Zohran Mamdani y la guerra civil dentro del Partido Demócrata
¿Revolución progresista o suicidio político? El ascenso del socialista demócrata reconfigura la batalla por el alma del partido
Zohran Mamdani, un nombre que hasta hace pocos años era desconocido incluso en los círculos más informados de la política neoyorquina, hoy genera titulares, encabeza campañas virales y divide a los demócratas entre quienes ven en él una esperanza de renovación progresista, y quienes temen que su radicalismo condene al partido a la irrelevancia electoral. La reciente victoria del político de 33 años en las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York, frente al veterano y controversial Andrew Cuomo, encendió un debate nacional que ha avivado tensiones largamente latentes en el seno del partido.
El nuevo rostro del socialismo democrático en EE.UU.
Hijo de padres inmigrantes y miembro del Parlamento estatal desde 2021, Zohran Kwame Mamdani se define abiertamente como socialista demócrata y basa su plataforma política en realinear las políticas públicas hacia el beneficio directo de la clase trabajadora. Su ascenso representa una continuación de la ola inaugurada por figuras como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, quienes apoyaron tempranamente su candidatura.
“Su campaña demuestra hacia dónde debe ir el Partido Demócrata: dejar de preocuparse por lo que quieren los multimillonarios, y enfocarse en lo que necesita la clase trabajadora”, dijo Sanders en declaraciones recientes.
Una campaña viral con una agenda disruptiva
Mamdani captó la atención con videos virales y una campaña enfocada en el costo de vida, uno de los temas más sensibles para los votantes de Nueva York. Su propuesta incluye la gratuidad del transporte público en autobuses, cuidado infantil sin costo, supermercados administrados por el gobierno, congelamiento de alquileres y programas de vivienda asequible, financiados mediante impuestos a los más ricos.
Estas propuestas han sido bien acogidas en sectores progresistas, pero también han generado duros cuestionamientos desde el ala moderada del partido. Matt Bennett, cofundador del grupo centrista Third Way, criticó duramente la agenda de Mamdani: “Es joven, carismático y un buen comunicador —esas cosas son imitables—, pero sus ideas son malas y su afiliación a los Socialistas Demócratas de América es peligrosa”.
La herida que no cierra: la fractura demócrata
La contienda electoral en la ciudad más importante de Estados Unidos se ha transformado en una especie de referéndum sobre el futuro del Partido Demócrata. La elección de Mamdani ha sido vista por muchos como un síntoma del creciente cisma entre los moderados, que priorizan la viabilidad electoral, y los progresistas, que buscan una transformación estructural del sistema político y económico.
Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro durante la administración de Barack Obama, mostró su preocupación abiertamente: “Estoy profundamente alarmado por el futuro del Partido Demócrata y del país”.
La victoria de Mamdani revive los temores de que una agenda demasiado izquierdista pueda ser utilizada por los republicanos como arma política en elecciones futuras. De hecho, miembros del grupo Republicanos Contra el Trumpismo, un aliado clave de los demócratas en 2024, advirtieron que convertir a Mamdani en “el rostro del partido” podrá perjudicar a demócratas moderados en distritos competitivos y arruinar sus posibilidades de recuperar el control de la Cámara de Representantes.
El factor Cuomo: escándalos, nostalgia y estancamiento
Parte del impulso de Mamdani viene, paradójicamente, de su principal oponente: Andrew Cuomo. A pesar de haber servido como gobernador de Nueva York durante tres mandatos, su figura sigue manchada por el escándalo de acoso sexual que lo obligó a dimitir en 2021. Su intento de regreso fue percibido como un acto de desesperación política que recordó a muchos votantes los peores vicios del establishment demócrata.
Según datos preliminares del escrutinio, Cuomo encontró sus únicos apoyos sólidos en vecindarios con mayoría afroamericana, comunidades judías ortodoxas y Staten Island, un bastión tradicionalmente conservador. Mamdani, en cambio, logró atraer el voto de muchos jóvenes, latinos y liberales de clase media-alta.
Mamdani, la controversia y la coherencia ideológica
Lejos de ocultar su militancia, Mamdani se ha mostrado firme en su rol como socialista democrático. Sin embargo, ha debido suavizar algunos posicionamientos del pasado. En 2020, calificó al Departamento de Policía de Nueva York como “racista, anti-queer y una amenaza a la seguridad pública”. En la campaña actual, optó por una posición más matizada, reconociendo el rol policial, pero defendiendo la creación de un nuevo departamento de seguridad enfocado en la salud mental y la mediación comunitaria.
En el ámbito internacional, su postura sobre el conflicto palestino-israelí fue considerada incendiaria por críticos conservadores y centristas. Usó la palabra “genocidio” para describir las acciones de Israel en Gaza, y defendió públicamente el lema “Globalize the Intifada”, explicándolo como un grito de desesperación por la igualdad de derechos.
¿Qué representa realmente Mamdani?
El ascenso de Mamdani no puede evaluarse únicamente desde una lente local. Su figura se ha convertido en un símbolo para un sector creciente del electorado estadounidense: jóvenes urbanos, culturalmente diversos, frustrados por la falta de avances tangibles y hastiados del bipartidismo tradicional.
Esto plantea un dilema existencial para el Partido Demócrata: ¿debe abrazar este giro a la izquierda, arriesgándose a perder votantes moderados en zonas rurales y suburbanas? ¿O debe frenar a figuras como Mamdani, alienando a la base joven y militante que ha revitalizado al partido en la última década?
Mamdani contra el mundo (o contra todos)
Mientras tanto, algunos republicanos celebran su victoria como un regalo político. El propio Donald Trump se burló de él en redes sociales, llamándolo “100% lunático comunista” y acusando al Partido Demócrata de haberse “vuelto loco”.
Pero aliados progresistas como Alexandria Ocasio-Cortez han defendido la victoria como una refundación moral de lo que significa ser demócrata en el siglo XXI.
Un futuro incierto con una base sólida
Gracias a una extensiva campaña de base, Mamdani movilizó a miles de voluntarios en los cinco distritos de Nueva York. Si finalmente se confirma su nominación cuando se cuenten los votos por elección clasificada, enfrentará en noviembre al actual alcalde Eric Adams, quien se postula como independiente; al republicano Curtis Sliwa; y posiblemente al propio Cuomo, si decide presentarse también como independiente.
Este abanico de opciones hará del otoño una batalla electoral apasionante y decisiva para la izquierda estadounidense. Si Mamdani triunfa finalmente en las urnas generales, será el primer alcalde musulmán e indo-estadounidense de la ciudad de Nueva York, y el alcalde más joven en más de un siglo.
¿Y ahora qué?
Como Mamdani dijo recientemente en una entrevista radial: “Ha sido tentador para algunos decir que el partido se ha ido demasiado a la izquierda, cuando en realidad lo que ha pasado durante demasiado tiempo es que hemos abandonado a la misma clase trabajadora que ahora nos ha dado la espalda”.
El reloj corre. Las divisiones internas se profundizan. Y Nueva York, una vez más, se convierte en el espejo roto de la política estadounidense. Lo que está en juego no es solo una alcaldía: es el alma de todo un partido.