Del óvalo al diamante: así se transforma el Bristol Motor Speedway en un estadio de Grandes Ligas
La magia detrás del primer juego de la MLB en Tennessee: una obra de ingeniería que convierte una pista de NASCAR en un campo de béisbol profesional
Una hazaña sin precedentes en el corazón del sur
¿Puede un lugar con récords en velocidad convertirse en un templo del béisbol? La respuesta, sorprendentemente, es sí. El Bristol Motor Speedway, famoso por sus carreras de NASCAR, está en pleno proceso de transformación para acoger su primer juego de Grandes Ligas de Béisbol (MLB). El evento, programado para el 2 de agosto de 2025, enfrentará a los Atlanta Braves con los Cincinnati Reds en lo que han titulado el Speedway Classic. Será, además, el primero en Tennessee con carácter oficial.
De pista a diamante: una transformación a contrarreloj
Steve Swift, vicepresidente sénior de desarrollo de operaciones de Speedway Motorsports, lo deja claro: "Ya no somos una pista de carreras". La demolición comenzó a principios de junio y dio paso a una vertiginosa obra de ingeniería y logística que busca transformar por completo la zona del infield del óvalo.
Convertir una pista asfaltada en un campo de béisbol requiere una precisión quirúrgica. Para empezar, necesitan más de 17,500 toneladas de grava para nivelar el terreno. A eso se sumarán 340 toneladas de arcilla de Pensilvania, proporcionadas por BrightView Sports Turf Division, que formarán el núcleo del terreno de juego.
La superficie será césped sintético, similar al utilizado por los Toronto Blue Jays en el Rogers Centre, y se instalarán aproximadamente 124,000 pies cuadrados de este material. Todo debe cumplir con estándares profesionales: desde las dimensiones hasta el equipamiento.
Instalaciones temporales, estándares permanentes
Pero no se trata solo del campo. Para que un partido de MLB se juegue en Bristol, se necesita más que gradas y césped. BaAM Productions, una empresa especializada en eventos deportivos y entretenimiento, está a cargo de construir instalaciones temporales para los jugadores y técnicos: vestuarios con duchas, salas de musculación, oficinas para entrenadores y consultorios médicos.
"Todo lo que hacemos es temporal, pero cada capa está planeada con precisión", aseguró Annemarie Roe, presidenta de la organización. El cronograma no ofrece margen de error: solo disponen de 33 días desde el inicio de las obras hasta la entrega para que operaciones de béisbol tome control.
Una producción digna de las luces más brillantes
La iluminación será otro de los grandes retos. Para que ninguna pelota se pierda en la sombra, la empresa Musco Sports Lighting instalará 215 luces en la parte superior del óvalo. Además, se añadirán nuevas torres para los postes de foul, pantallas gigantes, sistemas de audio envolventes, plataformas para cámaras, transmisiones y zonas para medios de comunicación.
Y como si el espectáculo fuera poco, los artistas Pitbull y Tim McGraw encenderán los ánimos desde un escenario en la zona del infield en un macroconcierto previo al primer lanzamiento. También se confirmó a la estrella country Jake Owen con presentaciones en la zona exterior del estadio.
Béisbol, feria y velocidad: una experiencia inmersiva para los fans
El concepto gira en torno a ofrecer una experiencia festiva y multiformato. En la zona para fanáticos, los asistentes podrán disfrutar de
- La Comissioner’s Trophy, máximo trofeo de la MLB.
- Una noria de 110 pies de altura para vistas panorámicas.
- Fila de camiones de comida.
- Túneles de lanzamiento y jaulas de bateo.
- La presencia de mascotas MLB.
- Y claro está, autos NASCAR personalizados con branding de la MLB para fotos memorables.
Todo esto reforzará la visión del juego como un evento de entretenimiento integral para personas de todas las edades.
Récords en la mira: ¿el juego con más público de la historia?
El Bristol Motor Speedway ya tiene antecedentes en eventos multitudinarios. En 2016 albergó el Battle of Bristol, un partido de fútbol americano universitario entre Tennessee y Virginia Tech que atrajo a un récord histórico de 156,990 fanáticos, la mayor concurrencia en la historia de la NCAA.
Ahora MLB busca romper su propio récord de asistencia. El actual pertenece al Coliseo de Los Ángeles, donde en 2008 un partido entre Red Sox y Dodgers reunió a 115,300 espectadores. Las expectativas son altas: Bristol podría marcar una nueva era de megaeventos en el béisbol profesional.
Tras el último out: vuelve el rugido de los motores
Todo este despliegue tiene fecha de caducidad. Apenas termine el juego, comenzará la carrera contrarreloj para devolver al Bristol Motor Speedway a su estado natural: un óvalo listo para el playoff nocturno de NASCAR el 13 de septiembre.
"Está la forma correcta, la incorrecta y la del speedway", bromeó Swift, revelando el desafío logístico de desmontar instalaciones temporales en cuestión de semanas.
Por suerte, esta no es la primera vez que Bristol realiza un cambio extremo de personalidad. En el pasado, convirtieron la pista en un circuito de tierra para diferentes eventos. Esa experiencia técnica promete ser su mejor aliada.
El efecto dominó para el futuro del béisbol
Además de ser el primer partido oficial en Tennessee, esta propuesta abre la puerta a nuevas estrategias para promocionar la MLB en estados sin franquicias. La apuesta por combinar cultura automovilística, música y béisbol es una fórmula pensada no solo para impresionar, sino para conectar con nuevas generaciones de fanáticos.
En un mundo en el que la competencia por la atención del público es feroz, la MLB demuestra que está dispuesta a ser audaz, innovar e incluso, convertir una pista de carreras en un campo de sueños.