La Patrulla Fronteriza en el Interior: ¿Nueva Estrategia o Desvío de Función?

Con la baja en detenciones fronterizas, agentes del Border Patrol actúan como ICE lejos de la frontera. ¿Qué implica esta expansión para los derechos civiles y la política migratoria en EE.UU.?

Una patrulla cada vez más interiorizada

La Patrulla Fronteriza de EE. UU., históricamente asociada con el control de las fronteras con México y Canadá, está apareciendo cada vez con más frecuencia en operativos dentro del país, lejos de las líneas limítrofes. Imágenes recientemente divulgadas muestran arrestos en ciudades como Los Ángeles y Filadelfia, donde agentes fuertemente armados se despliegan junto a oficiales de ICE (Immigration and Customs Enforcement), en lo que muchos consideran una redefinición preocupante de su rol.

¿Por qué ahora?

Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), esta tendencia responde a un fenómeno demográfico migratorio peculiar: las detenciones en la frontera sur cayeron de más de 8,000 por día en diciembre de 2023 a unas 282 en promedio diario en mayo de 2025. Un descenso impresionante que deja a unos 20,000 agentes del Border Patrol con menos tareas inmediatas en las fronteras.

"Estamos aquí y no vamos a irnos”, declaró Greg Bovino, jefe del sector El Centro en California durante una rueda de prensa con ICE en Los Ángeles. Sus palabras reflejan una intención clara del cuerpo: redoblar su presencia donde antes era marginal.

Una colaboración forzada con ICE

ICE cuenta con aproximadamente 6,000 agentes para operaciones internas de detención y deportación. Este número resulta insuficiente para cumplir con ciertas metas establecidas desde la Casa Blanca, como la impuesta por Stephen Miller, asesor principal de política migratoria en tiempos de Trump, quien propuso alcanzar las 3,000 detenciones diarias.

La solución: una colaboración informal pero cada vez más constante con la Patrulla Fronteriza. En palabras de Aaron Reichlin-Melnick, investigador del American Immigration Council, “mientras la frontera siga relativamente tranquila, seguiremos viendo a la Patrulla Fronteriza actuar como si fueran agentes del ICE”.

La polémica zona de 100 millas

Según la ley federal, la Patrulla Fronteriza puede llevar a cabo paradas e interrogatorios dentro de un área de 100 millas (161 kilómetros) contada desde cualquier frontera o costa marítima. Esta región abarca ciudades como Nueva York, Los Ángeles, San Francisco o Boston, alcanzando técnicamente a dos tercios de la población estadounidense.

Dentro de esta zona, los agentes tienen poder ampliado para abordar y revisar sin orden judicial buses, trenes y barcos. Más allá de esta franja, sus poderes siguen activos, pero con más restricciones, tal como apunta Reichlin-Melnick: fuera de ese radio, “solo pueden registrar automóviles con causa probable”.

Impactos en derechos civiles y temor comunitario

Organizaciones de derechos humanos como la ACLU han mostrado preocupación ante la militarización de espacios civiles y el uso de tácticas agresivas, como la detención recientemente grabada en California, donde un agente de la Patrulla Fronteriza golpeó a un jardinero mientras éste estaba en el suelo. Su hijo, un veterano militar, afirma que su padre solo se protegía con la herramienta de trabajo y que nunca atacó a los agentes.

Este tipo de incidentes pone en tela de juicio el uso del poder por parte de estos agentes en áreas urbanas, y reabre el debate sobre el racismo institucional, el perfilamiento racial y la criminalización de comunidades enteras.

Datos que contextualizan el fenómeno

  • 8,000: Promedio diario de arrestos en la frontera sur en diciembre de 2023.
  • 282: Promedio diario de arrestos en la frontera sur en mayo de 2025, una caída del 96%.
  • 100 millas: Zona que da poderes especiales a patrulleros en EE.UU., abarcando unas dos terceras partes de la población.
  • 10,000: Número de agentes adicionales propuestos para ICE en el plan migratorio promovido por Donald Trump.
  • 6,000: Cantidad aproximada de oficiales de deportación activos con que cuenta ICE.
  • 20,000: Número de agentes que pertenecen a la Patrulla Fronteriza actualmente.

Legalidad vs. realidad

La legalidad de estas acciones tiene ángulos grises. Aunque los agentes pueden operar más allá de la "zona de 100 millas", su autoridad para hacer detenciones o búsquedas se ve limitada, dependiendo de pruebas concretas o la autorización de órdenes judiciales. En la práctica, sin embargo, muchos casos no encuentran un balance entre la ley y los derechos civiles de los detenidos.

“Estamos viendo cada vez más un cuerpo policial paralelo, con herramientas de vigilancia, armas y protocolos de detención agresivos, pero con controles mínimos”, señaló Joshua Breisblatt del Migration Policy Institute.

¿Hacia una fuerza federal omnipresente?

La preocupación mayor es si estamos siendo testigos del nacimiento de una fuerza federal con alcance nacional y poderes expandidos, una suerte de guardia migratoria presente en cada rincón del país. Se trata de una posibilidad que ha divido a expertos legales, funcionarios públicos y comunidades vulnerables.

En palabras del senador Alex Padilla, expulsado físicamente por participar en una rueda de prensa en Los Ángeles: “Esto no se trata solo de inmigración. Es una transformación institucional que erosiona la democracia desde el músculo de la vigilancia”.

Un problema con proyecciones políticas

Este patrón no es casual. Las decisiones de asignar a la Patrulla Fronteriza en operativos urbanos suele responder a agendas políticas, especialmente en contextos electorales. Las imágenes de detenciones espectaculares y agentes uniformados sirven como instrumentos de campaña, apelando al miedo y la promesa de “orden.”

Mientras el Congreso debate reformas migratorias, el uso de la fuerza y el presupuesto del DHS, los hechos siguen desarrollándose en calles y hogares, donde el temor al sonido de una puerta en la noche ha vuelto a ser parte del día a día para muchas familias latinas, asiáticas y africanas en EE.UU.

¿Qué sigue?

La continuidad de estas asignaciones de agentes fronterizos en zonas interiores dependerá del comportamiento migratorio posterior, pero también de la presión social y política que surja a raíz de los cuestionamientos actuales. Existe el riesgo claro de una normalización de prácticas que cruzan los límites constitucionales.

De momento, lo cierto es que la redefinición del papel de la Patrulla Fronteriza plantea una pregunta que vale repetir: ¿hasta dónde llega la frontera cuando quienes la controlan están en todas partes?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press