Canadá y Curazao empatan con dramatismo en la Copa Oro: ¿sorpresa caribeña en camino?
Un gol en tiempo de descuento de Jeremy Antonisse frustra a un Canadá que parecía tener el control del Grupo B
Un empate que cambia el panorama
La Copa Oro 2025 nos está regalando emociones desde la fase de grupos, y el reciente empate 1-1 entre Canadá y Curazao en Houston es claro testimonio de ello. Lo que parecía una jornada tranquila para los norteamericanos terminó en un resultado que pone en duda su supremacía en el Grupo B y, por el contrario, da esperanza a un equipo caribeño que parecía condenado a ser comparsa.
El joven Nathan Saliba adelantó a Canadá en el minuto 9, pero en los compases finales del encuentro, Jeremy Antonisse apareció en el 94’ para escribir un nuevo capítulo en la narrativa de Curazao, un equipo con hambre de trascender en el área de la Concacaf.
Canadá: un gigante con baja sensible
Este torneo ha representado una prueba de fuego para Canadá, sobre todo ante la baja de su estrella Alphonso Davies, lesionado del ligamento cruzado anterior en marzo. A pesar de ello, la escuadra roja realizó un inicio espectacular al humillar a Honduras con un rotundo 6-0. Todo indicaba que Canadá controlaría su grupo sin muchos sobresaltos.
Sin embargo, el resultado ante Curazao abre interrogantes. ¿Será capaz Canadá de mantener la consistencia sin su pieza más desequilibrante? Saliba ha dado un paso al frente, con dos goles en sus cinco primeras apariciones internacionales, pero la presión aumenta conforme se acerca el desenlace de la fase de grupos.
El inesperado ascenso de Curazao
En el otro lado del espectro, está una selección curazoleña que ha demostrado coraje, organización táctica e intensidad. Tras empatar sin goles ante El Salvador y ahora sacarle un empate a Canadá en el último suspiro, Curazao se planta con dos puntos y aún sueña con un boleto a cuartos de final.
Vale la pena recordar que Curazao, desde su transformación como selección tras el cambio de denominación en 2010 (antes era la extinta Antillas Neerlandesas), ha invertido en reforzar su plantel con jugadores de sus diásporas neerlandesas. Se trata de una planilla que mezcla juventud con experiencia de ligas europeas menores.
Uno de los protagonistas es Antonisse, promesa surgida del PSV Eindhoven, que con apenas 20 años se ha convertido en figura de su selección. Su gol ante Canadá no fue producto del azar: fue una contra letal, ejecutada con potencia y sangre fría.
Un grupo B más competitivo de lo esperado
Las posiciones actualmente reflejan lo reñido del grupo:
- Canadá: 4 puntos
- Curazao: 2 puntos
- El Salvador: 1 punto
- Honduras: 0 puntos (con un partido por disputar)
La próxima jornada será definitiva:
- Canadá vs. El Salvador: martes 24 de junio en Houston
- Curazao vs. Honduras: martes 24 de junio en San José
Si Curazao logra vencer a Honduras, automáticamente asegurará su pase, siempre que Canadá no pierda contra El Salvador. Pero cuidado: si los salvadoreños logran vencer a Canadá, y Curazao también gana, entonces los papeles se invierten: El Salvador podría meterse dejando a uno de los favoritos fuera.
¿Se avecina una sorpresa?
El técnico de Curazao ha sido claro en sus ambiciones: "Queremos demostrar que el Caribe también puede competir al más alto nivel en Concacaf". No se trata de retórica vacía. En torneos recientes, selecciones caribeñas como Haití (semifinalista en 2019) y Jamaica (subcampeón en 2015 y 2017) han enseñado que, ante la disciplina táctica y un proyecto serio, los nombres no juegan solos.
Además, el promedio de edad de Curazao ronda los 24 años, lo cual indica que no solo piensan en el presente, sino en establecer una base de cara a futuras eliminatorias mundialistas.
Los datos nos cuentan una nueva historia
Para poner en contexto, veamos algunos indicadores que marcan el crecimiento de equipos como Curazao:
- En 2017, Curazao ganó la Copa del Caribe por primera vez en su historia.
- Clasificó a la Copa Oro en 2017, 2019, 2021 y ahora 2025.
- En la Copa Oro 2019 logró avanzar a cuartos de final, perdiendo nuevamente ante Estados Unidos por la mínima.
Todo indica que estamos ante una selección consolidada, no una simple sorpresa del momento.
Canadá, obligado a mandar un mensaje
Por su parte, Canadá debe cerrar su participación en la fase de grupos mostrando la jerarquía que parece haber perdido momentáneamente. Aunque ya tiene pie y medio en cuartos de final, no puede permitirse llegar a esa instancia con dudas defensivas ni dependencia de jugadas individuales.
Su técnico ha dicho en rueda de prensa tras el empate: “No fue nuestra mejor noche, pero el torneo apenas empieza y tenemos que aprender de cada partido". Voz de autocrítica o excusa, lo cierto es que el próximo duelo ante El Salvador será más desafiante de lo previsto.
La gran ausente: Alphonso Davies
Una pregunta que muchos aficionados se hacen es: ¿Qué tan diferente sería esta actuación canadiense con Alphonso Davies? La carrera del lateral-extremo del Bayern München está llena de giros vertiginosos, y su ausencia se está sintiendo.
Davies se lesionó en marzo durante la Nations League, y su recuperación estimada es de 8 a 9 meses. La Copa Oro resultó demasiado cercana para su retorno. Sin embargo, sus movimientos por banda izquierda, su capacidad para romper líneas y su liderazgo dentro de la cancha lo convierten en una pieza difícil de reemplazar. Pese a que Canadá tiene a jugadores como Jonathan David y en ascenso Nathan Saliba, el vacío sigue patente.
Un torneo que se aprieta
La edición 2025 de la Copa Oro tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las más disputadas de las últimas décadas. Más allá de los gigantes tradicionales como México y Estados Unidos, el surgimiento competitivo de selecciones como Curazao, Haití o Panamá habla de un cambio de paradigma en la Concacaf.
Con más jugadores caribeños migrando a academias en Europa, y una visión organizacional más profesional en las federaciones, es cada vez más difícil suponer victorias cómodas solo por ‘historial’.
Quedan aún varios capítulos en esta Copa Oro, pero el empate entre Canadá y Curazao podría pasar a la historia como el momento en que el Caribe dejó de ser un actor secundario para transformarse en un protagonista legítimo de la región.