Boca eliminado con dramatismo: la epopeya de Auckland City y un Mundial de Clubes marcado por el clima

El Club Mundial de Clubes 2025 sigue dejando momentos inesperados y narrativas sorprendentes, y el empate 1-1 entre Auckland City y Boca Juniors en Nashville se suma a la lista de capítulos memorables. No solo se trató de un resultado histórico para el club neozelandés, sino que también fue un partido atravesado por las absurdas condiciones climáticas que han afectado fuertemente al torneo: demoras por tormentas eléctricas, temperaturas sofocantes y decisiones arbitrales anuladas por el VAR.

Un empate que sabe a victoria (para uno) y a fracaso (para otro)

Lo que parecía un simple trámite para Boca Juniors terminó siendo su eliminación grupal del Mundial de Clubes. A pesar de dominar ampliamente el encuentro, el conjunto argentino no logró pasar del 1-1 ante un rival amateur, y quedó fuera de los octavos de final.

El marcador se abrió a los 26 minutos con un inusual autogol: un cabezazo de Lautaro Di Lollo, tras un córner, impactó el poste y luego rebotó en el brazo del arquero Nathan Garrow, para finalmente ingresar en el arco. Un gol que parecía marcar el camino lógico del partido… pero no.

Los neozelandeses no se rindieron. Contra todo pronóstico, el equipo amateur que había sido vapuleado en partidos previos —con registros de 17 goles en contra y 0 a favor antes del partido—, encontró su inspiración en un cabezazo certero de Christian Gray, tras un córner ejecutado por Jerson Lagos, en el minuto 52. Dos minutos después, el caos climático se hizo presente.

Tormentas en el cielo, tensión en el campo

En el minuto 54, el encuentro fue suspendido por cerca de 50 minutos debido a una alerta de tormenta eléctrica en el área del estadio Geodis Park, en Nashville, Tennesse. Fue la quinta vez que se detuvo un encuentro en esta edición del torneo por cuestiones meteorológicas, resultado de una ola de calor sin precedentes que golpea al este de Estados Unidos.

El calor al inicio del duelo ya era agobiante: 34 °C (93 °F), lo que, combinado con la humedad, dejó a los jugadores extenuados y a los más de 16,000 fanáticos soportando condiciones límite.

El club que no debía empatar… empató

Boca necesitaba imperiosamente ganar, ya que en la última jornada del Grupo C, Benfica venció 1-0 a Bayern Múnich y aseguró su lugar en la siguiente ronda. Con ese resultado, quienes eran considerados favoritos, como Boca, quedaron contra las cuerdas. Al empatar con Auckland City, el club argentino sumó apenas 2 puntos y terminó tercero en el grupo, fuera del certamen.

¿Datos que duelen? Boca remató 40 veces al arco frente a solo 3 intentos de Auckland y el arquero Garrow tuvo 10 atajadas absolutamente heroicas. A pesar de ello, la falta de puntería, el bloqueo psicológico luego del empate y un tanto anulado por VAR a Miguel Merentiel condenaron al cuadro xeneize.

VAR protagonista: un gol anulado que cambió la historia

Con el marcador igualado, Boca parecía haber encontrado la salvación parcial a los 59 minutos, cuando Miguel Merentiel convirtió tras una buena jugada colectiva. Sin embargo, luego de una revisión por parte del VAR, se anuló la jugada por una mano previa de Kevin Zenón.

Este fue el punto de quiebre emocional para el equipo argentino, que sintió la frustración perder de vista la clasificación por una jugada milimétrica. Desde entonces, todo fue empuje, pero sin claridad frente al arco rival.

Auckland City logra lo impensado

Para el modesto club neozelandés, una institución semiprofesional cuyas plantillas están compuestas principalmente por jugadores no remunerados o con empleos paralelos, este empate equivale a una victoria histórica. Tras ser goleados 8-0 por Benfica y 8-0 por Bayern Múnich, sorprender a Boca y rescatar un punto dejó una huella imborrable.

«Jugar contra Boca ya era un premio, pero lograr un empate es algo que vamos a contar toda la vida», declaró Christian Gray al finalizar el encuentro. El gol, el primero del equipo en el torneo, coronó un esfuerzo colosal para resistir los embates xeneizes.

Una competencia marcada por el clima extremo

El Club Mundial de Clubes 2025 ha sido afectado por una serie de condiciones climáticas adversas que ponen en duda la planificación del torneo.

Algunos de los paros y reprogramaciones más destacados:

• Ulsan vs Mamelodi Sundowns (Orlando, Florida) – Demorado 65 minutos.
• Salzburg vs Pachuca (Cincinnati) – Suspendido durante 97 minutos por tormenta.
• Palmeiras vs Al Ahly (New Jersey) – Detenido 50 minutos en la segunda mitad.
• Benfica vs Auckland – Suspendido por 2 horas 14 minutos durante el entretiempo por tormentas eléctricas.

Este fenómeno, causado por una doma de calor extremo, ha multiplicado las alertas a nivel sanitario y organizativo.

El protagonismo inesperado del clima en el fútbol

El evento pasó de ser un torneo para definir al mejor club del mundo, a ser un laboratorio de resistencia física ante el calor. Lo que antes era una variable externa ocasional, ahora se presenta como un factor estratégico que condiciona el rendimiento futbolístico. Según las proyecciones meteorológicas del Servicio Nacional del Clima de EE. UU., esta podría ser la ola de calor más prolongada desde 2012, con registros superiores a 100 °F (37.8 °C) en ciudades como Nueva York, Boston y Filadelfia.

Datos finales del Grupo C

*Nota: Clasifican los dos primeros de cada grupo*

Boca: entre la decepción y la autocrítica

Para los hinchas del club argentino, la eliminación representa una herida dolorosa, no solo por el rival y contexto, sino por las expectativas puestas en el equipo. Jugadores como Merentiel, Zenón y Cavani (que ingresó en el segundo tiempo) no pudieron torcer la historia.

«Dominar no alcanza si no concretás; eso es una realidad en el fútbol de hoy», expresó el técnico en la conferencia post partido. La mirada ahora se posa en el futuro inmediato del club en competiciones continentales, pues este desliz podría tener consecuencias estructurales.

Reflexión: el fútbol global ante el cambio climático

Más allá del resultado deportivo, el Club Mundial de Clubes 2025 se ha transformado en un caso de estudio sobre cómo el cambio climático afecta la organización de eventos deportivos globales. Con partidos interrumpidos por tormentas y jugadores afectados por la sofocante temperatura, surge la necesidad urgente de replantear calendarios, horarios y sedes a futuro.

Los fanáticos, por su parte, han demostrado un compromiso inquebrantable, soportando condiciones extremas en estadios abiertos para alentar a sus equipos. Pero incluso su pasión merece protección.

El fútbol, como reflejo de la sociedad, también deberá adaptarse a climas que no perdonan. Y Auckland City, con su hazaña casi literaria, nos recordó que en la adversidad puede brillar el verdadero espíritu deportivo.