormente, se añadieron acusaciones como evasión fiscal, falsificación y negocios ilegales.

Estas maniobras judiciales, fuertemente cuestionadas por organizaciones internacionales, son parte de un proceso sistemático de criminalización del periodismo independiente. La estrategia es clara: usar la ley como herramienta de represión.

Amnistía Internacional: una maquinaria estatal contra la verdad

Un informe de Amnistía Internacional (enero 2025) documenta esta estrategia de represión sistemática. Según el documento:

“Las autoridades han silenciado sistemáticamente a los medios independientes mediante arrestos motivados políticamente y la clausura de medios críticos, demostrando la ofensiva continua contra la libertad de expresión.”

El informe también señaló que las causas judiciales utilizan acusaciones sin fundamento sólido y tipificaciones ambiguas para silenciar la crítica y coartar una prensa libre.

Un entorno cada vez más opresivo

Desde la llegada de Ilham Aliyev al poder en 2003, sucediendo a su padre Heydar Aliyev, el espacio para el disenso en Azerbaiyán se ha reducido notablemente. A pesar de mantener un discurso moderado en foros internacionales, el régimen aplica una represión sistemática puertas adentro, especialmente con los periodistas y activistas que investigan la corrupción gubernamental, los abusos de los derechos humanos o los negocios turbios de la élite política.

El ranking de libertad de prensa 2024 elaborado por RSF ubica a Azerbaiyán en el puesto 164 de 180 países, señalando al país como uno de los entornos más represivos para el ejercicio del periodismo.

El papel de la comunidad internacional: ¿suficiente presión?

Aunque organizaciones como RSF, Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado estos atropellos, las respuestas de gobiernos e instituciones internacionales son, en general, tibias. El interés por el petróleo y gas azerbaiyano y su posición geopolítica estratégica desincentiva una presión más contundente.

El Consejo de Europa y el Parlamento Europeo han expresado preocupaciones, pero las sanciones u otras acciones concretas en defensa de la libertad de prensa y los derechos humanos son escasas.

Las voces que no se apagan

Mientras el régimen de Bakú continúa su ofensiva legal, muchos periodistas azerbaiyanos siguen intentando ejercer su vocación desde el exilio, en condiciones precarias y con temor por la seguridad de sus familias. Otros, como los arrestados recientemente, se convierten en símbolos de una lucha más amplia por los derechos fundamentales y la transparencia.

En palabras de Farid Mehralizada:

“La historia probará quién tiene la razón. Y aunque hoy nos encarcelen, la verdad tiene una fuerza imparable.”

¿Qué podemos hacer?

  • Informarse y visibilizar: Compartir el caso de Farid Mehralizada y los periodistas de Abzas Media para aumentar la presión pública.
  • Exigir a nuestros gobiernos y organizaciones internacionales que adopten medidas diplomáticas más consistentes frente a las violaciones de derechos humanos en Azerbaiyán.
  • Apoyar a medios independientes que operan en condiciones extremas mediante donaciones, suscripciones o difusión de su trabajo.

La represión solo triunfa cuando se impone el silencio. Y mientras queden voces decididas a contar lo que ocurre en Azerbaiyán, aún queda esperanza para el periodismo libre.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press