El proyecto de ley de Trump: impuestos, deportaciones masivas y recortes sociales en la antesala del 4 de julio
Una mirada crítica al megaplán legislativo republicano que redibuja el mapa fiscal y social de Estados Unidos en 2025
Trump quiere el proyecto en su escritorio antes del 4 de julio
Donald Trump ha sido enfático: “NADIE SE VA DE VACACIONES” hasta que el proyecto de ley esté en su escritorio. Con esa orden tajante, el expresidente —y de nuevo líder de facto del Partido Republicano— marca el compás de una propuesta que, a tres años de la presidencia de Biden, busca reconfigurar profundamente la política fiscal, social e inmigratoria del país.
El Congreso, con mayoría republicana en ambas cámaras, trabaja contrarreloj. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha pedido a los legisladores mantener sus agendas “flexibles”, mientras el Senado se prepara incluso para sesiones el fin de semana. El objetivo: aprobar un paquete legislativo de más de 1,000 páginas con implicancias multimillonarias.
¿De qué trata este megaproyecto?
Es, esencialmente, un compendio de medidas fiscales, migratorias y presupuestarias que pretenden responder a las promesas de campaña de Trump para 2024. Los pilares centrales incluyen:
- Extensión permanente de las reducciones de impuestos de 2017.
- Exenciones fiscales adicionales enfocadas en propinas, horas extras y préstamos vehiculares.
- Fuerte inversión en seguridad fronteriza y deportaciones masivas.
- Recortes radicales a Medicaid, SNAP y subsidios para energías renovables.
- Inversión en proyectos simbólicos como el “Jardín Nacional de los Héroes Americanos”.
Más recortes, menos ayuda social
Para costear los recortes fiscales —que según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) podrían costar 3.8 billones de dólares en una década— los republicanos plantean reducir sustancialmente los programas sociales. Esto incluye requisitos laborales de 80 horas al mes para poder acceder a Medicaid y cupones de alimentos, incluso para personas mayores de hasta 65 años.
Más de 80 millones de estadounidenses dependen de Medicaid y 40 millones del programa de asistencia nutricional SNAP. Varios estudios muestran que muchas de estas personas ya trabajan, por lo que la lógica de "reforma" es duramente cuestionada por analistas sociales y médicos.
La CBO estima que 10.9 millones de personas perderían cobertura médica y 3 millones quedarían fuera del sistema de asistencia alimentaria.
Según el senador demócrata Jeff Merkley: “Este proyecto de ley colocará cargas financieras insostenibles sobre las espaldas de los más vulnerables sólo para subsidiar exenciones fiscales para los más ricos”.
Deportaciones masivas: 1 millón al año
Uno de los componentes más controversiales del plan es la financiación de la mayor operación de deportación en la historia de EE. UU.. El proyecto prevé:
- Contratación de 10,000 nuevos agentes del ICE con bonos de $10,000.
- Construcción de 100,000 camas de detención.
- Un fondo de $12,000 millones para facilitar la labor de los estados en coordinación con el gobierno federal.
- Creación del fondo "BIDEN" (acrónimo irónico de Bridging Immigration-related Deficits Experienced Nationwide) con $3,500 millones a disposición del fiscal general.
Además, se incluyen fondos para ampliar el muro fronterizo y para desarrollar un sistema de defensa antimisiles tipo “cúpula dorada”, en alusión al sistema israelí Iron Dome.
Regalos fiscales para los ricos, carga para los pobres
Uno de los mayores beneficios del paquete va, sin duda, para los sectores más ricos. Según el análisis preliminar de la CBO:
- Los hogares más adinerados obtendrían un incremento de $12,000 en deducciones fiscales.
- La clase media vería un alivio de entre $500 y $1,500.
- Los hogares más pobres perderían alrededor de $1,600 anuales.
Y aunque hay una promesa de ampliación del crédito fiscal por hijo —de $2,000 hasta $2,500 en la Cámara y $2,200 en el Senado—, muchas familias de bajos ingresos no calificarían para la ayuda total.
¿Y los costos? Magia contable republicana
El costo final del paquete ha desatado una batalla semántica, y contable, en el Congreso. Mientras la CBO calcula un incremento neto del déficit de $2.4 billones, los republicanos del Senado aseguran que el costo sería en realidad de unos $441,000 millones si se asume que las reducciones de impuestos ya forman parte de la “política actual”.
Esta estrategia, conocida como baseline customization, ha sido criticada como un truco contable. La organización Committee for a Responsible Federal Budget calcula que el costo total del paquete del Senado podría alcanzar los $4.2 billones.
El senador Merkley fue tajante: “Usar una línea base de política actual es simplemente un truco presupuestario. Esta ley financiará recortes fiscales para multimillonarios aumentando la deuda pública”.
“Jardines de héroes” y otros extras
En un guiño a su base más nacionalista, el plan incluye también $40 millones para implementar el "Jardín Nacional de Héroes Americanos", una idea anunciada por Trump en su etapa final como presidente, en la cual se erigirían estatuas de figuras “representativas” de la historia estadounidense.
Presión interna en el partido republicano
El bloque conservador no está completamente unificado. Algunos senadores republicanos temen que los recortes a los impuestos hospitalarios agraven los problemas en hospitales rurales ya frágiles. Un grupo de 16 congresistas republicanos dirigió una carta de advertencia al liderazgo señalando que “no apoyaremos una ley final que amenace el acceso a la cobertura médica”.
Se está considerando crear un nuevo fondo para hospitales rurales, aunque la propuesta todavía está en evolución.
Trump quiere resultados ya
Mientras se dirigía a Europa para asistir a una cumbre de la OTAN, Trump envió un mensaje directo: “Enciérrense en una sala si es necesario y ¡HAGAN QUE LA LEY SE APRUEBE!”.
Con la fecha simbólica del 4 de julio como meta, el expresidente busca hacer de esta ley su gran estandarte político para un segundo mandato. Sin embargo, la propuesta legisla mucho más allá de lo fiscal: reconfigura el alma de la red de seguridad social estadounidense y redefine, de paso, qué tipo de país quieren ser los Estados Unidos del siglo XXI.