El nuevo estilo de clemencia de Donald Trump: ¿justicia olvidada o estrategia política?

Entre indultos a aliados, perros que llevan su nombre y un proceso quebrado: cómo el expresidente ha desdibujado las líneas entre la compasión y el favoritismo

Uno de los poderes más incontestables del presidente de Estados Unidos es el de otorgar clemencia: conceder indultos presidenciales o conmutar penas. En otras épocas, este mecanismo funcionaba bajo estrictos criterios evaluativos, liderados por expertos del Departamento de Justicia. Sin embargo, en la segunda presidencia de Donald Trump, el proceso se ha tornado en lo que muchos describen como un "todo vale" cargado de favoritismo y caos.

Una avalancha de clemencias: cifras sin precedentes

Desde su regreso al poder en enero, Trump ha sido especialmente generoso con el perdón presidencial. Más de 1.600 personas han recibido indultos o conmutaciones. Esta cifra eclipsa las decisiones de sus predecesores más recientes, incluidos Barack Obama y George W. Bush.

Pero no solo es el número lo que ha generado controversia, sino también los beneficiarios. Se trata en gran parte de aliados políticos, simpatizantes, donantes y figuras mediáticas afines. Una lista que incluye desde celebridades de reality shows hasta delincuentes de cuello blanco que predican teorías de conspiración sobre una supuesta persecución gubernamental.

El caso del agente corrupto que entrena perros llamados Trump

Chad Scott, un exagente de la DEA (Administración de Control de Drogas), cumple actualmente una sentencia de 13 años por corrupción. Pero tras la llegada de Trump al poder, vio un rayo de esperanza. En su solicitud de clemencia, Scott alega que, al igual que el presidente, él también es víctima de una “persecución política”.

Scott ha dedicado sus días en prisión a entrenar perros de servicio y terapia, a los que pone nombres simbólicos. Uno de ellos: Trump. Una estrategia para apelar al ego del presidente o una muestra sincera de admiración, según se interprete.

Un proceso históricamente riguroso... hasta ahora

Tradicionalmente, el proceso de clemencia seguía caminos estrictos. El Oficio de Indultos del Departamento de Justicia analizaba cada caso: remordimiento, severidad del crimen, comportamiento en prisión y impacto de la sentencia. Solo los casos más sólidos llegaban al escritorio presidencial.

Con Trump, esas normas parecen cosa del pasado. Como señala Liz Oyer, antigua abogada de indultos en el Departamento de Justicia despedida en marzo: “Las prácticas tradicionales parecen haber sido completamente descartadas”.

Indultos con nombre, rostro y lealtad

Entre los indultados se encuentran nombres polémicos:

  • Un sheriff de Virginia condenado por regalar nombramientos a empresarios a cambio de sobornos.
  • Un donante encubierto que aportó $900,000 al comité inaugural de Trump.
  • Participantes en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, o sus abogados defensores.
  • Jonathan E. Woods, exsenador del estado de Arkansas, sentenciado por soborno, que argumenta que Trump es empático por haber sido "víctima de un sistema legal injusto".

Muchos presos ahora intentan adaptar sus solicitudes para llamar la atención del presidente, realizando asociaciones simbólicas con Trump o argumentando que fueron perseguidos injustamente, imitando el discurso que el mismo mandatario ha esgrimido ante sus procesos legales personales.

La política del perdón: entre la compasión y la manipulación

Los adversarios de Trump denuncian que el poder presidencial de perdonar ha sido instrumentalizado políticamente. Frank Bowman, historiador legal y académico emérito de la Universidad de Missouri, lo resume así:

“Es un uso grotesco de la autoridad constitucional como nunca se ha visto en la historia estadounidense.”

Por el contrario, desde la Casa Blanca aseguran que se está actuando de forma razonable. Harrison Fields, portavoz presidencial, declaró: “Trump está utilizando sus poderes de perdón y conmutación para corregir muchos errores, actuando de manera razonable y responsable dentro de su autoridad constitucional.”

Además, acusa a los demócratas de hipocresía por indultos previos que ellos aprobaron, como el otorgado al hijo del presidente Biden, Hunter, por delitos relacionados con armas y evasión fiscal.

Un nuevo árbitro del perdón: Ed Martin Jr.

Trump designó a Ed Martin Jr. como abogado del perdón en el Departamento de Justicia. Martin es un abogado defensor de acusados por el 6 de enero y ferviente defensor de la tesis de que las elecciones de 2020 fueron robadas. Su inclusión ha polarizado aún más el proceso.

Para muchos, se trata de una estrategia para alinear institucionalmente un proceso antes imparcial con el discurso político de Trump. Para otros, es una oportunidad de justicia para los marginados por un sistema penal severo.

La esperanza detrás de los barrotes

Para personas como Eric Sanchez Chaparro, condenado a 19 años por posesión de drogas y armas, esta nueva política es una oportunidad inesperada. Desde prisión, expresó:

“De alguna manera, siento que él (Trump) tiene el mismo punto de vista que nosotros”, refiriéndose a sentirse víctima del sistema penal.

Chaparro alegó que ambos, él y el presidente, comparten la condición de “delincuentes convictos”, una categoría simbólica que según él facilita la empatía del mandatario.

¿Clemencia populista o justicia restaurativa?

Este estilo de perdón presidencial pone sobre la mesa un debate de fondo: ¿debe este poder ser técnico e imparcial o reflejar directamente la voluntad política del presidente?

En la era Trump, la clemencia se ha convertido en un escenario más de lucha ideológica. Y mientras unos agradecen el gesto humanitario, otros denuncian un uso abusivo de una potestad constitucional pensada para casos excepcionales de injusticia evidente.

Por ahora, el número de solicitudes asciende a más de 10,000, un récord que evidencia que, con Trump en el poder, miles de presos ven al perdón presidencial menos como una última carta legal y más como una cuestión de carisma, proximidad ideológica... o simplemente suerte política.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press