The Weeknd reconquista SoFi Stadium y el cine con ‘Hurry Up Tomorrow’
Después de perder la voz en 2022, Abel Tesfaye regresa en 2025 al lugar del incidente con un show monumental que fusiona música y cine, y marca un nuevo comienzo en su carrera artística
Un regreso con sed de redención
El miércoles 25 de junio de 2025, The Weeknd, también conocido como Abel Tesfaye, emergió en el escenario del SoFi Stadium de Inglewood, California, con una misión clara: recuperar no solo una noche perdida, sino redibujar el curso de su legado. “Regresé con venganza, hombre. Y eso es gracias a ustedes”, exclamó frente a una multitud extasiada. Fue el primero de cuatro conciertos programados en este icónico recinto, pero lo que sucedió esa noche fue mucho más que un show musical: fue un acto de catarsis pública, un cierre de ciclo, casi cinematográfico.
Todo fanático devoto del artista recuerda aquella noche de 2022, cuando The Weeknd perdió abruptamente la voz apenas comenzado el concierto. Aquella presentación frustrada inspiró no solo su recuperación física y emocional, sino también un nuevo proyecto artístico multidisciplinario: el álbum y filme Hurry Up Tomorrow, estrenado este año y aclamado por su audaz mezcla de narrativa surrealista, música y autorreflexión.
El colapso de 2022: el punto de partida
El 3 de septiembre de 2022, en pleno cierre de su gira After Hours Til Dawn, el cantante perdió la voz durante su segundo tema. "No puedo continuar, esto me duele más a mí que a ustedes", dijo al despedirse bajo silbidos y murmullos de desconcierto. La gira, que había convocado a más de 150,000 personas en dos noches, sufrió un golpe simbólico profundo. Tesfaye había alcanzado el pináculo de su popularidad, y su cuerpo simplemente dijo: basta.
Tras unos pocos conciertos reagendados, pocos imaginaron que tres años después, ese momento sería documentación fundacional para un ambicioso film que él mismo coescribió y protagonizó. El cantante convirtió su miedo en arte, su desmoronamiento en narrativa. Así nació Hurry Up Tomorrow, una película cuya trama gira en torno a un cantante que, tras perder la voz, cae en una espiral de introspección y cuestionamiento sobre la fama, el ego y la identidad.
‘Hurry Up Tomorrow’: del drama a la fantasía onírica
¿Arte o vanidad? Esa fue la gran pregunta que recorrió las críticas del filme. Algunos periodistas lo llamaron una odisea sobrecargada de ego, otros lo ubicaron en la tradición del cine experimental de Gaspar Noé o David Lynch. Sin embargo, más allá de las opiniones polarizadas, lo que resulta innegable es el riesgo tomado por Tesfaye. En plena era de algoritmos y fórmulas musicales, el canadiense decidió mostrar su vulnerabilidad, ficcionalizar su trauma y convertir el cine en catarsis.
El largometraje, dirigido por Trey Edward Shults (Waves), mezcla escenas de conciertos reales, sueños delirantes y secuencias musicales abstractas. La crítica del portal IndieWire lo calificó con 4 de 5 estrellas y lo describió como “un retrato contorsionado del éxito pop, con ecos de The Wall de Pink Floyd más que de cualquier biopic musical reciente”.
El poder del escenario: la reconstrucción de The Weeknd
La noche del 25 de junio en el SoFi no solo fue especial por ser una revancha escénica, también lo fue por su fuerza simbólica. A cada tema le siguió una ovación casi ritual. “Blinding Lights” fue interpretada con una energía renovada pero cargada de nostalgia. “Save Your Tears” sonó más potente que nunca. Y durante “Out of Time”, el artista se permitió una pausa para observar al público. No dijo nada. No lo necesitaba: sus ojos se humedecieron. El estadio enmudeció.
Según cifras de Pollstar, al evento asistieron más de 70,000 personas. Se estima que las cuatro noches consecutivas recaudarán alrededor de 45 millones de dólares, consolidando a The Weeknd como uno de los artistas más rentables de esta década. Pero los números son lo de menos. Lo importante aquí fue el relato de superación, construido nota a nota, acorde a acorde.
El giro cinematográfico de Abel Tesfaye
“Este film me devolvió la alegría de crear”, declaró el artista en una entrevista con Variety. Luego de haber sido duramente criticado por su participación en la serie The Idol, el regreso con Hurry Up Tomorrow parece una respuesta directa y personal. Ya no como personaje manipulado por el morbo televisivo, sino como autor de su propio relato.
La película no solo refleja un tránsito emocional, sino también un ejercicio de control narrativo. A diferencia de otras estrellas del pop cuya fama se moldea detrás de bastidores ocultos, The Weeknd muestra aquí que es capaz de mezclar las luces y las sombras de su existencia para crear algo auténtico, incómodo y, en última instancia, valiente.
The Weeknd: entre Bowie y Prince
Resulta inevitable trazar paralelos entre la carrera del canadiense y la de gigantes camaleónicos como David Bowie o Prince, artistas que supieron reinventarse, manipular su imagen y usar sus crisis internas para producir arte revolucionario. Como ellos, Tesfaye ya no solo es un cantante; es un concepto, una estética, un lenguaje propio.
Desde que irrumpió en la escena musical con sus mixtapes misteriosos a principios de la década del 2010, The Weeknd se ha consolidado como una de las fuerzas creativas más singulares del panorama global. Con más de 113 millones de oyentes mensuales en Spotify y siendo el artista con más reproducciones acumuladas en la plataforma (más de 60 mil millones), su impacto va mucho más allá de las fronteras del pop.
El futuro del artista en expansión
Con esta nueva etapa, el canadiense parece dispuesto a explorar aún más las posibilidades de la narrativa transmedia: música, cine, espectáculos inmersivos y experiencias digitales. “Pronto quiero llevar esta historia a los museos, a las galerías. Tal vez una exposición interactiva”, anunció ante una audiencia atónita tras interpretar “Faith”.
La industria musical, que durante años se obstinó en separar géneros y plataformas, asiste hoy a su definitiva disolución. Y The Weeknd es uno de los pioneros de este nuevo paradigma. Colabora con videojuegos, produce miniseries, lanza álbumes conceptuales y ahora filma relatos sobre su propia caída y redención.
Un espectáculo para la memoria colectiva
Lo que se vivió aquella noche en el SoFi Stadium no fue un simple concierto de pop. Fue un testimonio de vulnerabilidad y resiliencia, una lección sobre cómo el arte puede transformarse en refugio y en motor de empoderamiento. Fue, más que nada, una celebración de la capacidad humana de renacer.
Y por eso, The Weeknd no solo volvió con venganza. Volvió con una voz más poderosa que nunca. No solo en términos vocales, sino simbólicos, creativos, emocionales.