La caída del jefe narco ‘Fito’ y la lucha de Ecuador contra el crimen organizado

La recaptura de José Adolfo Macías expone la infiltración del narcotráfico en instituciones carcelarias y lanza señales de alerta sobre la seguridad nacional

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José Adolfo Macías, alias “Fito”, uno de los criminales más temidos y notorios de Ecuador, fue recapturado el pasado 25 de junio de 2025, tras más de un año prófugo. Líder de la temida banda Los Choneros y con acusaciones por narcotráfico y crimen organizado tanto en Ecuador como en Estados Unidos, su reaprehensión en Manta reabre el debate sobre la fragilidad institucional del sistema penitenciario ecuatoriano y el poder creciente del narcotráfico regional.

Un prófugo de alto perfil

La fuga de “Fito” en enero de 2024 de la Cárcel Regional de Guayaquil fue un golpe durísimo para la seguridad nacional ecuatoriana. Condenado a 34 años por narcotráfico, asesinato y asociación ilícita, su desaparición generó escándalo e interrogantes. El hecho se conoció cuando un contingente militar fue enviado a trasladarlo a otra cárcel de máxima seguridad. Cuando llegaron, ya no estaba en su celda.

La Interpol había emitido una alerta roja, y Estados Unidos ofrecía hasta un millón de dólares de recompensa por su captura. Su banda, Los Choneros, es señalada como uno de los grupos más violentos y organizados de Sudamérica. La captura de Fito no solo representa una victoria simbólica para el gobierno de Daniel Noboa, también refleja el nivel de recursos y respaldo internacional que Ecuador requiere para enfrentar a estos grupos.

La recaptura: un operativo quirúrgico

Tras meses de trabajo de inteligencia, oficiales del ejército ecuatoriano lo hallaron oculto en un escondite subterráneo, bajo una cocina, en el sótano de una vivienda de Manta, su ciudad natal. Un video revelado por las fuerzas armadas muestra el momento del hallazgo: un militar apuntándole con su arma mientras “Fito” entrega su nombre completo.

En palabras de Noboa, “es un paso crucial para recuperar el control del país y mandar un mensaje claro a todas las estructuras criminales que erosionan nuestra seguridad desde hace años”.

¿Quién es “Fito”, el hombre bajo la mira de dos países?

Nacido en Manabí, Macías forjó su liderazgo al interior del sistema penitenciario. Desde 2020, lidera Los Choneros, banda que surgió hace décadas pero se consolidó como uno de los brazos armados del narcotráfico internacional durante los últimos años, aliada de cárteles mexicanos y con conexiones directas con operativos logísticos de exportación de cocaína hacia Estados Unidos.

De acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU., Fito supervisaba una vasta red de tráfico de droga y armas. Una acusación en Brooklyn, Nueva York, detalla una operación internacional de contrabando de toneladas de cocaína, así como el contrabando de armas y municiones desde EE.UU. hacia Sudamérica, utilizando canales financieros y logísticos sofisticados, incluyendo intermediarios y testaferros.

En 2023 causó revuelo al publicar un video desde prisión, rodeado de hombres armados, con un mensaje al “pueblo ecuatoriano”. Sus fiestas en prisión — que incluían licor y peleas de gallos — revelaron el poder corruptor del narcotráfico en el sistema penitenciario.

Los Choneros: el brazo criminal de una nueva narcopolítica

La influencia de Los Choneros va más allá de la violencia común. El grupo ha ejercido control sobre territorios, rutas portuarias, y cárceles completas. Su estructura permitió coaliciones con otras bandas como Los Tiguerones y Los Lobos, quienes forman parte del nuevo mapa del crimen organizado en la región andina.

  • Conexiones con cárteles mexicanos como el de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
  • Control indirecto de puertos clave como Guayaquil, considerado uno de los principales puntos de salida de cocaína del hemisferio.
  • Participación en asesinatos políticos y atentados con explosivos.

En 2022, un informe del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) afirmaba que Ecuador estaba en proceso de “mexicanización del crimen”. Con estructuras que imitan, en forma y fondo, los modelos del narcotráfico mexicano.

La narcohegemonía tras las rejas

Fito fue una figura central en el control carcelario de Ecuador. Bajo su mandato en prisión, impuso órdenes, eliminó rivales y negoció incluso armisticios entre bandas. Controlaba cárceles como la Regional y la Penitenciaría del Litoral, donde se produjeron masacres entre bandas rivales que dejaron centenares de muertos entre 2021 y 2023.

La violencia en las cárceles ecuatorianas escaló a tal punto que Ecuador vivió la tasa de homicidios más alta de su historia en 2023, con más de 5.000 homicidios y más de 60 masacres carcelarias desde 2021. El país pasó de 11 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2019 a 46 en 2023, según datos oficiales.

Una red internacional: cocaína, armas y dinero

La acusación estadounidense presentada en la corte de Brooklyn mencionaba exportaciones de miles de kilos de cocaína y un sofisticado sistema para el contrabando de armas. Parte del modo de operar incluía:

  • Compra de armas y componentes en EE.UU. a través de terceros.
  • Envíos marítimos ocultos en contenedores con productos legales.
  • Lavado de dinero a través de criptomonedas y empresas fachada.

“Los Choneros han operado como un cartel transnacional. Desde Sudamérica, a través de Centroamérica y México, y finalmente alcanzando territorio estadounidense”, detalla la acusación emitida por el fiscal John Durham en 2024.

El fallo estructural del estado ecuatoriano

La fuga de Macías fue uno de los tantos episodios que reflejan la debilidad institucional. La infiltración del narcotráfico en las cárceles, la policía y sectores políticos ha sido denunciada por organismos como Human Rights Watch y medios de investigación como Plan V y La Posta.

Incluso, el gobierno de Guillermo Lasso declaró al narcotráfico como enemigo interno en su momento, y el gobierno actual de Daniel Noboa ha seguido una política de militarización y “guerra abierta” contra las mafias. En 2024, Ecuador vivió un estado de excepción que incluyó toques de queda, patrullaje militar y cientos de detenciones.

¿Puede el Estado retomar el control?

La recaptura de Fito representa una victoria. Sin embargo, la pregunta central sigue latente: ¿Es suficiente capturar a los líderes cuando las estructuras que los protegen y suplen siguen intactas?

Expertos como Fernando Carrión, urbanista y estudioso del crimen organizado, estiman que Ecuador necesitará una década de reformas estructurales (penales, judiciales, educativas y sociales) para poder neutralizar la narcopolítica emergente.

La criminalidad organizada no solo mata, corroe las bases democráticas. Mientras bandas como Los Choneros siguen reclutando jóvenes sin opciones desde barrios marginales, el Estado debe ganar más que una guerra: debe recuperar la confianza del pueblo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press