Bobby Sherman: El ídolo juvenil que conquistó corazones y luego dedicó su vida a salvarlos
De estrella pop y actor en los años 60 a paramédico y héroe anónimo, la historia conmovedora de una leyenda que vivió dos vidas en una
El adolescente que enamoró a América
En la era dorada del pop sesentero y los teen idols, un rostro se destacó entre todos: Bobby Sherman. Con su sonrisa encantadora, cabellera ensortijada y una actitud de chico bueno, Sherman se apoderó de los corazones de millones de fanáticas a finales de los años 60 y principios de los 70.
Surgido como símbolo de una juventud optimista en tiempos turbulentos, su imagen decoraba lunch boxes, cajas de cereal y los muros de habitaciones adolescentes, desplazando por momentos al mismísimo Elvis o a los Beatles en la batalla del merchandising juvenil.
El camino a la fama: de una fiesta casual a la televisión nacional
Nacido en el Valle de San Fernando, California, Sherman creció en un entorno familiar riguroso donde la disciplina y el respeto eran clave. Su carrera artística comenzó por accidente en una fiesta de Hollywood en 1964. Invitado por su novia mientras estudiaba psicología infantil en el Pierce College, subió al escenario para cantar con la banda. Entre los asistentes estaban Jane Fonda, Natalie Wood y Sal Mineo, quienes de inmediato preguntaron quién era su agente. Solo unos días después, recibió su primera oportunidad con el programa de televisión musical de ABC Shindig!.
El fenómeno Bobby Sherman
Pero fue en 1968 cuando alcanzó el estrellato absoluto al interpretar a Jeremy Bolt en la serie Here Come the Brides. Encarnando a un joven leñador de Seattle del siglo XIX, Sherman no solo actuaba sino que también interpretaba el tema principal del show, "Seattle". Esa doble faceta lo catapultó como ídolo juvenil. Su carisma y estilo fresco lo convirtieron en portada recurrente de revistas como Tiger Beat y Sixteen.
Entre 1969 y 1971 Bobby logró colocar cuatro sencillos en el Top 10 del Billboard Hot 100: "Little Woman", "Julie, Do Ya Love Me", "Easy Come, Easy Go" y "La La La (If I Had You)". Su álbum Here Comes Bobby estuvo 48 semanas en la lista Billboard 200, alcanzando el puesto número 10.
Una carrera televisiva fulgurante
Tras el éxito de Here Come the Brides, Sherman protagonizó en 1971 Getting Together, un spin-off de The Partridge Family sobre un aspirante a compositor. Con solo 30 años, ya había sido protagonista en tres series televisivas. La televisión potenció su carrera musical y viceversa, convirtiéndolo en un fenómeno crossmedia antes siquiera de que ese término existiera.
“Mientras el resto del mundo parecía confuso y amenazador, la imagen sonriente de Sherman colgaba como un tótem tranquilizador en las paredes de las adolescentes de los años 60” — The Tulsa World
Más allá del espectáculo: una vida dedicada a ayudar
En una decisión poco común para una estrella, Sherman dejó el foco de la fama en los años 80. Su vida personal, al convertirse en padre, lo llevó a interesarse en la medicina de emergencia. Comenzó a tomar cursos de primeros auxilios y RCP, hasta convertirse en instructor certificado del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD).
Bobby estimó haber asistido más de cinco partos espontáneos en autos o veredas. En una de esas experiencias, asistió a una mujer que terminó llamando a su hija Roberta, en honor al paramédico que la ayudó a nacer. Sherman también ofició como alguacil auxiliar en el condado de San Bernardino y fue galardonado por el LAPD como Oficial de Reserva del Año en 1999.
Un ídolo con propósito: su legado en Ghana
Junto a su esposa Brigitte Poublon, fundó la organización The Brigitte and Bobby Sherman Children’s Foundation en Ghana, África, dedicada a programas educativos, de salud y bienestar para niños de bajos recursos. Una misión humanitaria que continuó después de su retiro del espectáculo y que impactó significativamente vidas en comunidades vulnerables.
Un regreso breve pero poderoso
En los 90, Sherman regresó brevemente a los escenarios con las giras Teen Idols Tour, junto a Micky Dolenz (The Monkees), Davy Jones (The Monkees) y Peter Noone (Herman’s Hermits). La respuesta fue apoteósica. El público, ahora multigeneracional, lo recibió con rosas, peluches y ovaciones como si el tiempo no hubiera pasado.
“Vestido con pantalones de cuero negro y camisa blanca, Sherman fue cubierto por una lluvia de osos de peluche mientras cantaba ‘Easy Come, Easy Go’ — Chicago Sun-Times, 1998
Un final digno de una leyenda
En junio de 2024, Bobby Sherman falleció a los 81 años tras luchar contra un cáncer en etapa 4. Hasta sus últimos días, su esposa Brigitte lo acompañó, describiéndolo como un hombre gentil, valiente y lleno de luz. La noticia fue compartida por John Stamos, amigo de la familia, quien celebró la vida del artista con un conmovedor tributo.
Sherman, más allá de su fama como cantante y actor, dejó una huella profunda como servidor público, educador de emergencias y humanitario. Su vida fue, literalmente, una serie de actos de amor: desde las adolescentes que lo aclamaban en los 70, hasta las madres que lo abrazaban mientras recibían ayuda médica en las calles de Los Ángeles.
Bobby Sherman: el ídolo que no se rindió a la fama
En tiempos donde la fama suele consumir a sus protagonistas, la historia de Bobby Sherman es un faro de autenticidad y propósito. Eligió alejarse del centro de atención para centrarse en lo verdaderamente importante: ayudar a los demás. Su legado trasciende lo musical o televisivo. Nos recuerda que la grandeza no siempre se mide en discos de oro, sino en las vidas que impactamos.
Personas como Sherman nos muestran que el verdadero heroísmo puede comenzar con una canción... y continuar con un botiquín de primeros auxilios.